Promesas divinas

NO SE OIRÁN MÁS GEMIDOS NI MÁS LLANTOS

– Yo haré un cielo nuevo y una tierra nueva… Ya no se oirán gemidos ni llantos, no habrá niños malogrados ni adultos que no colmen sus años. Construirán casas y plantarán viñas. (Isaías c.65)

¿Será posible lo prometido? ¿Se hará realidad el sueño? ¿Podrás, Señor, convertir lo árido y escabroso en fértil y llano? ¿Seremos esa tierra nueva que dará frutos buenos?

Muchas preguntas, bastante incertidumbre. Habremos de colaborar si pensamos en tanta gente que espera, obligada a abandonar sus casas, su tierra, su familia, por la escasez y la violencia, buscando mejor futuro, anhelando vivir en paz. Recorramos los pasos de la utopía.

~ Importará mucho no perder la ESPERANZA, y creer en la capacidad de crear ‘mundos nuevos’ entre todos, y Dios con nosotros.
~ Pondremos manos a la obra para hacer tierra nueva, donde habiten juntas la JUSTICIA con la PAZ, donde nadie pase necesidad.
~ Recuerda, ‘El amor deberá ponerse más en las obras que en las palabras’. Si tienes FE, será posible. Nos atreveremos a lo imposible.

¿Utopía? Esta fue la advertencia final del pensador Zygmunt Bauman: «Preparados para un período con más preguntas que respuestas, y más problemas que soluciones… Verdadera disyuntiva: o unimos nuestras manos o nos unimos a la comitiva fúnebre de nuestro propio final».
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Acompañando nuestra frágil esperanza, Beethoven: Violin Concerto In D, Op. 61 – 3. Rondo (Allegro).