Fue el mandato más duro de Jesús de Nazaret a sus seguidores: ¡Amen a sus enemigos! Él murió en la Cruz perdonando a sus verdugos. El amor que pacifica y reconcilia será difícil, pero muy buena noticia.
Recuerden que un amor así tendrá poderosos enemigos, contrarios a la aventura de amar siempre, sin condiciones.
Verán aquí resumidos los 5 enemigos del amor:
1 . el egocentrismo, lo primero mi yo, mi problema, mi actividad;
2 . el egoísmo, quererme en exceso, el propio interés ante todo;
3 . el individualismo, vivir como si todo dependiera solo de ti;
4 . la razón, pensar en lo que perderé o ganaré, pensar más que creer;
5 . ausencia de Dios, el propio bienestar al centro, a un lado el Señor.
– Si viniere el Señor, ¿verá mis manos abiertas, o cerradas con lo mío?
– Si guardas tu vida, la perderás; si la entregas por amor, la encontrarás.
– Si el grano de trigo cae en tierra y muere, dará mucho fruto.
Habremos de combatir a los enemigos del amor:
_con FE, apostando por lo imposible,
_con FRATERNIDAD, la ayuda mutua será necesaria,
_con SOLIDARIDAD, el ejercicio de la misericordia,
_con ORACIÓN, en unión y sintonía con Dios,
_con ESPÍRITU, la fuerza divina que Jesús prometió.
Asustados al rezar, preguntaremos:
¿CÓMO ME PIDES TANTO, SEÑOR?
¿Sonreír y perdonar a quien me afrenta
ayudar a quien me arruina
y asistir a quien me olvidó un mal día?
¿Cómo me pides tanto, Señor?
¿Amar al que tal vez nunca me amó,
abrazar al que me rechazó,
en el que nunca encontré consuelo?
Ayúdanos a estar en comunión contigo, Señor,
no nos parecerá entonces tan imposible
ser cómo Tú eres y llevar a cabo lo que Tú quieres:
amar sin condiciones.
–Cf. J.Leoz