Leí que una religiosidad bien llevada, si es sana y libre, va a satisfacer y abrir posibilidades de bienestar espiritual. Será también mi parecer. Solo el buscar, ya te personaliza y engrandece.
Pensé reproducir aquí unas impresiones que sonaron sinceras:
«Me gustaría señalar que tener una inquietud espiritual me ha dado mucha felicidad. Vale la pena emprender la búsqueda. Siempre he pensado que la religión sirve más para ser feliz en esta vida que para entrar en otra.
– No puedo hablarles de qué ruta tomar. Si cada religión es un camino y todos conducen a un mismo destino, importa poco cuál se elija.
– Algunos, criados en una religión que no los llenaba, buscaron una fe muy ajena a la suya. Otros, como yo, tras rebuscar por todos lados, vuelven a la de su infancia por tener más referentes culturales con su vida y su sensibilidad».
* Testimonio de la escritora hispano-uruguaya Carmen Posadas, la valentía o cobardía de algunos para comunicarse como personas de fe.
Imagen: Reflexiones, Nicoletta Tomas.
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También pudiera ocurrir encontrar a Dios tras haberse por un tiempo alejado, como en esta súplica que verán: ‘Vuelve, Señor’. Así lo expresó con su melodía, Jesús Adrián y el grupo evangélico Satelite, México.
– Como una estrella que alumbra el camino
Que guía los pasos del que se perdió
Lo gris de mi cielo se vio iluminado
Y así desde el cielo, tu luz mi alcanzó.
– Vuelve, Dios, vuelve a mi vida
vuelve a encender la llama de tu amor.