Hallar a Dios, Leonardo Da Vinci

. . Yo intenté acercarme a la verdad de Dios a través de la belleza, mas no conseguí encontrarla en mí mismo.
. . Tal vez busqué en el lugar equivocado, la verdad que los mortales aspiramos a conocer es el amor.

Verán personas que no aciertan a encontrar a Dios ni qué camino tomar. Sentiremos a Dios si cuidamos la vida y las personas, cuando amamos de verdad.

«Si no aman no conocerán a Dios, pues Dios es amor», dirá san Juan, el discípulo más cercano a Jesús de Nazaret.

Así ante algunas actitudes negativas, otras positivas para hallar a Dios en la vida.

+ A veces vivimos una vida ‘descafeinada’, plana, para qué vivir … Vislumbraré a Dios si escucho el misterio de todo con espíritu abierto, inquieto. Ahí está Dios.

+ O inmersos en ‘la espuma de las apariencias’, mi propia imagen, mi ego … Más cerca de Dios si busco con honestidad la verdad y la justicia, la belleza. Ahí está Dios.

+ Muchos acabaron fragmentados, rotos, las prisas y ambiciones, los desengaños … Iremos hacia Dios si la magnanimidad da sentido y unifica nuestra vida. Ahí estará Dios.

Así fue pues la vivencia en origen y la reflexión que quise compartir…

– No vivirás igual con FE que sin ella, será vital para la propia felicidad afrontar con sabiduría el tiempo que pasa.
– Deja el temor y acoge el AMOR, pasa del tono distante a la relación humilde; no culpes ni condenes, acepta el perdón.
– DIOS no es una idea o un ser solitario, impenetrable, ni una sustancia fría. Es ternura infinita. Jesús lo dio a conocer.

La confianza será vivir en la presencia amorosa y continua del Creador:

«SEÑOR, tú estás siempre conmigo y me conoces, todo lo que yo vivo y siento te resulta familiar. / Tú sabes mis dudas y conoces mi oscuridad, no te veo, pero estás cerca y me iluminas. / Eres mi creador y me respetas, yo no habré de temer, porque tú estás a mi lado.»

Vean aquí el ejemplo de 9 oraciones escogidas, de alabanza, súplica, confianza, de amistad.

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Cf. ‘Leonardo’, tv series (2021), D. Percival.

Dibujo: Leonardo Da Vinci, Autorretrato (?), 1515.
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Si gustan, acompañará la búsqueda el Adagio de Johann S. Bach, Re minor BWV 974, Piano-Violoncello:

Creer en Jesús, la última cena

«Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.» (s Juan c.3)

JESÚS de Nazaret gustó conversar sobre su origen y el motivo de su venida. Más que largos discursos, interesó su trabajo y el ejemplo de su vida, amor en las obras más que en las palabras.

– Creer en los signos: el vino de Caná, los panes y los peces, Lázaro resucitado, la vista del ciego, el sepulcro vacío.
– El discípulo amado ofreció un diálogo en la Cena de despedida, la fe en Jesús, el Hijo de Dios.

= ¿Quién eres tú, JESÚS, para que creamos en ti como creemos en Dios? =

‘Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares. Volveré y los llevaré conmigo’
. . Los discípulos no comprendieron. Verán pronto al Mesías rechazado. Deberán esperar, Jesús les mostrará el camino a Dios Padre.

‘Tomás confesó: Señor, no sabemos adónde vas ni sabemos el camino. ‘Yo soy el camino, la verdad, la vida’
. . JESÚS es el camino para llegar a Dios, el Padre nos recibirá en su casa. Él nos enseñará quién es Dios, cómo es Dios, cómo llegar a él.

‘Felipe suplicó: Muéstranos al Padre. ‘Tanto tiempo y no me conoces. Quien me vio a mí, vio al Padre’
. . Viendo, oyendo a JESÚS, veremos, oiremos, conoceremos a Dios. Más que creer importa amar, son ‘sus amigos’, donde hay amor estará Dios.

Mirando al cielo, rezó por sus discípulos así:

PADRE, te pido por ellos, que ya creen en mí y conocen tu voluntad. Yo cuidé de ellos, pero el maligno los amenaza / Te pido que no caigan en la tentación, que permanezcan unidos como nosotros, en la pena y en la gloria / Que den a conocer nuestro gran amor, que confíen y no teman.

Recordarán las palabras de san Pablo al joven Timoteo:

«No te olvides de JESUCRISTO, resucitado de entre los muertos; Él es nuestra salvación, nuestra gloria para siempre. Si morimos con él, viviremos con él; si perseveramos, reinaremos con él. En él nuestra esperanza y nuestra paz.»
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* Imagen: Leonardo da Vinci, La Última Cena, 1498, pintura mural en el Refectorio comedor del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán (Italia). Última restauración 1999.

Buscar, crisis de fe

Será el actual para muchos un tiempo de crisis religiosa, crisis de fe en creencias e instituciones que se vieron caducas. La poesía religiosa contemporánea será testigo de la crisis, hablará de oscuridad y cantará la ‘búsqueda de Dios’, con preferencia ahora de temas como la naturaleza o la justicia… Será tal vez la nueva religión.

Estos pensamientos vinieron al tropezar por azar con un poema corto de José M. Pemán (+1981) que expresó bellamente algo personal.

Te busqué entre las cosas
como un soplo de viento

entre las cañas del trigal dorado.
Te busqué por los cielos
como la luz que llena los espacios.
Por el mar te busqué como un murmullo
sin principio ni fin; por el arcano
de mi ser sin quietud, como el deseo
sin nombre; por los altozanos
de mi pensar, como la luz dorada
del sol poniente; por el verbo vano
del lenguaje sonoro, como un nombre
tejido de campanas y de salmos.

Y un día, cuando yo no te buscaba,
en mi retorno desilusionado,

te cruzaste conmigo suavemente
y me diste la paz como un honrado
labrador, por la tarde, en la vereda,
con todo un sol maduro de crepúsculo
sobre la curva lenta de la mano.

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Más tarde, rescaté de una vieja entrada, «Qué es creer», textos asimismo sobre la fe y la búsqueda.

Creer es buscar

¿Crisis de fe? La fe como el grano de trigo si no muere no da fruto, no sirve para nada. Si la fe quedara en la teoría o el recuerdo, inmadura, no mueve ni transforma.

La sensación predominante en una crisis religiosa, será de oscuridad y búsqueda, como rezó Leopoldo Panero Torbado en estos versos:

.. Todo mi corazón, ascua de hombre,
inútil sin tu amor, sin Ti vacío,
en la noche te busca,
le siento que te busca, como un ciego
que extiende al caminar las manos llenas
de anchura y de alegría.

Resultará difícil comprender al Dios de la tradición judeo-cristiana, desde la zarza ardiendo, o en el portal de Belén y crucificado como un malhechor. Buscarle sin desanimar, en la espera paciente y orante.

San Agustín, obispo (+439), comunicó en su libro “Confesiones” estos sentimientos y súplicas, buscador incansable de la verdad y la belleza divinas:

«¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí y yo fuera.
Fuera te andaba buscando, me abalanzaba sobre la belleza de tus criaturas.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me llamaste, me gritaste, y desfondaste mi sordera.
Me has tocado, y ardo en deseos de tu paz..
¡Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti!»

# Añadiré en esta ocasión los interpelantes versos que acompañaron la búsqueda:

Tienes que estar ahí, Dios mío,
¡tienes que estar!,
eres clamor de mi vacío
y mi ansiedad.

Tienes que estar, Señor, tu río
de aguas de paz
es el caudal de amor que ansío
para levar.

Tienes que estar ahí, confío
en tu verdad,
eres mi luz en el sombrío
cosmos del mal.

Tienes que estar: sin ti, Dios mío,
la humanidad
con su satánico extravío
me vencerá.

Tienes que estar ahí, Dios mío,
¡tienes que estar!,
solo mi amor por ti, tardío,
me salvará.

–Emma R. Valdés

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-Algo más por las fechas y según lugares, si preguntaron por las populares «Cruz de Mayo».

-Encontrarán en pdf una colección de entradas del blog sobre el tema de la fe: «Creer»

El Dios en el que creo / Pagola

Si yo escucho, Dios me habla
Si yo confío, él me acoge
Si yo me entrego, él me sostiene
Si yo me hundo, él me levanta.

– Resumiré testimonios del teólogo vasco José Antonio Pagola, puntos clave de su ‘credo’, agradecer así su ayuda para profundizar la fe.
– Nuestra fe quisiera ser la misma fe de Jesús de Nazaret, su Dios sea nuestro Dios, y nuestra esperanza la suya.

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Cristo, M.Rupnik

a . Jesús invitó a vivir la vida como un regalo, el amor misterio último de todo. No sentirme perdido en la existencia en manos del destino. Tengo a Alguien a quien puedo agradecer la vida.

b . Los Evangelios animan a no desentendernos de los demás, por una vida más digna y más dichosa para todos. Fue bueno creer en un Dios que me pregunta qué hago por mis hermanos.

c . El mal y la injusticia, la muerte, no tienen en el Evangelio la última palabra. Los mejores deseos, lo que aquí no pudo ser, llegará en Dios a plenitud. Viviré y esperaré mi muerte confiando.

d . Cada uno de nosotros decidirá cómo quiere vivir y morir. No es lo mismo creer en Dios que no creer. Me hará bien vivir sintiéndome acogido y salvado por el Dios Amor que Jesús reveló.

– Jesús, muéstranos al Padre.
– Felipe, quien me ve a mí verá al Padre.

– Si creen en Dios, crean también en mí.
– Creo Señor, pero aumenta mi fe.

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Podrán descargar aquí nuestra colección de post «Creer», eBook, pdf.

Creer en el cielo / Pagola

«No me resigno a que Dios sea para siempre un Dios oculto, sin conocer jamás su mirada, su ternura y sus abrazos. No me puedo hacer a la idea de no encontrarme nunca con Jesús».

Por la pasada fiesta de los Santos y difuntos, leí en el teólogo José Antonio Pagola su fe en la vida eterna, su apuesta por la vida, una luz que alumbra en la espera, océano de amor y esperanza, invitando a vivir con la puerta siempre abierta y el corazón despierto, para recibir al que llega y nos abraza, aunque esté tardando.

«‘Yo’ no he de ser enterrado. A la tierra no irá más que mi cáscara», escribió el poeta Juan Ramón Jiménez.

:: Creer en el cielo es para mí resistirme a aceptar que nuestra vida sea solo un paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándome en Jesús, presiento que Dios está llevando hacia su plenitud nuestro deseo de vida, de justicia y de paz, un deseo de la creación y de la humanidad.

:: Creer en el cielo es para mí rebelarme a que hombres, mujeres y niños, que conocieron en esta vida miseria, hambre y sufrimientos, queden enterrados para siempre en el olvido. Confiando en Jesús, creo en una vida donde ya no habrá pobreza ni más llanto, la verdadera patria.

:: Creer en el cielo es para mí acercarme con esperanza a enfermos crónicos, personas hundidas en la depresión y la angustia, cansadas de vivir y luchar. Siguiendo a Jesús, creo que un día conocerán lo que es vivir con paz y salud, «Ven, descansa, entra ya en el gozo de tu Señor».

«Cierto, como creyente, el último capítulo de mi vida será sin duda el primero de una nueva aventura, desconocida. Quisiera vivirlo así, como un desafío, con mucha ilusión». (JA. Pagola)

Creo, M. Luther King

Les ofrezco esta vez un bello texto de Martin Luther King, buen creyente, pastor bueno que fue consecuente hasta el final. Serán sus principales convicciones, necesarias también en nuestro tiempo, tiempo de violencias y enfrentamientos que pensábamos superados, una violencia tan inútil y destructiva como siempre.

Estas líneas fueron como su ‘CREDO’, lo que sustentó en verdad la esperanza de Luther King, fuerte en medio de tantas contrariedades. No estará permitido desanimar, siempre luchar, mas solo con las armas de la palabra y de la verdad.

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«Hoy, en medio de la noche del mundo, en la esperanza de la Buena Nueva, afirmo con audacia mi fe en el porvenir de la Humanidad.

Me niego a creer que las actuales circunstancias incapaciten a las personas para hacer una Tierra mejor.

Me niego a compartir la opinión de quienes pretenden que el hombre esté cautivo de las noches sin estrellas, del racismo, de la opresión, de la guerra.

Me niego a creer que nunca podrá llegar a ser realidad la aurora luminosa de la Paz y la fraternidad.

Me atrevo a creer que la verdad y el amor sin condiciones tendrán efectivamente la última palabra, pues la vida -aunque provisionalmente derrotada- es siempre más fuerte que la muerte.

ch_martin-luther-king-2-638[1]Creo firmemente que aun en medio de las bombas que estallan y los cañones que truenan, permanece la esperanza de un mañana luminoso.

Me atrevo a creer que un día todos los habitantes de la Tierra tendrán su alimento para la vida del cuerpo, educación y cultura para la salud de su espíritu, igualdad y libertad para la vida de sus corazones.

Creo igualmente que un día toda la humanidad reconocerá en Dios la fuente del amor, que la bondad será algún día la Ley, que el lobo y el cordero reposarán juntos, y nadie tendrá motivos para tener miedo. Creo firmemente que obtendremos la victoria.»

* Palabras entresacadas del discurso que Martin Luther King pronunció en la recepción del Premio Nobel de la Paz 1964. Cuatro años más tarde será asesinado en Memphis, Tennessee. Es un canto a la esperanza para todo hombre que cree en la fuerza liberadora del amor.

Vean aquí su Discurso íntegro.

Otro pacifista, monseñor Helder Camara, obispo de Recife (+1999), valiente defensor de los derechos humanos, dijo en una ocasión: «Existen minorías que saben muy bien que la violencia no es la buena respuesta a la violencia; que si respondemos a la violencia con más violencia, el mundo caerá en una espiral de violencias».

Creer hoy / cómo transmitir la fe

Disminuye el número de personas que dicen tener fe y religión, un desinterés por lo divino. Pensaremos pues el tema en modo libre y personal, sin prejuicios. Será bueno hacernos algunas preguntas.

Fue claro que Jesús de Nazaret notó un ambiente de agobio en la religión de su tiempo y quiso abrir horizontes y ayudar a la gente. Por eso su encargo a los seguidores: ¡Anuncien a todos la Buena Noticia, el Evangelio!

– Vengan a mí los que estén cansados y agobiados, yo los aliviaré. Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, encontrarán descanso, pues mi carga es ligera.

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= ¿No convendrá entender la fe en Dios como la entendió y vivió Jesús?
= ¿Cómo hacer presente hoy la Buena Noticia de fraternidad?
= ¿Cómo cambiar nuestro modo de pensar y de expresar la fe?
= ¿Apostarán sus discípulos ante todo por la vida y la compasión?

«El cristianismo navega con temor en medio de una ‘fuerte tempestad’. Deberemos pasar a ‘la otra orilla’, la cultura moderna no debe ser algo extraño ni hostil. El futuro nos da miedo, algunos creen más seguro mirar hacia atrás» (J.A. Pagola).
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Vean estos 10 verbos activos predicados de la FE:

Creer es amar
Creer es buscar
Creer es confiar
Creer es conocer
Creer es caminar
Creer es esperar
Creer es escuchar
Creer es pensar
Creer es vivir
Creer es seguir a Cristo.
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-Podrán leer más sobre el tema, en la colección de posts «Creer», pdf.

¿Cómo transmitir hoy nuestra fe? Unas sugerencias prácticas, si estamos siguiendo a Cristo desde el movimiento iniciado por el de Loyola, si queremos vivir los Ejercicios espirituales en la vida diaria…

Creer es bueno

Les pondré esta nueva comunicación sobre la fe, tomando algunas notas de testimonios y lecturas recientes, también del propio sentir.

Deseo expresar y sumar ‘razones para creer’, respetando otro parecer. Estos temas tan trascendentales no se resuelven con precisión matemática, solo el vivir de uno y el corazón comprenden algunas razones.

vitral1999¿En qué Dios crees tú? ¿La fe te ayuda a vivir? ¿Tiene ventajas creer?

– Para mí no es lo mismo creer en Dios que no creer.
– En el Dios anunciado por Jesús de Nazaret la gente encontraba algo ‘nuevo’ y ‘bueno’.
– Es bueno no sentirme perdido en la existencia, ni en manos del destino o el azar.
– Es bueno tener a Alguien a quien agradecer la vida.
– Me ayuda creer en un Dios que me pregunta con frecuencia qué hago por mis hermanos.
– Es bueno creer que el mal, la injusticia y la muerte no tendrán la última palabra.

También a mí el vivir y esperar mi muerte con esta confianza me hace bien: que nuestros más sinceros y mejores deseos alcanzarán un día en Dios su plenitud. Me importa recorrer la vida sintiéndome acogido y salvado por el Dios de Jesús. Es una opción por la luz y el sentido, que anima a vivir y pacifica.

-Vean el testimonio del Papa Francisco.

Creo en la resurrección

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Días atrás celebramos los santos y los difuntos de todos nosotros, nuestros seres más queridos que no hemos vuelto a ver. En las circunstancias de ahora como en otras, cuando parece reinar solo oscuridad y tristeza, el discípulo de Jesucristo también tiene dificultad para ver, nota temblar su voz y su mirada y aparecer la duda. Estos pocos versos de un himno litúrgico quisieran despertar la memoria y disolver toda neblina en la mañana, la limpia luz primera levantará el ánimo ahora retraído. La razón de ser de mi esperanza es Cristo resucitado, nuestro Señor del alba. Creer es también despertar y esperar.

El alba de oro crece
y anda ya próximo el Señor;
el sol, con lanza luminosa,
rompe la noche y abre el día.

¡Puro milagro de la aurora!
Cristo de pie sobre la muerte,
y el sol gritando la noticia.

Guárdanos tú, Señor del alba,
hijos de luz resucitados;
ser pura transparencia
bajo la luz recién amanecida.

CREO, el Papa Francisco

lit_capilla 4Este fue el Credo de juventud del Padre Jorge Bergoglio, ahora el Papa Francisco, que ofrezco aquí resumido. Él lo escribió a sus 30 años, pocos días antes de hacerse sacerdote. Su fe en Dios fue una apuesta entrañable por la vida y la bondad:

: Quiero creer en Dios Padre, que me ama como un hijo, y en Jesús, el Señor, que infundió su Espíritu en mi vida para hacerme sonreír y llevarme así al reino eterno de vida.
: Creo en mi historia, que fue traspasada por la mirada de amor de Dios y me salió al encuentro para invitarme a seguirlo.
: Creo que los demás son buenos, y que debo amarlos sin temor.
: Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero que me sonríe invitándome a aceptarla.
: Creo en la paciencia de Dios, acogedora, buena como una noche de verano.
: Espero la sorpresa de cada día en la que se manifestará el amor, la fuerza, la traición y el pecado, que me acompañarán hasta el encuentro definitivo con ese rostro maravilloso que quiero conocer y amar.

Él mismo contó que su profesión de fe fue escrita en momentos de gran intensidad espiritual, y que hoy la volvería a firmar.

(Ver en «El Jesuita», de Rubin-Ambrogetti, B. Aires, 2010)