– A José Puig, en memoria –
En el marco de una velada poética, alguien que primero escuchaba se levantó luego y con el corazón encendido sobrecogió a todos, por la verdad y calor de su poema. Que sobre Dios y otros temas, las creencias y las palabras no acaban nunca de decirlo todo: «Dime quién eres». La teología cederá el paso a la poesía y el rezo.
«Ahora que la noche es tan pura,
y que no hay nadie más que tú,
dime quién eres.
Dime quién eres y por qué me visitas,
por qué bajas a mí que estoy tan necesitado
y por qué te separas sin decirme tu nombre.
Dime quién eres tú que andas sobre la nieve;
tú que, al tocar las estrellas, las haces palidecer de hermosura;
tú que mueves el mundo tan suavemente,
que parece que se me va a derramar el corazón.
Dime quién eres; ilumina quién eres;
dime quién soy también, y por qué la tristeza de ser hombre;
dímelo ahora que alzo hacia ti mi corazón,
tú que andas sobre la nieve.
Dímelo ahora que tiembla todo mi ser en libertad,
ahora que brota mi vida y te llamo como nunca.
Sostenme entre tus manos, sostenme en mi tristeza,
tú que andas sobre la nieve.»
–Leopoldo Panero Torbado (+1962).
Reflexión:
• Señor, en la noche limpia noto tu presencia, en el silencio percibo el acento de tu voz. El corazón sueña verte mejor y conocerte.
• Tú sabes que yo creo en ti, aunque no te sienta cercano. Te veo como alguien conocido y amado. Que reciban el aliento de mi súplica los que te buscan.
• Tú que andas por la nieve, la pureza de los cielos y los inocentes, dame la transparencia que quiero.
• Que yo camine en el día y en la noche por sendas de luz y de verdad pura. Ven, Señor. Alegría. Aleluya.
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