Será el actual para muchos un tiempo de crisis religiosa, crisis de fe en creencias e instituciones que se vieron caducas. La poesía religiosa contemporánea será testigo de la crisis, hablará de oscuridad y cantará la ‘búsqueda de Dios’, con preferencia ahora de temas como la naturaleza o la justicia… Será tal vez la nueva religión.
Estos pensamientos vinieron al tropezar por azar con un poema corto de José M. Pemán (+1981) que expresó bellamente algo personal.
Te busqué entre las cosas
como un soplo de viento
entre las cañas del trigal dorado.
Te busqué por los cielos
como la luz que llena los espacios.
Por el mar te busqué como un murmullo
sin principio ni fin; por el arcano
de mi ser sin quietud, como el deseo
sin nombre; por los altozanos
de mi pensar, como la luz dorada
del sol poniente; por el verbo vano
del lenguaje sonoro, como un nombre
tejido de campanas y de salmos.
Y un día, cuando yo no te buscaba,
en mi retorno desilusionado,
te cruzaste conmigo suavemente
y me diste la paz como un honrado
labrador, por la tarde, en la vereda,
con todo un sol maduro de crepúsculo
sobre la curva lenta de la mano.
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Más tarde, rescaté de una vieja entrada, «Qué es creer», textos asimismo sobre la fe y la búsqueda.
Creer es buscar
¿Crisis de fe? La fe como el grano de trigo si no muere no da fruto, no sirve para nada. Si la fe quedara en la teoría o el recuerdo, inmadura, no mueve ni transforma.
La sensación predominante en una crisis religiosa, será de oscuridad y búsqueda, como rezó Leopoldo Panero Torbado en estos versos:
.. Todo mi corazón, ascua de hombre,
inútil sin tu amor, sin Ti vacío,
en la noche te busca,
le siento que te busca, como un ciego
que extiende al caminar las manos llenas
de anchura y de alegría.
Resultará difícil comprender al Dios de la tradición judeo-cristiana, desde la zarza ardiendo, o en el portal de Belén y crucificado como un malhechor. Buscarle sin desanimar, en la espera paciente y orante.
San Agustín, obispo (+439), comunicó en su libro “Confesiones” estos sentimientos y súplicas, buscador incansable de la verdad y la belleza divinas:
«¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí y yo fuera.
Fuera te andaba buscando, me abalanzaba sobre la belleza de tus criaturas.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me llamaste, me gritaste, y desfondaste mi sordera.
Me has tocado, y ardo en deseos de tu paz..
¡Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti!»
# Añadiré en esta ocasión los interpelantes versos que acompañaron la búsqueda:
Tienes que estar ahí, Dios mío,
¡tienes que estar!,
eres clamor de mi vacío
y mi ansiedad.
Tienes que estar, Señor, tu río
de aguas de paz
es el caudal de amor que ansío
para levar.
Tienes que estar ahí, confío
en tu verdad,
eres mi luz en el sombrío
cosmos del mal.
Tienes que estar: sin ti, Dios mío,
la humanidad
con su satánico extravío
me vencerá.
Tienes que estar ahí, Dios mío,
¡tienes que estar!,
solo mi amor por ti, tardío,
me salvará.
–Emma R. Valdés
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-Algo más por las fechas y según lugares, si preguntaron por las populares «Cruz de Mayo».
-Encontrarán en pdf una colección de entradas del blog sobre el tema de la fe: «Creer»
Hola de nuevo, que bueno encontrar a una persona que comparte sus reflexiones, su caminar y también la riqueza que se posee como resultado de tu caminar, la documentación, los poemas que a veces no sabemos relacionar con lo que vivimos, con nuestra fe, y en tu compartir nos enriqueces y a mi me creas un quietud que calienta mi interior.
Hola muchas gracias muy contento de leer tu comentario salud y paz
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