El agua, el vino, el pan, la vid o las semillas del campo, Jesús de Nazaret tomará realidades cotidianas para explicar su mensaje y para darse a conocer. No será fácil captar su íntima grandeza.
El tema del agua en el 4° Evangelio presentó así un horizonte de cambio y novedad. Agua es vida, fertilidad, alegría; sin ella muerte y desolación. También el agua será limpieza, purificación, promesa de mejora.
# En Caná con ocasión de una boda, Jesús de Nazaret y sus discípulos fueron invitados a la fiesta que podía durar varios días. El vino se terminó, con gran disgusto de todos.
– Jesús dijo: Llenen de agua sus grandes tinajas vacías
– El mayordomo dijo al novio: Tú guardaste el mejor vino para el final
Jesús se presentó como el amigo del novio que regala el mejor vino. Él mismo será como novio que celebra alianza de amor con todos nosotros, invitados a entrar en el banquete del Reino, en alegría y comunión.
# En Samaría la mujer conversó con Jesús, cansado y sediento, junto al viejo pozo.
– Si bebes del agua que te daré no tendrás más sed
– Señor, dame tu agua y no buscaré más
– Yo soy agua viva, tendrás un manantial de vida
La mujer buscó sin saber, ‘Dónde adorar a Dios’. El encuentro fue iluminador. La respuesta no fueron bellas teorías, sino la persona y palabras amables de Jesús de Nazaret. Salió reconfortada, saciada.
# En Jerusalén y desde la Cruz, el Maestro Jesús se dirigió a la humanidad dolorida, dolorido él mismo y abandonado de todos. Lección de amor y de fidelidad hasta el final:
– Si tienen sed, vengan a mí y beban. El que crea en mí, ‘De su seno brotarán ríos de agua viva’
– Jesús dijo: Tengo sed. Probó vino agrio, suspiró: Todo está cumplido. Inclinó la cabeza y entregó el espíritu
– De su costado abierto salió sangre y agua
Comunión de Vida entre Él y sus seguidores y seguidoras, su misma vida, su espíritu, su propia alma. El Hijo de Dios amando siempre, a todos perdonando. Jesucristo vino nuevo que alegra, agua viva que purifica.
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Sobre el misterio de su persona, nuestras preguntas, vean también la entrada ‘Yo soy el Amigo’.
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Oración de la samaritana
Señor, tú sabes que mi corazón anda inquieto,
lleno mi cántaro con ajetreos cotidianos,
que no sacio mi sed de vida plena,
no me bastan las aguas turbias y escasas.
Como la cierva busca corrientes de agua,
mi alma te busca, mi Dios, tengo sed de ti;
que tu lluvia me empape, Señor,
y convierta mi desierto en vergel.
Que mi vida rendida a tu Espíritu
se transforme como la samaritana;
dejando mi cántaro, seré amante discípulo,
iré contenta a comunicarles la Buena noticia.
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Textos del evangelio de san Juan, cc. 2, 4 y 19.
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Esta notas musicales de la Cantata de J.S. Bach, ‘Jesus bleibet meine Freude’ BWV 147, Jesús es mi alegría, es la fuerza de mi vida.