En los inicios de este curso escolar, recibo con mucho agrado unas líneas del compañero Fernan Ravsberg que traigo para el blog ‘nicodemo’:
«No dejo de maravillarme cuando se anuncia el comienzo del curso escolar, y confirmo que ningún niño cubano se quedará fuera de las aulas, ni siquiera los que viven lejos, los más pobres o aquellos necesitados de una enseñanza especial.
En nuestro continente es un milagro. Pienso en mi país, Uruguay, donde los chicos recogedores de basura rara vez visten la túnica de primaria o los que no pueden levantarse temprano por andar pidiendo las sobras de los restaurantes en la madrugada.»
# Hoy el reto de la educación es ser económicamente sostenible, universal y gratuita, sin cerrarle la puerta a ningún niño, sea este huérfano o un síndrome de Down, el hijo de campesinos, de un albañil o de un delincuente.
# Quienes miren la vida desde países desarrollados no puedan comprenderlo, pero vivimos en un mundo que le niega a 57 millones de niños pobres, desamparados o minusválidos el derecho a una escuela. Es bien triste y decepcionante.
(Si gustan podrán leer impresiones de un viajero, «Desde Cuba», pdf.)