Cuaresma / nacer de nuevo

+ Hoy la fiesta de san José, el esposo de María y padre de Jesús de Nazaret, hombre disponible, sincero y entregado, de pocas palabras y buenas acciones, protector de la infancia y de las personas mayores, ruega por nosotros +

    Salve, custodio del Redentor
    y esposo de la Virgen María.
    A ti Dios confió a su Hijo,
    en ti María depositó su confianza,
    contigo Cristo se forjó como hombre.

    Bienaventurado José,
    muéstrate a nosotros como padre
    y guíanos en el camino de la vida.
    Concédenos gracia, misericordia y valentía,
    y defiéndenos de todo mal. Amén.

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– ‘Si no nacen de nuevo, no podrán entrar en el reino de Dios’ (Juan c.3)

Aunque ya llevamos un tiempo de marcha con la Cuaresma, parecen verdaderos y hermosos estos versos que verán de Florentino Ulibarri. Cuaresma será ocasión para ‘renacer’, para mejorar y ayudarnos unos a otros como Cristo nos ayudó.

‘Quien quiera seguirme, tomará cada día su cruz y vendrá conmigo’
– La cruz de Cristo con su resurrección marcaron nuestra vida.
– Celebramos y renovaremos nuestro compromiso en la Vigilia Pascual.


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    «Empezar la Cuaresma bien lavado y aseado;
    despierto, como la creación que gime y canta;
    limpio, como el firmamento allá arriba;
    luminoso y fresco, como son las alboradas;
    y perfumado, como el aire de mi tierra.

    Empezar la Cuaresma sin barreras ni murallas;
    con las puertas y ventanas abiertas;
    con las antenas altas y bien orientadas;
    sin miedos, con esperanza y muchas ganas,
    y con la casa barrida y bien oreada.

    Empezar la Cuaresma sin hacer trampas;
    caminando, sin fijar la vista en las renuncias,
    ni retener el carnaval que susurra otras cosas;
    dejándonos llevar por el Espíritu
    y exponiéndonos, desnudos, a su brisa y fuego.

    Empezar la Cuaresma desmarcándose
    con firmeza de políticas partidarias y corruptas,
    de compromisos con prebendas,
    de privilegios huecos y egoístas
    y de dobles contabilidades con cajas oscuras.

    Empezar la Cuaresma ayunando sin complejos,
    orando en lo secreto al Padre que nos ama
    pidiendo por su proyecto y lo que necesitamos,
    y haciendo de la limosna, tan denostada,
    causa alegre, generosa y muy humana.

    Empezar la Cuaresma con un saludo de bienvenida;
    dejando las tinieblas en sus cuevas;
    dando gracias por la vida;
    recibida con ganas infinitas de recorrer sus sendas
    y con la mochila preparada y ligera.

    Empezar la Cuaresma en tu compañía, Señor,
    ¡y a la aventura, cada día!»

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