Fue tradición al terminar el día agradecer con cantos y oraciones, también suplicar mil perdones a Dios y las personas, deseando la paz.
A punto ya de oscurecer, cada día recordaré la vida y las sonrisas, las sombras y la luz, las palabras y presencias, también las penas y trabajos, al fin todo presentado, ya en reposo.
– Hasta mañana si Dios quiere. Y así será mañana un día nuevo. Dichosos si el Señor al venir los encuentra bien dispuestos, él mismo habrá de obsequiarlos con su banquete, fiesta sin final, premio a la fidelidad en la noche y en el día.
Para tal fin se escribieron numerosos poemas y oraciones, la noche fue melodía. Aquí encontrarán uno de ellos, al terminar el día y comenzar la noche, vencida en apariencia la luz, que esperó impaciente por regresar mañana y disipar todas las sombras.
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.
. . Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.
. . Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.
. . Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día.
(francesc malgosa)
Acompañando el tema recuperé estos versos expresión del propio miedo, con la confianza en las noches oscuras:
Señor de la noche quédate que oscurece
no pases de largo señor de mi noche.
_No temas yo tomaré tu mano, y si anochece seré y si anochece seré descanso_
Señor de mis sueños amiga presencia
seremos los dos alabanza si amanece.