Buscar a Dios

    – ¿Qué buscan? Preguntó Jesús a los discípulos. Maestro ¿dónde vives? Vengan conmigo y lo verán.
    – Buscaron a Jesús entre los parientes, pero no lo encontraron. Al fin lo vieron en el Templo. María guardó todo esto en su corazón.

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Leyendo asimismo la reseña de un libro reciente, me hizo pensar y decir algo, mas no supe muy bien qué pensar ni qué decir.

Se aparentó buscar la verdad sobre Dios y la vida eterna, en tono divertido pero respetuoso. Tal vez quisiera el autor justificar así su propio ateísmo. Para conseguirlo el escritor estuvo dispuesto a darse unas vueltas por el Vaticano y llegar al fin del mundo, consecuente con su enigmático propósito, y con su nuevo libro.

    – Un loco sin Dios que persigue al loco de Dios (Francisco) hasta el fin del mundo, así se explicó.

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Habrá una búsqueda de Dios diversa, pues no toda búsqueda tiene un mismo principio ni parecido fin. Buscar a Dios sinceramente fue viejo empeño de la razón humana, libre de prejuicios.

    – Así filósofos como san Agustín, Anselmo de Canterbury, Edith Stein y tantos otros. Vean nuestra entrada «Busco tu rostro».

= Buscar a Dios será la reacción ante las clásicas cuestiones: ¿Existe Dios? ¿Quién es? ¿Dónde está Dios? Uno dejará luego el tema, o bien prosigue indagando.

    .. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca, dios mio.

= Buscar a Dios sinceramente, incluso con la confianza (fe) de que llegará a encontrarlo. Una sana ansiedad vital por saber y conocer, será el buen ‘deseo de Dios’.

    . . Mi alma tiene sed del Dios vivo; ¿cuándo veré el rostro de Dios?

= Buscar a Dios por interés, por necesidad, buscando seguridad. Mueve su búsqueda el temor más que el amor, para congraciarse con el Ser supremo.

    . . Dichosos los que encuentran en ti su fuerza, señor.

= Buscar a Dios sin interés, como dando casi por hecho que es tarea imposible, ni la ciencia ni la razón avalan la búsqueda, una quimera innecesaria. Así el agnóstico.

    . . Oh Dios me has abandonado, ni de día ni de noche te encuentro, pregunto y no respondes.

= Buscar a Dios para conocerlo . Es el interés de la búsqueda, conoocer a Dios y amarlo, dejarse conocer y amar por él, creador y señor nuestro. Es el creyente inquieto.

    . . Conocerme a mí, conocerte a ti; desde siempre me buscaste, ahora al fin te encontré (san Agustín)

= Buscar a Dios para negarlo ¿Será posible? Sí, claro. La razón sin corazón disecciona la idea, analiza en frío . . Pero el dios buscado es persona, es amor, no es una idea.

    . . No te puedo conocer, si tú no te das a conocer; no sé dónde buscarte, si tú no me lo dices (Anselmo de C)

= Buscar a Dios para darlo a conocer, para amarlo y servirlo. Meta de la vida de Jesús de Nazaret, dar a conocer a Dios como Padre misericordioso.

    . . Nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

En la búsqueda de Dios la razón tiene un límite, a la espera de que Dios mismo diga quién es y qué desea, que se revele, dicen los teólogos, que se dé a conocer. Será la tradición bíblica judeo/cristiana, y otras.

    – Jesús de Nazaret dijo que el Padre Dios no se dará a conocer a los sabios y entendidos, sino a los pequeños y sencillos.
    – Que no es nuestro pensamiento el que da el ser a Dios ni la existencia. Es él quien nos da el ser y el existir a nosotros.

A partir de ese momento ya no se hablará de búsqueda sino de relación, de encuentro con Dios, de acogida a Jesús dios hecho hombre, fundamento de la fe cristiana, más que el mucho elucubrar.

Así en positivo, vean nuestro post «Encontrar a Jesucristo».

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No Hay Paredes – Jesús Adrián Romero – México
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–Salmos 41 y 83
–Javier Cercas, El loco de Dios en el fin del mundo, 2025

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