Como regresaron por primavera las golondrinas a nuestras cálidas orillas, así de vez en cuando lo romántico regresó a nuestro blog, su música y su lamento. Esta vez con un poema conocido de Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-Madrid, 1870).
Dejando la superficie de su sonora forma, oiremos el diálogo de un tiempo que viene con otro que no volverá. Fue la vida en su caducidad, hecha de relaciones y desencuentros, como el otoño y el invierno que vieron de lejos la vida en primavera.
Cantó Bécquer los espacios y el tiempo de nuestra vida a la medida de los sentimientos. Recuerdos y olvidos, sensaciones, gozos y pesares, todo dejará alguna huella en la memoria, mas solo el amor de verdad pareció perdurar, imborrable, divino, sobre un fondo de eternidad.
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RIMA LIII
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas… ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…,
ésas… ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…, desengáñate,
¡así no te querrán!
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-Vean también nuestro post «El tiempo que pasa».
-Estaremos celebrando que esta fue la entrada 444 publicada en el blog.
