La Eucaristía, significados

    «Yo, Pablo, recibí esto del Señor, que la noche en que fue entregado, tomó pan, dio gracias, lo partió y dijo: Es mi cuerpo que se da por ustedes; hagan esto en mi memoria.
    . . También la copa diciendo: Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, beban en memoria mía. Anunciarán así mi muerte hasta que vuelva»
    (1Corintios c.11)

Corpus Christi, Jueves Santo, memoria de la Pasión, de la Cena y primera Eucaristía. Tiempo de celebraciones en memoria de Jesucristo y de su Pasión.

– Fue el ‘grano de trigo caído en tierra’ que dio el mejor fruto, salvación para toda la humanidad.
– ‘Hagan lo que Él les diga’, agua que será el mejor vino, el vino su propia sangre, y su cuerpo el pan compartido.
– ‘Como yo…’ Sin olvidar el mandato del servicio a sus pies y el mandamiento nuevo.

En los diversos modos de nombrarla, Pan de Vida o Fracción del pan, será la Comunión, la Eucaristía: «Tomen y coman, es mi Cuerpo».

Fue misterio de fe acoger el gesto de partir el pan, su trascendencia para el cristiano, que reconocerá la presencia del Señor y la ofrenda de su vida, también ahora, esa fue su voluntad.

    «Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin de los tiempos» (s.Mateo c.28)

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Verán aquí algunas facetas y significados de ese precioso regalo.

LA EUCARISTÍA ES . . .

+ ENCUENTRO y ACCIÓN DE GRACIAS

A veces preguntamos dónde está Dios, dónde está Jesús. La Eucaristía es encuentro con el Señor y es reunión fraterna, hasta que Él venga. Lo primero será dar gracias, eso significa Eucaristía, agradecer su entrega y amistad.

+ ACOGIDA y RECONCILIACIÓN

El Señor nos espera siempre con la puerta abierta para darnos su bienvenida y para agradecer que estemos cerca para escuchar su Palabra y para recibir su misma Vida, sin temor, reconciliados.

    – Cuerpo de Cristo, sálvame
    Sangre de Cristo, embriágame
    Agua del costado de Cristo, lávame.

+ ENCARNACIÓN y PRESENCIA

En Nazaret, la casa de María, Dios quiso vivir con nosotros, fue la Encarnación. Su deseo prosigue ahora en la Comunión, ‘Tomen, es mi Cuerpo’, Jesús vive en mí, en nosotros, en el necesitado.

+ OFRENDA y LLAMADA

Ofrenda del pan y del vino, y ofrenda de sí mismos, ‘Tomad, Señor y recibid’, serán también ‘Cuerpo de Cristo’, ofrecidos para colaborar en la venida del Reino, el Señor nos llama y necesita, ‘Ven y sígueme’.

    – Los pobres son evangelizados
    Los cautivos recuperan la libertad
    y los ciegos la vista.

+ COMUNIÓN y REDENCIÓN

Misma mesa, mismo pan, compartiendo vida y proyectos, es la comunión. Nos recuerda que fue costoso, que fue rechazado y crucificado, pero resucitó, está aquí entre nosotros, salvando, perdonando, reuniendo.

+ PAZ y VIDA ABUNDANTE

Primer deseo de Jesús resucitado ‘La paz con ustedes’, una paz que reconcilia y envía, ‘Anuncien la Buena Noticia’. En cada Eucaristía Jesús comparte su Vida, su Paz y su Proyecto de liberación. Él cuenta conmigo.

+ SANTIFICACIÓN y ENVÍO

Como un Pentecostés, la Comunión nos santifica y reafirma nuestra condición de hijos amados de Dios, enviados como mensajeros de paz y de esperanza, ‘pan de vida’ para todos.

    – En la hora de mi muerte llámame
    y ponme junto a Ti,
    que con tus santos te alabe por siempre.

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= Imagen: La Santa Cena, s. xviii, dibujo, autor anónimo

= Ave Verum Corpus, W.A.Mozart, 1791.

    Salve, Cuerpo verdadero nacido de la Virgen María, verdaderamente atormentado, sacrificado en la cruz por la humanidad, de cuyo costado perforado fluyó agua y sangre. Sé para nosotros un anticipo en el trance de la muerte.

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(a) Vean nuestra entrada correspondiente, «Ejercicios espirituales, temas y cantos», para la meditación y la Eucaristía diaria.

(b) Una presentacion del tema en «El pan de Cristo, la comunión», y diferente en «Lorca, Oda al sacramento «.

Y sobre la oración «Alma de Cristo», mencionada en el texto.

(c) El Papa Francisco, hablando de la oración, ofreció este pensamiento que nos compromete a todos a ser pan, si queremos ser y hacer como Jesús:

    «En la oración, Dios nos toma, nos bendice, y después nos parte y nos da para el hambre de todos. Cada cristiano está llamado a convertirse, en las manos de Dios, en pan partido y compartido»

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