Será un momento para el sentimiento y el arte, vivir la vida abiertos para saborear las formas, el sonido y el color de todo. El artista nos facilitará el acceso al alma de cuanto existe, para hablarnos desde ahí y enamorarnos. Será la metafísica más natural y más divina.
Vieron tal vez algún episodio de la serie ‘Genius: Picasso’. La vida revuelta del artista, su creación constante, el amor y la pasión, las contrariedades de carácter. Como todo genio, Picasso sufrió la soledad y la adulación. Fue difícil, necesitado e infantil, y a la vez grande en el arte de vivir y recomponer la realidad en su fealdad y belleza.
«Cada uno de nosotros tiene su manera de amar y de odiar, y ese amor o ese odio reflejan su entera personalidad» (Henri Bergson).
Picasso, su arte y la propia vida, pasó por etapas diferentes. En las relaciones y afectos muchas mujeres quedaron marcadas para siempre por el carácter imprevisible, unas veces cruel otras tierno, del pintor.
«Pinto igual que otros escriben su biografía. Los cuadros terminados son las páginas de mi diario» (Pablo Picasso).
Cfr. ‘Genius: Picasso’, serie documental, National Geographic, 2019.
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* Imagen: ‘Los dos saltimbanquis: Arlequín y su compañera’, 1901, Pablo Picasso, período azul del pintor, París. Tan cercanos y tan distantes, Arlequín y su compañera no se comunican. Será la sensación de soledad e incomunicación que Picasso quiso transmitir en esta obra juvenil, cada personaje absorto en sus propios pensamientos.
Recordaré esta balada sentimental de Céline Dion. Nos dirá que la vida está también hecha de pequeñas cosas, como el juego de los niños, el adiós inevitable, los murmullos de la lluvia y del amor. Así lo cantará desde su obligada soledad, en ‘Toutes ces choses’.
(Texto español es comentario)