Evangelizar hoy : ‘La alegría del Evangelio’

    «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación» /san Marcos c.16

– Hoy es domingo y fiesta de la ‘Ascensión’. Los discípulos temerosos quedaron mirando al cielo, pero el Señor quedó grabado en sus mentes y corazones, quedó aquí presente en la Eucaristía, en nosotros, en el enfermo, en el preso… ¡Quédate Señor!

La fe en Jesucristo, la esperanza en la Humanidad nueva y el Amor que mueve montañas no bastarán, si no se extiende la Buena Noticia del Reino, semilla buena para pequeños y grandes, los de cerca y los de lejos.

La buena semilla del Reino desea ser acogida y acompañada, sea en tierra buena o aun entre zarzas, pero dando al fin frutos sabrosos de justicia y compasión. Será la misión de evangelizar.

Cena del Reino, Maximino Cerezo

Retomaré algo leído de un encuentro reciente de trabajadoras y colaboradores de la enseñanza y trabajadores sociales, y más tareas de formación en torno a los jesuitas, reunidos en la Casa de Loyola, España.

Se oró y reflexionó sobre modelos para la misión, compartiendo vivencias e inquietudes, involucrándose, siempre hacia adelante pero pacientemente, sin dar pasos en falso ni en soledad, evangelizar hoy en comunión de metas y sintonía en modos de proceder.

Su camino se inspiró en los verbos que propuso el Papa Francisco en el documento ‘La alegría del Evangelio’ (2013). Quisieron unos y otros entender la evangelización al modo de Jesús, una llamada a tomar la iniciativa, estando cerca, en plan gozoso, buscando dar frutos del buen espíritu : hospitalidad, misericordia, reconciliación.

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    «La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan»

A – La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha precedido en el amor y por eso ella tomará la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los alejados y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos.

La comunidad creyente vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva. ¡Atrevámonos un poco más a primerear!

B – Como consecuencia, la Iglesia sabe ‘involucrarse’. Jesús lavó los pies a sus discípulos. El Señor se involucra e involucra a los suyos, poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos. Pero luego dice a los discípulos: ‘Serán felices si hacen esto’ (Jn 13,17).

La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana, achicando distancias, se abaja si es necesario, y asume la vida humana tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo, evangelizadora con ‘olor a oveja’ y éstas escuchan su voz.

C – La comunidad evangelizadora se dispone a ‘acompañar’. Acompaña a la humanidad en sus procesos, duros y prolongados. Sabe de esperas largas y de aguante apostólico. La evangelización tiene paciencia.

D – Fiel al don del Señor, también sabe ‘fructificar’. La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los frutos, porque el Señor la quiere fecunda. Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña.

El sembrador, cuando ve despuntar la cizaña, no tiene reacciones quejosas ni alarmistas, cuidará que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos, aunque parezcan imperfectos. Que la Palabra sea acogida y manifieste su potencia liberadora.

E – Por último, la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe ‘festejar’. Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante. La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia con la exigencia diaria de extender el bien.

La Iglesia evangeliza y se evangeliza con la belleza de la liturgia, celebración de la actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso para la entrega.

    * Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, La Alegría del Evangelio, del Papa Francisco en la fiesta de Cristo Rey, noviembre 2013. Fue nuestro resumen del n.24.

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(1) De la fiesta de la Ascensión del Señor, les recuerdo esta reflexión de años anteriores «Quédate, Señor, con nosotros», ante el temor a perderlo de vista, sin su presencia y sin su ayuda.

(2) En comentario verán una reflexión del Cardenal Newman : el Señor nos llama reiteradamente para ir avanzando en nuestra vocación de cristianos y evangelizadores.

(3) Sobre la Carta del Papa, vean la entrada «Crecer en solidaridad»