¡SOLO NOS LLEGO LA TARDE!
¡Qué linda frase! Unos versos del poeta uruguayo Mario Benedetti, tan respetuoso de la vida propia y de los demás, cantó la esperanza.
La ocasión de esta entrada fue la llegada del poema de Benedetti, pero también la fiesta de San Lucas, un joven discípulo muy interesado en conocer a los discípulos más veteranos como San Pablo, valorar su aporte y experiencia.
Una tradición dirá que el joven Lucas y el ya venerable Pablo tuvieron largas conversaciones en Roma, Pablo preso y maltratado, dispuesto a la muerte por su fe en Cristo Jesús.
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– Todos me abandonaron; solo Lucas está conmigo… El Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas. /2Timoteo c.4
Se dijo que San Lucas fue médico, que curó a Pablo en la cárcel sus heridas; también fue pintor, que conoció y dibujó a María, la Madre del Señor. Lucas hizo preguntas, y en su evangelio encontraremos algunos detalles, un tesoro que María pudo confiarle, tal vez.
Regresaré a los versos de Benedetti ‘Solo nos llegó la tarde’. En efecto, en cuanto llegaron, llegamos, al atardecer de la vida abundaron las ofertas: ‘Prepara bien tu jubilación’, ‘Curso para mayores’… Para pasar con decoro la nueva etapa.
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– ‘Siempre adelante’, será el lema de Valentí Fuster, 81 años, experto cardiólogo, mantener una actitud positiva, con un proyecto en marcha, una ilusión para avanzar, y más por ayudar a otros.
Se presentarán pues ofertas, a veces en tono de compasión y recortes, otras veces con tono positivo de cooperación y oportunidades, como en el caso de Pablo y Lucas, un camino para el conocimiento y la confianza. Mejor así. Estamos en ello.
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Aquí no hay viejos
solo que llegó la tarde:
una tarde cargada de experiencia,
experiencia para dar consejos.
Viejo es el Mar y se agiganta,
viejo es el Sol y nos calienta,
vieja es la Luna y nos alumbra,
vieja es la Tierra y nos da vida,
viejo es el Amor y nos alienta.
Aquí no hay viejos
solo nos llegó la tarde.
Joven: si en tu caminar encuentras.
Seres de andar pausado.
De miradas serenas y cariñosas.
De piel rugosa, de manos temblorosas.
No los ignores ayúdalos.
Protégelos ampáralos.
Bríndales tu mano amiga. Tu cariño.
Toma en cuenta que un día.
También a ti, te llegará la tarde….
–Mario Benedetti (+2009)
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Les pondré aquí unos versos del conocido himno de Vísperas, oración al atardecer, donde la fe se reviste de esperanza, esperanza cierta porque espera con amor al amante que es Cristo, que nos amó y nos ama, abriéndonos un horizonte, amanecer de luz que no acabará.
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Este es el tiempo en que llegas,
Esposo, tan de repente,
que invitas a los que velan
y olvidas a los que duermen.
Mira que estamos alerta,
Esposo, por si vinieres,
y está el corazón velando,
mientras los ojos se duermen.
Danos un puesto a tu mesa,
Amor que a la noche vienes,
antes que la noche acabe
y que la puerta se cierre.
–José Luis Blanco Vega, +2005
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+ Te pedimos, Señor, que la claridad de la resurrección de tu Hijo ilumine las dificultades de nuestra vida; que no temamos ante la oscuridad de la muerte y podamos llegar un día a la luz que no tiene fin +
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(1) La tarde es puesta de sol y antesala de la noche clara, paraíso de estrellas sin fin, espera de un nuevo amanecer. Los versos de Benedetti invitaron a la felicidad y a dar gracias cada día, en cada etapa, gracias a la vida, gracias a la gente querida, gracias al Dios Amor que nos alienta.
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– El amanecer y los atardeceres son bellos, evocadores, tal vez porque el sol se vislumbre apenas, sin deslumbrar.
El tema evocó el poema y canción, hermosa y a la vez triste, ‘Gracias a la vida’ de la chilena Violeta Parra, querida y recordada… Su vida se rompió con dolor antes de tiempo, en pleno mediodía. Besos a todos, y gracias a la vida de cada uno.
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(2) Vean en comentario la reflexión de J.L.Pinilla, cómo vivir y acoger una nueva etapa en la vida.
(3) Cf. Sobre la relación Pablo de Tarso y san Lucas, el film «Pablo, apóstol de Cristo», de Andrew Hyatt (2018).
(4) Otros modos de ver el tema, en nuestro post «Envejecer bien, orar con Teilhard».
Y este lindo poema muy sentido de José Luis Martín Descalzo, lleno de humildad y de fe, enfermo y viendo cercano su final:
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¡Oh noche que guiaste cada día mis pasos
y que ahora me sigues sosteniendo en el cansancio,
noche que multiplicas mi diminuto amor,
noche que alumbras mi paso vacilante hacia el final!
Déjame bendecirte con mis manos atadas que te suplican:
Sigue, sigue, río de Dios lamiendo mis resecas orillas;
sigue tú sosteniendo esos tartamudeos que nada dicen
sino lo que tú dices a través de mis labios asombrados.
Sigue, pan, floreciendo entre mis dedos,
hasta que un día duerman, por fin, mis huesos
mientras tú sigues hablando a mis hermanos
a través de mi última, definitiva noche.
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Podrán descargar aquí, EBOOKS_LINKS, pdf, de nicodemoblog.
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«Lo importante es poder cerrar los círculos o etapas de una vida con paz, a ser posible de manera agradecida y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. Sucede como con las ondas producidas por las piedras lanzadas en el agua, que van creando círculos cerrados pero que de manera creciente van dando paso a otros nuevos (¡y más grandes!). Piedras que caen en un estanque y provocan asombro.
Es muy importante ser consciente de cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, o escudriñando resentimientos, parece que se pierde la alegría y el sentido del resto de días que se encamina hacia la eternidad. Saber cerrar unos círculos con la posibilidad de abrir otros».
(Cf. José Luis Pinilla SJ, Vida Nueva, 02/09/2024)