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Prosigue lo previsto. Fue el deseo de hacer el eBook «Meditaciones» más asequible resumido en varias entregas, largo retiro espiritual en tiempos del ‘Jubileo de Esperanza 2025’. Ahora ya en Tiempo Pascual, reencuentro con el Señor Jesús, la nueva Luz.
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5ª Meditación
JESUCRISTO .-
“MAESTRO, ¿DÓNDE VIVES?”
# Las meditaciones anteriores nos entrenaron para la jugada principal: conocer bien, querer de corazón y seguir a Jesucristo, el maestro de Nazaret, nuestro Señor.
Ya se despejaron incógnitas sobre Dios, sobre el mal del mundo y los propios pecados. Renovaré mi confianza en la misericordia del Padre Dios, que me recibió en la casa y me abrazó. Nada que temer.
No he de mirar ya más atrás, sino adelante, fijos los ojos en Jesús que me ofrecerá su amistad y me dice: ‘Yo soy el Camino . . Ven conmigo’.
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La novedad de la fe cristiana estará en acoger el misterio de la persona de Jesús ‘Dios se hizo presente’ y volcarse en su proyecto.
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# Los discípulos vieron a Jesús que caminaba solo buscando ayuda y compañía. Se preguntaron quién era y qué ofrecía. Nuestra oración será contemplación: observar, conversar y dejarnos interpelar: ‘Te necesito’.
– Fue el encuentro que contó san Juan en su Evangelio capítulo 1°: Jesús de camino y dos jóvenes que lo siguen para conocerlo. El Bautista les dijo que Jesús es el hombre que todos esperaron.
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Él se les adelantó y preguntó: ¿Qué desean? -Maestro ¿dónde vives? Y los invitó a venir y ver.
– Interesó saber qué planes tiene, si podemos ser sus discípulos. El texto hablará de un rato largo de conversación, inolvidable, dándose mutuamente a conocer, sus amores y sus temores. El que contempla participa.
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Así comenzó una nueva vida para ellos y muchos más llegados para beber de ese pozo de agua fresca, manantial de vida y amor de Dios.
# Pedirás el “Conocimiento interno del Señor que por mí se hizo hombre, para que más lo ame y le siga”. Será necesaria una experiencia personal que dejará huella. Así fue el comienzo de la fe en el Evangelio.
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– Creer será encontrar, conocer, amar y seguir a Jesucristo, ponerse a su disposición, ser amigo y discípulo. Más que elucubrar, deberás pedir, conversar y ofrecerte.
– Jesús a orillas del Jordán observó jóvenes decepcionados y el sufrimiento de muchos, y clamaron al cielo que enviara un Salvador. Confiaron insistentes: «Ven, Señor».
# Podrán servirse del Salmo 130, ‘De profundis’, que acompañará nuestra petición: “Ven a salvarnos”. María la madre enseñó a orar a Jesús con los salmos, en comunión con su pueblo, ahora sometido al Imperio, y con la humanidad entera necesitada de redención:
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“Desde lo más profundo grito a ti: ¡Señor, escucha mi clamor! ¡Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas!
. . Si llevas cuentas de las culpas, ¿quién, Señor, resistirá? Mas el perdón se halla junto a ti. Yo espero en el Señor, en su palabra; mi alma aguarda al Señor más que el centinela la aurora.
. . Aguarden todos al Señor. Con el Señor viene el amor y la redención, con él la salvación; él redimirá a Israel de todas sus culpas”.
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En este tiempo de tanta violencia, de tanta inhumanidad, oigamos la voz de los niños con José Luis Perales pidiendo vida, suplicando paz.
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