Quédate porque anochece / los temores

    – Qué es la santidad . . La santidad es dejar que las bienaventuranzas recorran tus labios, caminen con tus pies, se encarnen en tus manos. Vivir amando y sirviendo. — @ferminnegre

Dias pasados celebramos la fiesta de los santos y difuntos, y recordé los versos de Mario Benedetti ‘Solo nos llegó la tarde’, la vejez como un atardecer. Quise traerles hoy el poema de Ernestina de Champourcin donde nos hablará del anochecer, donde la luz de la vida poco a poco se fue apagando hasta la oscuridad ¡Quédate conmigo!

La noche dejará todo en suspenso, en espera. La naturaleza duerme, los ruidos de la ciudad cesan, las personas conversan y descansan, otras en soledad temerosas del silencio y del oscurecer ¡Quédate conmigo!

Además de respirar confianza y amistad, estos versos tienen un aire de examen, repaso de los fallos y errores, los temores, pero también de las luces y alegrías, acción de gracias.

Desde la fe todo quedará bien armonizado por al amor recibido y el amor compartido ¡Quédate conmigo!

    Porque anochece ya,
    porque es tarde, Dios mío,
    porque temo perder
    las huellas del camino,
    no me dejes tan solo
    y quédate conmigo.

    Porque he sido rebelde
    y he buscado el peligro
    y escudriñé curioso
    las cumbres y el abismo,
    perdóname, Señor,
    y quédate conmigo.

    Porque ardo en sed de ti
    y en hambre de tu trigo,
    ven, siéntate a mi mesa,
    bendice el pan y el vino.
    ¡Qué aprisa cae la tarde!
    ¡Quédate al fin conmigo!

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El poema es himno en la Liturgia de las Horas, en la oración de la tarde al final de los trabajos, las ‘Visperas’. Hará referencia a los discípulos de Emaús caminando con Jesús: ‘Quédate con nosotros, porque anochece’. También nosotros pediremos:

+ Quédate con nosotros, Señor Jesús, sé nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra débil esperanza; así, nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en las Escrituras y en la fracción del pan, peregrinos de esperanza +
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Acompañando el tema recuperé estos versos, expresión de propios miedos y confianzas:

«Señor de la noche quédate que oscurece
no pases de largo señor de mi noche.
– No temas yo tomaré tu mano
y si anochece seré tu descanso.

Señor de mis sueños amiga presencia
seremos alegre alabanza si amanece»
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Cf. De Mario Benedetti verán nuestra entrada «Solo nos llegó la tarde», y este otro para terminar el día «La noche fue melodía».

Cómo me llama Dios

    «Así te habla Yahvé, que te ha formado.
    No temas, porque yo te he rescatado;
    te he llamado por tu nombre, tú eres mío»
    /Isaías c.43

    «El Buen Pastor reúne sus ovejas, pues las conoce y las llama por su nombre, conocen su voz» /Juan c.10

Fueron deberes del curso de Manresa: pensar cómo nombramos a Dios, y cómo Dios nos llama a cada uno, a cada una, y se dirige a nosotros, y nos espera. Cada cual verá. Ahora vean estos 13 nombres, su modo de vernos y de encontrarse con nosotros.
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= Hijo mío… así nombró el Padre a Jesús en su bautismo y a cada uno de nosotros
= Amigo mío… así llamó Jesús a discípulos y seguidoras, así me llama
= Juan y José… conoce el nombre de mi bautismo, el que me dieron mis padres
= Jesús y Cristo… te dió un nuevo nombre para el ‘hombre nuevo’ que eres
= Nicodemo… habrás de nacer de nuevo ahora
= Mi discípulo… tú eres el que escucha y aprende, me acompaña y ayuda
= Apóstol… él te llamó y lo dejaste todo, lo seguirás y te enviará lejos
= Qué buscan… sus primeras palabras para dirigirse a cada uno, a Juan y Andrés
= Pedro te llamarás… dura piedra y servidor de la Iglesia, cada cual con su dificultad
= Levántate… así se dirigió y se dirige al paralítico y al hijo de la viuda que soy
= Vengan a mí… publicanos y pecadores acérquense y descansen, mi carga es ligera
= Servidor, no señor… su discípulo para amar y servir
= Paz contigo… su saludo me llama y consuela, nos hace instrumentos de su Paz.
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+ Hijo mío, yo fui tu creador, con manos de alfarero fui modelándote a imagen y semejanza mía y de mi Hijo, mi Aliento te dio vida y llenó tu corazón de mi amor, más tarde mi hijo Jesucristo te bautizó y te dio a beber su sangre y a comer su cuerpo; inseparables ya para siempre, para amarnos y servirnos, para amar y servir a tus hermanos; todos trabajando juntos por la nueva Creación, la Humanidad restaurada, el Reino que tanto deseamos.

+ Mil gracias, Señor.

    Para ti mi Señor,
    mi memoria se hace canto y corazón,
    melodía suave y caricia a la vez,
    acto de fe y de entrega, don total.
    Recíbeme, tuyo quiero ser,
    que tú seas también mío…

    Como recogiendo velas
    tras larga travesía,
    acercándose a media máquina
    a puerto seguro,
    donde un amarre amigo
    nos aguarda a cada uno.

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-Imagen: San Cristóbal llevando a Jesús, José de Ribera (+1652)

-Para Dios nuestro Señor cada una, cada uno, somos únicos, creados y amados por Él. Así en este bello y sencillo poema de Benjamín González Buelta SJ.

    ÚNICO

    Cuando me llamas por mi nombre,
    cuando me llamas,
    ninguna otra criatura
    vuelve hacia ti su rostro
    en todo el universo.

    Cuando te llamo por tu nombre,
    cuando te llamo,
    no confundes mi acento
    con ninguna otra criatura
    en todo el universo.

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Cómo llamas a Dios

    – Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre. –sal 144

    – El hombre es criado para alabar, reverenciar y servir a Dios nuestro Señor, y así salvar su ánima –Ejercicios esp. 23

Deberes de Manresa. Tomando las letras del abecedario, verán una lista de 20 nombres de DIOS ante la pregunta de cómo nombrarlo o cómo dirigirnos a él… Y no deberemos tomar el nombre de Dios en vano, sino en alabanza y admiración.

    – Los conceptos crean ídolos, solo el asombro conoce –Gregorio de Nisa

Sin olvidar que el nombre de Dios por excelencia es el NOMBRE de JESÚS, el nombre del Hijo de Dios, nuestro salvador, amigo y maestro.

El Eterno en la gloria fresco Luigi Garzi 1685, Santa María del Popolo Roma


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= Amado señor… Será la experiencia del creyente enamorado
= Bondad infinita… Dios es amor siempre sin límite
= Creador maravilloso… El observador del universo quedó maravillado
= Don excelente… Su tarea es darlo todo y darse del todo
= Excelso entre todos… El mejor y más grande padre bueno
= Fortaleza sin igual… Ayuda de nuestra debilidad
= Glorioso señor… Lleno de bondad y belleza
= Héroe valeroso… Dispuesto a todo por amor
= Inmortal como nadie… Desde siempre y hasta siempre es el señor
= Juez bondadoso… Nada que temer
= Luz eterna… Vencedor de las tinieblas y la muerte
= Maestro paciente… Nos explica poco a poco su voluntad
= Nuestro amigo… Cercano cariñoso de toda confianza

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= Origen de todo… Sus manos de alfarero nos modelaron
= Padre bueno… Amoroso con todos sin excepción
= Rey nuestro… Estamos a su disposición a lo que mande
= Salvador esperado… Lo necesitamos cada día
= Trinidad interior… A gusto en nuestro corazón, nosotros en el suyo
= Único Dios… Es de todos y para todos
= Voz amiga… Nos habla despacio y en el silencio, hijo mío.

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Sobre la identidad y el nombre de JESÚS, recuerden este precioso himno que trae la carta a los Filipenses c.2:

    CRISTO, a pesar de su condición divina,
    no hizo alarde de su categoría de Dios;
    al contrario, se despojó de su rango
    y tomó la condición de esclavo,
    pasando por uno de tantos.

    Y así, actuando como un hombre cualquiera,
    se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
    y una muerte de cruz.

    Por eso Dios lo levantó sobre todo
    y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
    de modo que al nombre de JESÚS toda rodilla se doble
    en el cielo, en la tierra, en el abismo,
    y toda lengua proclame:
    Jesucristo es SEÑOR, para gloria de Dios Padre.

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+ Dios y Padre nuestro, Creador y señor del universo, suma bondad y belleza que repartes entre tus criaturas, dame la gracia de vivir alabándote y dándote gracias, reverenciado como mi Señor, adorando la Trinidad Santa, amando y sirviendo a mis hermanos. Con tu ayuda seré discípulo de tu Hijo Jesucristo y gustaré los dones de tu Espíritu santo +

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Natalia Lafourcade – Hasta La Raiz – Mexico
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En comentario verán el Salmo 144-A – Himno a la grandeza de Dios.
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Carta de Nicodemo a Jesús

    – En la fiesta de san Agustín, sabio adulto convertido, esta carta de Nicodemo a Jesús ‘Nacer de nuevo’ llegó a nuestro blog donde vieron también conversar a Nicodemo con Jesús resucitado. Daré las gracias a su autor. El texto retrata los buenos sentimientos del personaje de entonces y la sinceridad del autor de ahora. Ánimo para sus nuevos lectores.

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«¿NACER DE NUEVO?» / Carta de Nicodemo

«Querido amigo Jesús:

No sé qué me mueve a escribirte. Desde mi encuentro contigo me prometí a mí mismo no volver a acercarme a ti. En primer lugar, porque mis compañeros fariseos están empezando a sospechar de ti y de todos los desheredados que te siguen. En segundo lugar, porque tus palabras de aquella noche me han dejado muy confundido. ¡Yo ya no tengo edad para romperme la cabeza con ideas nuevas! Perdona que te escriba en este tono de reproche. En realidad no estoy enfadado. Más bien estoy viviendo con la sensación de que, por primera vez en mi vida, tengo que enfrentarme a la verdad. ¡Y cómo duele! Imagino que no puedes hacerte una idea de lo que ha supuesto mi encuentro contigo. Tú aún eres joven, tienes muchos años por delante y puedes ir construyendo tu vida e ir trabajando por aquello que persigues con tanto empeño. Sin embargo, yo ya soy viejo y siento que he llegado tarde para descubrir que he pasado mi vida tomando el rumbo equivocado.

Siendo joven, después de estudiar con los mejores rabinos de Jerusalén, fui admitido en el grupo de los fariseos. Entre ellos aprendí la importancia de permanecer puro ante Dios. Aprendí que no hay otro camino hacia Dios que el de cumplir sus leyes sin saltarme ni una de ellas. Y bien sabe Dios que no ha pasado ni un solo día sin que me haya empeñado en cumplir escrupulosamente toda su ley. Todos estos largos años he estado empeñado en conseguir ser puro, apartándome y juzgando a todos esos descarados que se dicen fieles y que, sin embargo, buscan cualquier excusa para saltarse las leyes. Frente a ellos, he vivido convencido de que Dios me había situado en un puesto superior al de todos ellos. Ya ves, Jesús, tú me has conocido siendo ya uno de los grandes del pueblo. Un fariseo de avanzada edad y al que, por su gran experiencia, consideran sabio en las cosas de Dios. ¡Como si por tener muchos años yo ya hubiese visto a Dios! Tú, sin embargo… ¡Demonios! Tan joven y cuánta sabiduría sale de tus palabras y de tu mirada. Parece que hubieses visto a Dios a pesar de tu poca edad.

Ciertamente tus palabras, las que me dirigiste cuando quise verte a escondidas, eran de un hombre sabio. Eran palabras de vida, palabras que han penetrado hasta el tuétano y las junturas de mis huesos y que, como espada de doble filo, han separado en mi vida lo que es verdad y lo que es apariencia. Ahora mi vida ha quedado a la luz de la verdad y he quedado casi ciego. Yo que quería ser grande, me enfrento a la imposible tarea de hacerme niño en el ocaso de mi vida. Yo que creía que poseía la verdad sobre Dios y que por fin había logrado estar completamente atado a su ley, ahora descubro que Dios no se deja atrapar, que es su Espíritu el que nos da el conocimiento y nos mueve con la misma libertad del viento. Un viento que nos lleva hacia quién sabe dónde, hacia una vida sin seguridades, a la intemperie.

¿Te das cuenta que vivir así sería lo mismo que tener que volver a nacer? ¡Dios mío! Yo ya no tengo edad. Sin embargo, sólo por saber qué se siente al vivir como un niño en los brazos del Padre, quiero volver a nacer ¡Volver a nacer! Cómo suena eso en un viejo como yo. Querido Jesús, este niño, al que has hecho volver a nacer, se despide contento de haberte conocido. Gracias por tu verdad. Ahora entiendo por qué mis compañeros fariseos te empiezan a considerar peligroso. Cuídate mucho. Un abrazo, Nicodemo»

Por Abel Domínguez

https://revistafast.wordpress.com/

Abril 15, 2007

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En Ti – Ain Karem
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    -En ti que no quiebras la caña cascada,
    -En ti que sostienes la mecha humeante,
    -En ti mi vida encuentra descanso, buen Jesús.

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Vean nuestro eBook «Orar con Nicodemo», pdf.