Un tiempo para vivir, Eclesiastés

ESCEPTICISMO VS ESPERANZA

El autor del texto «Eclesiastés» fue un sabio de Israel que en el siglo III antes de Cristo puso sus reflexiones en boca de un predicador, un ‘eclesiastés’. El tono de este libro bíblico es sombrío y pesimista, reflexivo.

# Como en debate interior, un creyente desengañado descubrió la caducidad de la vida y la aparente inutilidad de todo. Esta convicción repetirá a lo largo del libro:

– ¡Vanidad, pura vanidad, nada más que vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el sol?

Los placeres, la riqueza, la gloria, solo dejan vacío y desencanto. Mejor será gozar con moderación los bienes que Dios pone a nuestro alcance. Si cuentas con la muerte, pensarás diferente.

– Una generación se va y la otra viene, la tierra permanece. El sol sale y se pone, el viento dará vueltas, todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena. Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡Nada nuevo bajo el sol!

# Mis opciones diversas ante situaciones:

Podré escoger el camino del bien o del mal, de la vida o de la muerte. Tengo un tiempo para vivir, no me dejaré llevar. Si sé lo que quiero, podré elegir bien.

– Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:
un tiempo para nacer y un tiempo para morir,
un tiempo para demoler y un tiempo para edificar,
un tiempo para llorar y un tiempo para reír,
un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse,
un tiempo para callar y un tiempo para hablar,
un tiempo para el amor y un tiempo para el odio,
un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz.

# Al fin el autor que se dice creyente, descubrirá para qué vivir. Ante el temor a perderse, deberá recuperar el sentido de su existencia: ¡Acuérdate de tu creador, honra a Dios y guarda sus mandamientos, que es el todo del hombre!

En los Evangelios Jesús de Nazaret propuso ir más allá, y abrirá un camino para la esperanza y la generosidad, un camino de libertad:

– Si uno quiere guardar su vida para sí, la perderá. El que la pierda por mí, la encontrará. (s Mateo c.16)

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-Texto: Eclesiastés c.3.

-Imagen: «Filósofo», Tomasz Rut.

La paz de Cristo

La PAZ fue su mensaje principal, el mejor deseo de Jesús de Nazaret. Aquí una pequeña meditación sobre la paz del Evangelio, la paz que Cristo quiso comunicar a los que creyeron en él de verdad:

– Al irme les dejo la paz, les doy mi paz, no como la da el mundo.
– No se angustien ni tengan temor. 

1 . La paz de Cristo será CONFIANZA, algo más que calma y tranquilidad, o una violencia controlada.

– La paz de Cristo es serenidad y armonía interior, aliento y brisa suave que sosiega y a la vez mueve.

2 . Su paz será BENDICIÓN, consuelo y salvación. Cuando Jesús se acercó a una población o a una casa, su saludo habitual fue:

– ¡Shalom! Paz a los de esta casa.
– Vengan a mí los cansados por tanta carga, yo les daré respiro.
– Yo soy paciente y de corazón humilde, en mí encontrarán descanso.

3 . Una paz que será PERDÓN,  acogida sincera, sin crítica ni exclusión, una paz generosa:

– Yo no te condeno, vete en paz.
– Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.

4 . La paz de Cristo es EVANGELIO, Buena Noticia para sanar el desánimo y liberar de la culpa. El temor encierra, la paz de Cristo abre y libera:

– Estando los discípulos con temor y encerrados, Jesús se presentó: ¡Paz a ustedes!
– No teman, sepan que yo he vencido al mundo.

5 . Todos sus seguidores tomarán caminos de NO VIOLENCIA, colaboradores en causas de paz y justicia en los pueblos de la tierra.

– Vayan y anuncien la paz y la reconciliación a todas las naciones.
– ¡Bienaventurados, dichosos los que trabajan por la paz!

6 . Oración de la SERENIDAD de Reinhold Niebuhr, por la paz y la fortaleza en tiempo de agitación y de prueba:

– Señor, concédeme Serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, Valor para cambiar lo que sí puedo y Sabiduría para reconocer la diferencia.

Esta fue mi súplica de ayuda, deseando recibir la gracia de la Paz que Jesucristo resucitado compartió con sus discípulos:

    + SEÑOR JESÚS, tú eres mi paz, tu amistad y compañía mi descanso.
    Si tengo tu paz, si te tengo a ti, confío y nada temo, porque tú vas conmigo.
    Eres brisa ligera y agua fresca que calma mi sed, voz que apacigua las tormentas.
    Tu paz es amor que abraza y siempre disculpa. Ven Señor Jesús, ven Espíritu santo dador de vida y de paz +

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Imagen: Cristo Salvador, José de Ribera. «Reciban mi paz. Vayan y anuncien la Buena noticia».

Recordarán la oración franciscana «Instrumentos de paz», por el grupo chileno «Canto católico»:

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