Leyendo unos relatos en el verano, encontré así mismo imágenes y proyectos que llevan a la esperanza y a calmar los ánimos, buscando consenso y distensión. Lo deseamos.
«Aquella larga noche en que Alejandría se quedó sin teatro, Hipatia se prometió a sí misma que lucharía con todas sus fuerzas para evitar que el fanatismo de quienes se consideraban en posesión de una verdad única y excluyente se adueñase de su amada Alejandría.»
– Que el diálogo, la libertad de opiniones, otros modos de ver, estén presentes en el campo de batalla de las ideas.
– Sin renunciar por ello a las propias creencias y principios, mas no queriendo imponerlos por la fuerza o el miedo.
Ni la religión ni la política no debieron caer en la coacción a los que disienten, fingiendo la conversión o la convicción. Soñaremos una religión y una política nueva, abierta y plural, respetuosa, sin dogmatismos ni condenas.
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* Texto citado: El Sueño de Hipatia, Calvo Poyato, 2009. La fuerza de la razón y la tolerancia frente al fanatismo de quienes a lo largo de los siglos han pretendido imponer sus dogmas.
«En Cuba hubo un intento, un atrevimiento, una esperanza y una pretensión que más temprano que tarde debiera volver a encararnos, porque el ser humano puede renacer tras el fracaso, pero la renuncia a toda ilusión lo mata para siempre.» (Patricio Fernández)
(Si gustan podrán leer aquí impresiones de un viajero, «Desde Cuba», pdf)