Pecados capitales

«El ser humano tiene una serie de pasiones que se repiten. La vida se reduce, según los cristianos, a los siete pecados. Según los agnósticos, a unas sencillas emociones» (Manuel Vicent, escritor).

Alguien comentó en tertulia que los así llamados ‘Pecados capitales’ estaban vigentes, que no eran cosa del pasado. Los oyentes buscaron cuántos y cuáles eran.

Se los llamó ‘capitales’ por ser cabeza y origen de otros. Más que ofender a Dios, malgastan energías, afean el mundo y enredan las relaciones. Tan importantes como los vicios debieran ser sus virtudes opuestas.

El llamarse ‘capital’ me hizo pensar, como si cada uno de los siete pecados llevara impresa la ejecución de alguien, dando razón al film que recordarán.
Qué decir del ‘pecado original’. Tal vez los siete capitales no fueran más que tajos de la fruta prohibida, podrida, pues que tan mal sentó al género humano en su conjunto.
Dónde quedó el egoísmo. Vivirá en cada pecado capital, su caldo de cultivo, de donde brotaron los males que aquejaron la humanidad.

# La SOBERBIA, la arrogancia, desprecia las personas y la propia dignidad al verse superior siendo uno mismo nada. «La humildad es andar en verdad», santa Teresa de Jesús.

# La AVARICIA, injusta si acapara para sí a costa de otros, llevará a robar, corrompe, es insaciable y aprisiona. La generosidad será felicidad y descanso, «Desnudo vine, desnudo marcharé».

# La ENVIDIA será mala consejera dejando malestar, deseará el mal ajeno. Amarás el bien y la belleza donde estén, feliz y agradecida, «El amor no falla nunca».

# La IRA fue siempre ‘mortal’, suprimir adversarios. Violencia verbal o física, venganza, insultos, malos tratos. Solo hablando se acortan distancias, solo la misericordia pacifica.

__

Cómo contrarrestar el daño que nuestros vicios y pecados causaron en la salud y propia vida y de los demás, en el orden y la belleza de la creación y la convivencia.

Les pondré una letrilla de amor con el deseo fundamental, la búsqueda del tesoro del bien y la verdad.

«Busqué donde no estaba
y me perdí.
Deseé sin medida
sin saber bien.
Amé a duras penas
y me vi triste.

¿Dónde te encontraré?
¿Cómo penar y no saber?
¿Dónde descansaré?

Tesoro eres para mí,
tu tesoro quiero ser,
déjalo todo, tómame.»

Y una súplica: ‘Concédeme, Señor, que pueda librarme de la avaricia y del egoísmo. Recuérdame que las mejores cosas de la vida son gratuitas: el amor, la risa, el cariño, el compartir’.

__

El film SEVEN (Se7en), David Fincher, USA, 1995. Asesinatos cometidos por un psicópata, vinculados con cada uno de los siete pecados. Un viaje cruel al horror y la barbarie.

En «La Divina Comedia», 1320, Dante ya puso en el ‘Purgatorio’ los mismos pecados capitales, con sus castigos correspondientes.

(Leer en nuestro post sobre la vivencia de «El egoísta»)