Orar con Nicodemo -3 / El buen pastor

Corresponde proseguir con estos textos recuperados, largos y apretados, testimonio incontestable de fe y de buena amistad. Hoy nos ofrecen la confesión humilde del seguidor maduro: Nicodemo cambió de maestro y deberá cambiar de ideas, con sus muchas dudas y temores. Con el tiempo habrá de ‘nacer de nuevo’. El discípulo busca hacerse comprender, confiado en la infinita misericordia del Buen pastor que lo ha rescatado. El texto refleja una buena relación entre Nicodemo y Jesús de Nazaret, a pesar del trato poco frecuente, si creemos la presentación que hizo el discípulo amado en su evangelio. Mas todo pudo ocurrir de otro modo, Jesús mismo siendo el principal catequista de Nicodemo, con frecuentes encuentros. Una mutua simpatía que irá más allá de aquellos oscuros días de la Pasión.

bn_cami

NUESTRO BUEN PASTOR

«Jesús dijo: ‘Yo soy el buen pastor. Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen. El buen pastor da su vida por las ovejas. Mis ovejas reconocen mi voz y me siguen. Yo les doy la vida eterna y nunca perecerán’. Señor, queremos seguirte a ti que eres nuestro PASTOR bueno, sabiendo bien lo que esto significa. Seguirte significa conocerte y amarte, no perderte nunca de vista, hacer camino contigo, ser valiente, imaginar lo que tú quieres hacer y cómo hacerlo a tu estilo. Mucho más no sabemos. Seguirte como ‘oveja’ a ti que eres ‘pastor’, no significa negar la propia libertad ni renunciar a pensar ni a tomar las propias decisiones. Significa ser discípulo, aprender de ti, sentir como tú, saber que tú eres el Maestro y el Señor, que a ti te lo debemos todo, confiar en tus indicaciones. Yo soy persona ya madura, bien formada en la gran Escuela farisea de Jerusalén. Ahora sin embargo yo estoy dando mis primeros pasos en un nuevo camino y necesito dejarme guiar. Quiero seguirte con humildad, apoyado en ti que eres mi fuerza principal. Sé bien que el camino del Evangelio es para personas libres y enamoradas, tú quieres que te sigan personas convencidas. Quiero seguirte en verdad y con todo mi ser. Tú invitas, mas no violentas, a creer en ti y a ser tu discípulo. Tu voluntad será que te siga con otras personas, en comunidad, contigo, juntos en amistad y fraternidad. A veces hablamos del encargo de continuar tu trabajo de enseñar, ayudar y acompañar a otros, vigilando para que nadie se pierda. Seguirte será también proseguir tu tarea de acoger, curar y perdonar. Oficios necesarios para los que yo mismo me he ofrecido a Pedro, disponible para servir en lo que me encomienden. Toma mi vida, Señor, mi nueva vida, tú me la diste, a ti te la debo y a ti te la entrego. Seguirte a ti, Jesús, es una dicha completa. ¿Cómo acompañar y ayudar a otros? Aprendí de ti a conversar, a escuchar sin final y explicar con sencillez, como tú, cuando de noche te hice muchas preguntas y supiste de mis dudas e indecisiones. Me veo a mí mismo mayor, pero no anciano; el conocerte abrió mi mente y mi corazón. He acumulado experiencias, algunas contradictorias, pero estoy naciendo de nuevo. Soy feliz con mi nueva vida, con este nuevo camino que tú me ofreces y que eres tú, Señor. Si yo te abandonara es posible que me perdiera o cayera, ciego, ante la puerta estrecha del Reino. Tú eres, Señor, para cada uno de nosotros una puerta siempre entreabierta que comunica con el Padre y abre al Espíritu, la puerta que comunica con los demás y que nos abre al mundo. No nos dejes, Pastor bueno, Jesús maestro, cabeza y guía nuestro, debes saber cuánto te echamos de menos y te necesitamos. Mis dudas y cuestiones -dónde estás, cómo encontrarte, cuándo vendrás- ya quedaron en parte resueltas. Adiós, Señor, hasta otro día.»

cenefa-e

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.