«La gran basura», Big Bomeh, así llaman al principal vertedero de Freetown, la capital de Sierra Leona, el decimotercer país más pobre del mundo, donde al menos siete de cada diez niños se ven obligados a trabajar día tras día bajo un sol inmisericorde y un asfixiante humo blanco.
– Tras las fuertes lluvias pasadas, los habitantes del vertedero fueron desalojados pero no se registró ningún muerto en la zona ni deslizamientos de tierras.
– Alibatu Kama, viuda y con cinco hijos, nació en las chabolas que rodean el vertedero y lleva toda su vida respirando el humo de la quema de basura.
– El fuego despeja el lugar y quedan a la vista los metales, que son los que dan de comer.
– Sus retoños le ayudan en la recolección de los envases metálicos que venderán al peso.
Los cálculos son simples: al día, entre 1.000 y 5.000 leones, es decir, entre 10 y 50 céntimos de euro. Con ese dinero, Alibatu comprará mangos para venderlos e intentar sacar algo más.
En Big Bomeh, «La gran basura», todos los días son iguales para estos niños. Se levantan, recogen basura, la venden, se hacen cacerolas, se venden, y cuando llega la hora de comer, en las cacerolas de latas que recogieron ellos mismos, encontrarán arroz con hojas de Cassava. Y al día siguiente, lo mismo. Clik, clak. Hasta que se haga de noche. Muy triste.
(Cf. Samuel Nacar en elpais.com 2017/08/22)