Padre nuestro, las peticiones

    «Cuando oren háganlo a puerta cerrada, y no utilicen muchas palabras… Si no perdonan a sus hermanos tampoco el Padre los perdonará» /s Mateo c.6.

A santa Teresa de Jesús le encargaron escribir su vida, y pensó que el mejor hilo conductor será el Padre nuestro, sus temas y peticiones.

Celebrando los 50 años de sacerdote, dando gracias a Dios, también los primeros pasos de mi fe infantil y familiar fueron sin duda con el Padre nuestro y el Ave María.

Los deseos principales de Jesús de Nazaret estarán en el ‘Padre Nuestro’, la oración familiar que él mismo nos enseñó.

Con frecuenia vieron al Maestro orando en soledad, y le pidieron que les enseñara a orar, qué decir y pedir a Dios.

    «Cuando oren dirán así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu Nombre…» /san Lucas c.11.

Aquí repasamos y haremos comentario breve de estas peticiones del ‘Padre nuestro’.

# Que venga a nosotros tu Reino. Será su interés primero, el Reino de Dios, su proyecto de Humanidad restaurada, ahora deteriorada por el pecado, el mal y la muerte. El Reino es vida y fraternidad, está en marcha.

# Padre, que se cumpla tu voluntad. Lo que Jesús más desea será agradar al Padre, para eso vino a nosotros. Los dos quieren lo mismo, nuestro bien, ‘hacer redención’, los une su amor al mundo.

# Danos el pan de cada día. El pan para vivir, Jesús se presentó como ‘el pan de vida’, alimento necesario que fortalece. Mucha gente no tiene pan ni tiene salud, Jesús lo sabe y no pasará de largo.

# Perdona nuestras ofensas. Será un tema clave, el corazón de la nueva humanidad reconciliada. Dios es padre y desea abrazarnos como al Pródigo, a cambio nos pedirá que hagamos nosotros lo mismo.

# Que no caigamos en la tentación. Tentación es tropiezo y engaño, entre sombras de maldad, pero Jesús vino para iluminar, para mostrarnos caminos de bondad. Nos pedirá vigilancia y fidelidad.

# Líbranos del Maligno. El tentador, el Maligno, su camino de mentira y tiniebla, con Jesús en el desierto y con nosotros sembrando dudas y desconfianza. Jesús pedirá por nosotros ¡Padre, líbralos del Maligno!

    «Nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia» /2 Pedro c.3.

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(1) Vean también el post «La oración de Cristo», su modelo y condiciones.

(2) Sobre el tema del perdón, con el cuadro de Rembrandt ‘El Hijo pródigo’, vean nuestra entrada «La mística del regreso»

(3) En comentario, san Francisco de Asís reza y medita el ‘Padre nuestro’
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Un pensamiento en “Padre nuestro, las peticiones

  1. San Francisco de Asís reza y medita el ‘Padre nuestro’

    ¡Oh santísimo Padre nuestro: creador, redentor, consolador y salvador nuestro!

    Que estás en los cielos: en los ángeles y en los santos; iluminándolos para conocer, porque tú. Señor, eres la luz; inflamándolos para amar, porque tú, Señor, eres el amor; habitando en ellos y colmándolos para gozar de la eterna bienaventuranza, porque tú. Señor, eres el bien sumo, eterno, de quien todo bien procede, sin quien no hay bien alguno.

    Santificado sea tu nombre: clarificada sea en nosotros tu noticia, para que conozcamos cuál es la anchura de tus beneficios, la largura de tus promesas, la sublimidad de tu majestad y la hondura de tus juicios.

    Venga tu reino: para que reines en nosotros por la gracia, y nos hagas llegar a tu reino, donde está la visión manifiesta de ti, el amor perfecto a ti, la unión bienaventurada contigo, la fruición de ti por siempre.

    Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo: para que te amemos con todo el corazón, pensando siempre en ti; con toda el alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente, dirigiendo todas nuestras intenciones a ti, buscando en todo tu honor; y con todas nuestras fuerzas, destinando todas nuestras fuerzas y los sentidos del alma y del cuerpo al servicio de tu amor y no a otra cosa; y para que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos, atrayendo a todos, según nuestras fuerzas, a tu amor, alegrándonos de los bienes ajenos como de los nuestros y compadeciéndolos en los males, y no siendo causa de tropiezo para nadie.

    Danos hoy nuestro pan de cada día, tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo, para que recordemos, comprendamos y veneremos mejor el amor que nos tiene y todo lo que por nosotros ha dicho, hecho y sufrido.

    Perdónanos nuestras ofensas por tu misericordia inefable, por la fuerza de la pasión de tu Hijo amado, por los méritos y por la intercesión de la Virgen María y de todos los elegidos.

    Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden: aunque no perdonamos plenamente, tú, Señor, haz que sepamos perdonar plenamente; que amemos de verdad a nuestros enemigos, gracias a ti, que sepamos orar sinceramente por ellos; que a nadie devolvamos mal por mal, antes bien procuremos hacer el bien a todo el mundo por ti.

    No nos dejes caer en la tentación, sea manifiesta o encubierta, repentina o latente y prolongada, y líbranos del mal pasado, presente y futuro. Amén.

    –San Francisco de Asís. Paráfrasis del Padre nuestro. Fundador de los Hermanos Menores (1182-1226)

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