Falsos dioses, falsos profetas

= Se dan abundantes contradicciones en el mundo de lo religioso, aunque debiera ser un mundo de paz y armonía. Creyentes que viven en el temor y la dependencia, esclavos de un Dios tirano que atosiga y no libera.

Pueden ser víctimas de los llamados por la Biblia «falsos profetas», tal vez los fariseos y escribas en tiempo de Jesús de Nazaret, que por propio interés intimidan a las personas y las alejan de Dios.

Jesús curó a las personas que los evangelios llamaron «poseídas por espíritus malignos». A la gente dominada e infeliz, él le devolvió las ganas de vivir en libertad y sin temor, y a todos les pedía conversión, cambio de mentalidad.

= La autoridad del Nazareno impresionó a sus contemporáneos. Deberemos también nosotros creer en la fuerza curativa, liberadora, de Jesús y sus discípulos. Es la fuerza curativa de la acogida y el amor.

Como en otras ocasiones este apunte me lo sugirió el teólogo J.A. Pagola que comentó así la curación de un endemoniado en el evangelio:

«No pocas personas viven de imágenes falsas de Dios. No lo sienten como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra que controla su existencia.
.. Jesús empieza a curar liberando de un Dios opresor. Sus parábolas atraen hacia el amor a Dios, no hacia el sometimiento. Su presencia hará crecer la libertad, no la servidumbre.»

* Vean también la entrada «El Dios de Jesús».

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