Nada que temer a pesar del título. Entresaqué de un escrito algunas ideas que resumo sobre la existencia del DEMONIO y sus consecuencias, buscando culpables del mal y la destrucción en la humanidad.
# ¿Cuál será el origen del mal? ¿De dónde vendrá? Para muchos una pregunta innecesaria y trasnochada. Hablaremos entonces de un combate secular entre el bien y el mal, entre buenos y malos espíritus, entre el demonio y nosotros.
Lo habitual en muchos creyentes será negar la existencia del demonio, como una fábula de gente sugestionable.
• La vida pública de Jesús de Nazaret estuvo amenazada por Satanás, desde su retiro en el desierto hasta la oración del huerto y la cruz.
• ¡Vigilen y pidan no caer en la tentación! El espíritu estará pronto, mas la carne es débil.
• Te pido, Padre, que los protejas del Maligno.
• Recorrió Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
# Recordarán los frutos y consecuencias del mal: la mentira, el odio y la violencia, la altanería, la inmoralidad, la injusticia y la muerte. Dicen que además de la AVARICIA, el pecado capital que más éxitos reportó al demonio fue la SOBERBIA:
– La soberbia del hombre que se endiosa y se encarama en el trono divino es la gran tentación diabólica: ¡Serán como dioses!
– El demonio nos persuadirá de que él no existe, que tampoco existe Dios, que el único Dios existente y digno de adoración es el propio hombre.
# El gran poeta francés Charles Baudelaire escribió: «La mejor astucia del demonio consiste en convencernos de que no existe. Será más difícil amar a Dios que creer en Él; será más difícil creer en el demonio que amarlo. Casi todos lo aman y casi nadie cree en él».
Pareciera que la gente guste ver la lucha entre el bien y el mal, el ser angelical de los ‘Elfos’, sentir la amistad y camaradería que recorre un mundo de ficción: «En nuestra época necesitamos saber que tenemos cerca espíritus angelicales. Este mundo está muy necesitado de ángeles».
* Cf. Textos en Juan M de Prada, «¡Demonios!».
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