En otra ocasión buscamos las preguntas y respuestas, las opiniones de Jesucristo en los Evangelios. Hoy me llamó la atención en el comienzo del Evangelio de San Juan la expresión, «La Palabra se hizo carne».
Jesús de Nazaret, la Palabra de Dios, que vino a la tierra asumiendo la condición humana con todas sus consecuencias. La fragilidad del niño, la tentación, el cansancio, el sueño y la sed, la propia muerte.
Si el evangelio habló de Jesucristo como Palabra, su persona será el mensaje, su vida y la verdad de sus obras, su gran compasión. Alguna de sus palabras cambiaron la vida de muchos, de quienes nadie se ocupó. Las palabras de Jesús de Nazaret llegaron al corazón, Dios como su Salvador.
Repasaré alguna de esas palabras recogidas en el 4° evangelio:
– Cuando dos jóvenes inquietos buscaron al Mesías, él les dijo: «Vengan conmigo y verán».
– Cuando cansado del camino tomó asiento junto a un pozo, le pidió a una mujer: «Dame de beber».
– Cuando invitado a una fiesta de bodas, el vino se terminó, habló con los criados: «LLenen de agua las tinajas».
– Cuando en el templo, lugar de oración, vió el comercio y el alboroto: «Han convertido la casa de Dios en una cueva de ladrones».
– Cuando Nicodemo le quiso mostrar su admiración y su dificultad, Jesús le pidió: «Habrás de nacer de nuevo».
– Cuando cerca del templo, Jesús encontró un paralítico abandonado, le pidió: «Levántate, toma tu camilla y ve a tu casa».
– Cuando vió mucha gente tras él, perdida y hambrienta, Jesús dijo: «Dénles ustedes de comer».
– Cuando Jesús conversó con un ciego de nacimiento que todos acusaron, hizo barro y untó sus ojos: «Ve ahora a lavarte».
– Cuando le hablaron de su amigo Lázaro ya muerto, dijo: «Iré a despertarlo… ¡Lázaro sal afuera!».
– Cuando encontró una mujer para ser apedreada por sus pecados, Jesús la disculpó: «Yo no te condeno, puedes ir en paz. No peques más».
– Cuando Jesús fue crucificado, estando en larga agonía, desde la cruz suplicó: «Tengo sed».
* En la imagen el profeta Daniel. Michelangelo Buonarroti pintó entre 1508 y 1512 la bóveda de la Capilla Sixtina por encargo del Papa Julio II. En lugar del encargo de doce apóstoles, Miguel Ángel pintó a siete Profetas y cinco Sibilas.
__
SEÑOR, tú tienes palabras de vida eterna. . . ‘Que tu palabra guíe nuestros pasos’
– Tú dijiste, Serán la sal de la tierra. . .
– Tú dijiste, Perdonen a los que les ofenden. . .
– Tú dijiste, Sean perfectos como su Padre. . .
– Tú dijiste, Su tristeza será alegría para siempre. . .
SEÑOR, te pedimos que tu palabra guíe nuestros pasos, que acompañe e ilumine nuestras decisiones, haciendo nuestra vida más evangélica.