Dios en una cruz

    «Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.» /Gálatas c.2

Me impresionó leer en un escrito sobre Semana santa: ¿Qué hace Dios en una cruz? Les pondré unas reflexiones sobre el tema, revisión de un modo de entender la fe.

Que nuestro beso de estos días al Cristo en cruz nos lleve a admirar su amor, y a mirar a quienes viven su propia cruz de sufrimiento y abandono.

:: Algunos testigos se burlaron: ¡Bájate de la cruz! La respuesta de Jesús fue el silencio, la fidelidad, lleno de amor y de pena.

:: Cuesta creer en un Dios crucificado. El pecado, la falta de amor, matan. La cruz iluminó el verdadero ser de Dios: él es amor, amor sin límite.

:: El Dios crucificado orientará nuestra mirada al que padece dolor y desamparo, violencia o injusticia, para acompañar y salvar.

:: Él hará todo por sacarnos de los oscuros sepulcros del mal, cargando de esperanza nuestra fe, llenando de luz y de amor la dura tarea.

Unos versos de Miguel de Unamuno, desde la noche oscura del alma:

    «Los rayos, Maestro, de tu suave lumbre
    nos guían en la noche de este mundo,
    ungiéndonos con la esperanza recia
    de un día eterno. Noche cariñosa,
    ¡oh noche, madre de los blandos sueños,
    madre de la esperanza, dulce Noche,
    noche oscura del alma, eres nodriza
    de la esperanza en Cristo salvador!»

    –El Cristo de Velázquez, I. 4

* Imagen: Fra Angélico, Cristo crucificado, 1442.
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-Vean nuestra entrada «Las 7 palabras de Cristo desde la Cruz».

-En la cruz debiéramos contemplar ya la gloria, el triunfo del gran amor que Dios nos tiene. Vean este himno litúrgico de Vísperas tan lleno de vida y esperanza para el que ora y sabe esperar.

    Himno

    Nos dijeron de noche
    que estabas muerto,
    y la fe estuvo en vela
    junto a tu cuerpo.

    La noche entera
    la pasamos queriendo
    mover la piedra.

    Con la vuelta del sol,
    volverá a ver la tierra
    la gloria del Señor.

    No supieron contarlo
    los centinelas:
    nadie supo la hora
    ni la manera.

    Antes del día,
    se cubrieron de gloria
    tus cinco heridas.

    Con la vuelta del sol,
    volverá a ver la tierra
    la gloria del Señor.

    Si los cinco sentidos
    buscan el sueño,
    que la fe tenga el suyo
    vivo y despierto.

    La fe velando,
    para verte de noche
    resucitando.

    Con la vuelta del sol,
    volverá a ver la tierra
    la gloria del Señor.