Como en otras ocasiones pensé coleccionar algunas peticiones y súplicas, deseos de la gente que los cuatro evangelios nos reportaron, deseos también del propio Jesús de Nazaret.
+ Los deseos principales estarán en el PADRE NUESTRO:
-Padre, que se cumpla tu voluntad
–Que venga a nosotros tu Reino
-Danos el pan de cada día
-Perdona nuestras ofensas
-Que no caigamos en la tentación
-Líbranos del Maligno.
+ La FE necesaria para comprender el Mensaje y seguir a Jesús:
-Señor, aumenta mi fe
-Dame, Señor, tu agua viva y no tendré más sed
–Jesús, muéstranos al Padre
-Vayan a trabajar a mi viña
-Padre, protege a los que me has confiado
-Perdónalos, Padre.
+ Súplicas desde el SUFRIMIENTO, confianza en la salvación:
-Señor, si quieres puedes limpiarme
–Jesús, hijo de David, ten compasión de mí
-¡Auxilio, Señor, que nos hundimos!
-Señor, que vea otra vez
-Vengan a mí los que estén rendidos y abrumados
-Padre, aparta de mí este trago.
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Sobre las peticiones del apóstol santo Tomás por ver y tocar al Cristo resucitado, ‘Si no metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y mi mano en su costado, no creeré’, vean estos inspirados versos del poeta Juan Bautista Bertrán, Barcelona, +1985, evocando el día de su primera Misa:
DIOS ESCONDIDO
Señor mío y Dios mío
Lanza de Longinos, mano de Tomás,
¡también a mí dejadme entrar!
Bajo las alas blancas de un arcángel,
bajo las alas ígneas del Espíritu Santo,
Te encarnabas.
Bajo el latir de mi vacío,
bajo el aliento de mi nada,
Te encarnas.
¡Señor mío y Dios mío!
Todos los luceros
de aquella noche -la más pura-
bajaron a tu gruta,
en extasiado desvarío,
formando cuna, Te mecieron.
¡Hoy son mis manos las que forman
Tu cuna!
¡Señor mío y Dios mío!
Junto a su corazón -¡el de María!-
latías.
¡Sobre mi corazón siento yo el roce
del Tuyo! ¡Sobre el mío
palpitas!
¡Señor mío y Dios mío!
Bajo el primer disfraz -aquel de carne-
¡Te adoraba!
Pero tu amor baja otra grada.
-Tu bajar ¿Tu subir? da escalofrío-
Bajo el segundo disfraz -este, del Pan-
¡Te como!
¡Señor mío y Dios mío!
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