Gracias a la vida | Violeta Parra

Gracias, Señor, por la aurora;
gracias, por el nuevo día;
gracias, por la Eucaristía;
gracias, por nuestra Señora.

Y gracias, por cada hora
de nuestro andar peregrino.

Gracias, por el don divino
de tu paz y de tu amor,
la alegría y el dolor,
al compartir tu camino.

(Bernardo Velado)

De pequeños nos dijeron: ¡Sean agradecidos! Nos hablaron también de agradecer a Dios, buscando motivos de gratitud.

¿Iremos a Dios a pasarle solo las facturas del mal y los reproches? Guardemos asimismo los recibos de tanto bien y qué darle nosotros. La gratitud es amor mutuo y corresponder.

– Uno de los diez leprosos, notando que estaba curado, regresó alabando a Dios. Jesús al verlo preguntó dónde fueron los otros, ¿solo este extranjero regresó para dar gracias?

Jesús agradece: ¡Te doy gracias, Padre, señor de cielo y tierra, siempre me escuchas!
María canta: ¡Proclama mi alma la grandeza del Señor, se fijó en mi pequeñez!
Todos rezaron: ¡Bendito sea Dios Padre que en Cristo nos llenó de bendiciones!

. . Gracias por el verde de los campos, la vida que renace.
. . Gracias por la vida, ilusiones y recuerdos, los amigos.
. . Gracias por amar y servir, trabajar y agradecer.
. . Gracias por la Fe, fuente de luz, horizonte de esperanza.
. . Gracias por Jesucristo, amigo y señor, modelo de amor.

* Imagen: La creación de Adán, Miguel Ángel Buonarroti, en la Capilla Sixtina, Roma, 1511. Inspirado tal vez en el himno medieval ‘Veni creator’: «Ven Espíritu creador, dedo de la diestra del Padre, pon en nuestros labios los tesoros de tu palabra, enciende con tu luz nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones».

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Vino a mi memoria la canción «Gracias a la vida», la cantautora chilena Violeta Parra agradece la existencia, la vista, el sonido, la risa y el llanto. Paradoja de felicidad, contraste con su trágico final en febrero de 1967.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio dos luceros, que cuando los abro,
Perfecto distingo lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes el hombre que yo amo…

Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha de mis pies cansados
Con ellos anduve ciudades y charcos,
Playas y desiertos, montañas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.

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