El pasado 10 de septiembre fue el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. Aunque esperé un poco, no quise dejarlo pasar. Pensemos en tanto duelo familiar.
Parece que los factores de riesgo crecieron durante la pandemia: el confinamiento disparó la depresión, la ansiedad y las ideas suicidas.
= Lema para 2021.. Crear esperanza a través de la acción.
Nos recordaron los factores a cuidar, y el deber de proteger y acompañar a las personas de riesgo. El suicidio pudo prevenirse, la salud mental deberá cuidarse.
– Las personas no quieren morir, solo dejar de sufrir. El dolor superó su capacidad para seguir, quedará la muerte como salida.
– Fue la ‘visión de túnel’, total oscuridad, su problema siempre estará. Con esa visión no pudo escoger, verá un solo camino.
A nivel mundial se suicidan cada año casi un millón de personas, una persona cada 40 segundos. Por cada muerte por suicidio se estima que habrá 20 intentos.
-Muchos factores de riesgo, el primero haberlo intentado antes.
-La juventud en pandemia vio cortadas sus relaciones sociales, con una vida más en soledad, individual, insegura.
-Factor socioeconómico: la precariedad, el desempleo, un futuro incierto, sin proyecto a largo plazo.
-Faltó educación emocional, en una sociedad muy individualista, dura, competitiva, y en lo religioso fría, indiferente.
__
Salmo 56: Oración matutina de un afligido
«Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.»
Vean el canto «La Sombra De Tus Alas», por el grupo colombiano Living: