«Cuando oren háganlo a puerta cerrada, y no utilicen muchas palabras… Si no perdonan a sus hermanos tampoco el Padre los perdonará» /s Mateo c.6.
A santa Teresa de Jesús le encargaron escribir su vida, y pensó que el mejor hilo conductor será el Padre nuestro, sus temas y peticiones.
Celebrando los 50 años de sacerdote, dando gracias a Dios, también los primeros pasos de mi fe infantil y familiar fueron sin duda con el Padre nuestro y el Ave María.
Los deseos principales de Jesús de Nazaret estarán en el ‘Padre Nuestro’, la oración familiar que él mismo nos enseñó.
Con frecuenia vieron al Maestro orando en soledad, y le pidieron que les enseñara a orar, qué decir y pedir a Dios.
«Cuando oren dirán así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu Nombre…» /san Lucas c.11.
Aquí repasamos y haremos comentario breve de estas peticiones del ‘Padre nuestro’.
# Que venga a nosotros tu Reino. Será su interés primero, el Reino de Dios, su proyecto de Humanidad restaurada, ahora deteriorada por el pecado, el mal y la muerte. El Reino es vida y fraternidad, está en marcha.
# Padre, que se cumpla tu voluntad. Lo que Jesús más desea será agradar al Padre, para eso vino a nosotros. Los dos quieren lo mismo, nuestro bien, ‘hacer redención’, los une su amor al mundo.
# Danos el pan de cada día. El pan para vivir, Jesús se presentó como ‘el pan de vida’, alimento necesario que fortalece. Mucha gente no tiene pan ni tiene salud, Jesús lo sabe y no pasará de largo.
# Perdona nuestras ofensas. Será un tema clave, el corazón de la nueva humanidad reconciliada. Dios es padre y desea abrazarnos como al Pródigo, a cambio nos pedirá que hagamos nosotros lo mismo.
# Que no caigamos en la tentación. Tentación es tropiezo y engaño, entre sombras de maldad, pero Jesús vino para iluminar, para mostrarnos caminos de bondad. Nos pedirá vigilancia y fidelidad.
# Líbranos del Maligno. El tentador, el Maligno, su camino de mentira y tiniebla, con Jesús en el desierto y con nosotros sembrando dudas y desconfianza. Jesús pedirá por nosotros ¡Padre, líbralos del Maligno!
«Nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia» /2 Pedro c.3.
«Jesús dijo a sus discípulos: Si quieren ser mis seguidores, deberán dejar su propia vida, tomar su cruz y seguirme.
– La mies es abundante. Rueguen que el Señor envíe obreros a su mies.
– Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos, enseñando lo que yo les mandé. Yo estaré con ustedes siempre» /Cf. evangelio san Mateo.
# Prosiguen en esta 2ª parte los capítulos del recuerdo, para agradecer y explicar el por qué y para qué de una opción de vida así, misionera, dejándolo todo. Fue por la relación de amistad con el Señor Jesús, y la invitación reiterada a colaborar en su Plan de recuperación, por una humanidad más fraterna y reconciliada, bendiciendo, curando, perdonando. Él nos necesita. Para llegar hasta allí habrá de recorrer un largo camino de estudio y trabajo en diversos lugares, duro en ocasiones, en soledad pero siempre en Compañía, ilusionado, sin faltar momentos de desánimo, un camino al fin ya casi ahora acabado, contento al escribirles estos sentimientos aquí, buscando ante todo la gloria de Dios y la ayuda del prójimo, como prometido.
# Será el tiempo ya de preparación y estudios para la misión. ¿Qué fue como el corazón del paso dado? Ayudar y acompañar las personas, muchas buscadoras de luz y sentido para su vida, aportando uno su propia fe y esperanza, deseando ahora los cambios que se observaron entonces en personas y ambientes con Jesús y sus discípulos, en los primeros siglos y más tarde. Semilla de Humanidad nueva, solidaria y compasiva, en marcha con la colaboración de seguidoras y discípulos del Señor, trabajando juntos por su Reino de paz y fraternidad, sin abandonar a pesar de los nubarrones y las resistencias. Así lo conté hace tiempo.
«En los comienzos de su predicación, el Maestro de Galilea buscó gente inquieta y generosa. Bastó un gesto del gran Maestro para que Mateo se embarcara en la aventura de seguirlo:
– Maestro Jesús, quiero seguirte, vivir y trabajar contigo para siempre.
– Ven conmigo, Mateo, déjalo todo ahora mismo y sígueme»
Colaborar con lo propio de cada uno, escuchando mucho, comprendiendo las personas y amando sin diferencias. Más que palabras, importará la propia vida, la alegría y convicción del discípulo, cautivado y enamorado por el Señor y su Reino, ‘Los llamó para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar’.
– Jesús, siguiendo el estilo de los antiguos profetas como Amós, recorre los pueblos predicando la buena noticia del Reino. Jesús vivió en medio de la gente, y quiso que sus discípulos hicieran lo mismo. Enseñó el camino que lleva a Dios y expulsó los demonios que paralizaban a tanta gente, que les sometían en su dignidad de hijos de Dios. Jesús levantó a tanta gente caída y marginada y enseñó que el amor de Dios nos salva. Nos enseñó a vivir este amor viviendo como Él. No se habla de una doctrina nueva, sino de Jesús, en su nombre, cumpliendo cuanto en él se significa.
# Grandes promesas y obligaciones. La pobreza del ser vencida por la gracia de Dios, quedará la pobreza del tener y de los afectos, deseando darlo todo sin quedarse con casi nada, la nombrada soledad del corazón, así como la libertad personal. Todo el ser comprometido por el Reino de Dios, paradojas del evangelio, sintiéndose libre pero obligado para la misión compartida por la obediencia, no deseando hacer de entrada el gusto propio ni la propia voluntad: compaginando, colaborando, cooperando. Costoso a veces, sacrificado. Ser como Jesús de Nazaret ‘célibe por el Reino de Dios’, será como vivir el mandamiento principal y el mandamiento nuevo juntos y a la vez, hasta sus últimas consecuencias, amar sin esperar a cambio. En cuerpo y alma para el Señor, para el Reino de Dios, para los que necesitan amor, lo buscan y no lo hallan. Siempre quedará la amistad sincera, también la de los colegas y amigos en el Señor, inolvidable. Todo será posible si hay vocación, llamada personal, con gracia de Dios y la entrega propia, a veces gratificada viendo el fruto, otras veces solo quedó la fidelidad, la fe y la espera. Una vez más ofreciéndose con la oración del Santo de Loyola:
‘Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer,
vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro.
Disponed de todo a vuestra voluntad,
dadme vuestro amor y gracia que esto me basta’.
# Para todo ello será necesario el hábito del trabajo motivado, constante, y la oración de cada día, con las oscuridades y cansancio habituales del estudio y de la vida en común. Sin olvidar en efecto que la vida espiritual personal será imprescindible, más las tareas encomendadas por los demás, catequesis, grupos y otros. Los primeros años serán para echar un buen cimiento a la vocación, su conversión de raíz, cambio de vida, así como ‘nacer de nuevo’. Más tarde el duro y largo trabajo del estudio, no para conseguir un puesto, sino para ayudar mejor. Será con la poesía de Juan Ramón o la utopía de Rousseau. Desglosando más tarde el Credo y los Evangelios, el Mensaje, la Persona de Cristo y su Proyecto, su Reino. Fue la Teología que pedirá el hombre entero, la mente y el corazón, ideas claras y afectos sinceros, convicciones personales. Ya en el trabajo, recibiendo la misión para acompañar a jóvenes y mayores, caminando juntos, ofreciendo los valores evangélicos, no del tener y triunfar, sino de sanar y construir al modo compasivo de Jesús, su modo de proceder, ‘En todo amar y servir’. Como Él desde la confianza plena en el Padre, con amor divino e interior abundante, el Espíritu santo recibido, luego derramado en nuestros corazones para compartirlo. Casi como un sueño. Vendrán noches oscuras y limpios amaneceres, Getsemaní y Gólgota en pequeño, también pescas milagrosas y abrazo de paz, las satisfacciones del nuevo día ¡Es el Señor!
– Señor, Dios nuestro,
revístenos con las virtudes del Corazón de tu Hijo
e inflámanos en sus mismos sentimientos,
para que, conformados a su imagen,
merezcamos participar de la redención eterna.
# Prepararse bien para llegar ahí, no solo sino en Compañía y con más gente, no mucha, que aprecia el sentido y verdad de esta vida nuestra, y la palabra dada en el sacerdocio de la Iglesia para el mundo. La gracia del Señor nos sigue ayudando, acompañando en el camino. Haciendo amigos, haciendo discípulos para el Señor, mandato de Jesús: ‘Hagan discípulos mios de todos los pueblos, enseñándoles lo aprendido conmigo’. Siempre a la búsqueda de nuevas respuestas que permitan continuar llevando la Palabra de Dios, la Luz del Evangelio, a todos los rincones de la Tierra, a los niños y los jóvenes, a todos, también de otras culturas y continentes. Ser misionero, al menos en espíritu, es algo irrenunciable para el buen discípulo. No muchas palabras, sino la verdad de cada día, rezada y agradecida, explicada, así como aquí y ahora, yo mismo desde el corazón, siempre teniendo a la vista la práctica posible de la misericordia y la reconciliación, con la ayuda del Señor que nos toma para seguir sus huellas, para que seamos hoy su palabra, su pan, sus manos, su corazón. Él cuenta conmigo, me necesita, nos necesitamos, por eso ahora recordé: ‘Yo vine para ofrecerle mi corazón, Él me esperaba para darme el suyo’.
# Viendo a lo lejos llegar la nueva Humanidad,¡Venga a nosotros tu Reino! Jesús la presentó como una gran fiesta tras el examen del amor, un banquete nupcial y fraterno donde Él mismo será el novio que invita y el vino nuevo, el mejor. Recordaremos que se presentó como pan de vida, alimento nuestro y comunión entre nosotros, fuente de felicidad y de esperanza. Ahora, para su Iglesia y para cada uno, Jesucristo será asimismo aliento para el camino de regreso a la Casa del Padre que cada día y en el último día nos espera con los brazos abiertos. Está la mesa servida, ‘caliente el pan, envejecido el vino’. Él mismo se pondrá a servirnos agradecido por nuestra fe en el Hijo, admirado por mantenernos firmes en la espera, sin dejar oscurecer el amor a la vista de nuestros fallos, de los egoísmos y violencias del mundo viejo que acaba, ¡Bienaventurados los que trabajaron por la paz!. Esta es la llamada ‘teología’, hablar de Dios desde el corazón y con la vida, soñando en esa ‘tierra nueva’ apoyados en las Escrituras y la Tradición, en la propia vivencia ‘Serán mis testigos’. Parecerá imposible, utopía, y sin embargo nos consta el compromiso divino, será esperanza cierta. El Reino de Dios, resumen de los sueños de Dios, su Reino ya comenzado, aunque con altibajos, por eso rezaremos sin cesar, ‘Padre, que venga tu Reino, y no nos dejes caer en la tentación del desánimo’.
# Terminaré la 2ª parte con este ‘Padre nuestro’. Fue escrito para alguien con cáncer terminal que pudo dudar del amor de Dios por su silencio, pero al fin puso todo en sus manos, sintiéndose segura en las manos del Padre bueno, en sus brazos:
«PADRE NUESTRO, padre de todos, padre del cielo,
tú quieres sólo nuestro bien; cúmplase tu voluntad,
tus mejores deseos, tu Reino;
que todos te conozcan, te quieran y bendigan.
. . Que de la casa no me aleje ni me pierda;
sálvame, Señor,
no dejes que de tu bondad dude ni desconfíe,
que no caiga en la red del tentador.
. . Da a todos cada día su alimento,
que perdonemos siempre como tú nos perdonas;
de la noche del mal líbranos y de la muerte en sombras,
danos de tu vida cada día y de tu aliento»
Fueron muchos y variados los encuentros de Cristo por caminos y pueblos, con personas y grupos, encuentros renovadores.
Jesús y la gente se buscaron. Él compartió su mensaje y restauró la esperanza, si fuera menester curando males. Escuchar, pedir, confiar, verbos de encuentro, afecto y oración.
«Vengan a mí los que están cansados y cargados, y yo les daré descanso. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí que soy manso y humilde» (Mateo c.11)
«Jesús nos revela que Dios no habita lugares asépticos lejos de la realidad, sino que camina a nuestro lado, en las rutas a veces ásperas de la vida.»
(Francisco, Sínodo 2021)
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# Encuentro con los primeros Discípulos: El comienzo de una amistad buscando conocerse, y tal vez trabajar juntos ¿Qué buscan? Maestro ¿dónde vives? El encuentro fue imborrable y prometedor. –san Juan c.1
# Con Nicodemo el fariseo: Costará cambiar lo fácil de siempre por lo más nuevo y exigente. Jesús le prometió ayuda, Nacerás de nuevo. Fue en la noche, y se hizo de día. Estará junto a la cruz. –san Juan c.3
# Encuentro con la Samaritana: Jesús se dio a conocer y ayudó en lo que pudo. No quiso complicar la vida sino aliviar la carga. Se ofreció como ‘Agua viva’ que sacia la sed de verdad y riega la semilla buena. –s Juan c.4
# Con el Joven rico: El joven buscó asegurar su cielo. Jesús cuestionó sus seguridades, nada valen si la gente cerca pasa hambre o está sin techo. Qué hacer ¡Déjalo todo, dale a los pobres y ven conmigo! –s Marcos c.10
# Con el Ciego del camino: Cansado de esperar, agotado de pedir, Jesús le devolvió la confianza ¡Señor, que yo vea! Abre tus ojos y sígueme. Fue posible lo que pareció imposible. –san Marcos c.10
# Encuentro con el Escriba: Dios ¿qué te importa más? ¿Quién es mi prójimo? Verás la respuesta en la cuneta de los caminos, heridos, migrantes, infancia. Puedes mirar a otra parte y pasar de largo, o dar tu tiempo, tu agua, tu aceite. Si hay amor, estará el Señor. –san Lucas c.10
# El encuentro con Pilato: Encuentro de Jesús con la indiferencia y el vacío ¿Qué es la verdad? Solo interesó el poder y la gloria; su desinterés por la verdad llevará al dolor y la muerte del inocente. Las heridas de siglos lavadas por el amor que reconcilia ¡Señor, ten piedad! –s Juan c.18
# Encuentro con la Magdalena: Buscó a Jesús en el lugar equivocado, en el pasado. Él vive ahora en la comunidad, en la familia, en su corazón amante. La mujer será apóstol del triunfo de la Vida, profeta de la Noticia que consuela y pacifica: Jesús vive, nos espera y nos envía. –san Juan c.20
# Con los Discípulos en el camino, conversando amigablemente, compartiendo luces y sombras, explicándose, ‘Era necesario’. Finalmente el calor y la luz de Jesús venció su decepción y sus dudas, ¡Es el Señor, cómo ardía nuestro corazón en el camino! –san Lucas c.24
# Con los Discípulos encerrados: Con miedo, no comprenden. Puertas cerradas y corazones en espera, ‘Soy yo, no teman’. Frágiles, precisaron Espíritu santo, su aliento y su paz. La misión de Cristo deberá continuar, los necesita ¡Señor mío y Dios mío! –san Juan c.20
# Encuentro con Pedro arrepentido: Ante nuestra infidelidad, Jesús se mantendrá fiel porque nos ama. Pedro va avergonzado y dolido de su cobardía y orgullo. Jesús no está para reproches, sino para abrazar y reunir, si le renovamos la amistad, ¿Pedro, me amas? –san Juan c.21
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Algunos encuentros ocurren en los caminos y descampados, o en la casa de Zaqueo, de la hija de Jairo o de Marta y María, Jesús también nos abrirá las puertas de su casa, como a los jóvenes discípulos o a Nicodemo.
– Baja Zaqueo, hoy quiero hospedarme en tu casa.
– Jesús llegó a casa de Jairo, entró y tomó de la mano a su hija enferma.
– Maestro, ¿Dónde vives? Vengan y lo verán.
Recordaré que antes de recibirlo en la Comunión, diremos: ‘Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme’.
Sin olvidar los encuentros frecuentes de Jesús con el Padre, su oración al amanecer, en soledad y en otras circunstancias, también con la gente:
– Te doy gracias, Padre, porque te revelas a los sencillos.
– Gracias, Padre, porque me escuchaste.
– Padre, que no se haga mi voluntad sino la tuya.
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= Imagen: Nicodemo con Jesús en la noche, Rembrandt. «Nicodemo fue de noche a ver a Jesús: Maestro, viniste de parte de Dios por las señales que haces… No verán Reino de Dios si no nacen de nuevo». (san Juan c.3).
– El que ama a su prójimo cumplió toda la ley.
– A nadie le deban nada más que amor.
¿De qué amor se trata? Un amor nuevo, difícil, casi divino. Un amor que no discrimina, que toma la iniciativa, ama a los enemigos, es paciente y sacrificado, preferencia por los pequeños, los últimos.
Cena del Reino, Maximino Cerezo
– Amarás a tu Dios con toda tu alma, al prójimo como a ti mismo. –mandato principal. – Ámense unos a otros como yo los amé, así serán mis discípulos. –mandato nuevo.
– El amor es la Ley perfecta. El que ama cumplió la Ley, Romanos c.13. – Ámense de verdad, el amor perdonará sus muchos pecados, san Pedro c.4.
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¿Estamos todavía bajo la Ley, o vivimos como hijos de Dios?, preguntó el Papa a los fieles en la Audiencia general del pasado 18 de agosto.
No será fácil vivir la nueva mentalidad de hijos de Dios, la nueva libertad, la del espíritu bueno que vence el mal con el bien, que siempre ama. Será la ‘nueva alianza’.
+ SEÑOR, enséñanos a amar como tú amas,
sin límites ni condiciones, sin excluir a nadie.
. . Aprenderé que amar es escuchar y ayudar, comprender y perdonar, disculpando.
. . La fe y la esperanza nos acompañan, mas solo el amor perdura y es eterno, como tú Señor, amor infinito +
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– Recordarán el dicho de san Juan de la Cruz: «En la tarde de la vida te examinarán del amor».
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Piensen con cariño que ayer 6 de octubre fue el Día Mundial de la PARÁLISIS CEREBRAL, pacientes y familias. Vimos infancia rehabilitando con profesionales de 1ª. Que nadie quede atrás.
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Unidos también en este mes de octubre a la oración universal del Papa.- Que cada bautizado participe en el anuncio del evangelio, que su vida tenga el sabor del evangelio.
Desde el día 20 de mayo, 500 años de la herida y conversión de san Ignacio de Loyola, verán aquí cada mes algún tema. Hoy las metas nuevas propuestas por Loyola y su grupo.
– Un día le dijeron los compañeros: ‘Ignacio, la gente quiere saber quiénes somos, nuestro nombre, y qué planes tenemos. Qué les diremos’.
Ignacio de Loyola lo vio claro, ellos también:
= Dirán que son compañía de Jesús, compañeros suyos. Jesús nuestro rey y nuestro amigo, como los apóstoles y discípulos más cercanos del Señor.
. = Como ellos nosotros andaremos los caminos, conversando y compartiendo en el anuncio del Reino de Dios, para acompañar.
= Juntos al servicio del Papa su Vicario y de la Iglesia universal, enseñando, ofreciendo los sacramentos, para ayudar al prójimo.
= Todo lo haremos en nombre de Jesús, sin buscar otra gloria ni interés que la gloria de Dios, su Reino, su voluntad.
(Cf. ‘Compañía’, los que comparten el pan)
* Imagen: IHS, las tres primeras letras griegas del nombre ‘Jesús’ que significa ‘Dios salvador’.
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«En todo amar y servir»: una meta de Loyola y sus compañeros, también de este aniversario. Ver a Dios en todo, amando y sirviendo, viendo todo con otros ojos. Cantará aquí el grupo ‘Jesuitas Acústico’, desde La Habana, Cuba.
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«En todo contemplarte
porque en todo alientas
interior y última energía
donde todo consiste,
en todo descubrirte
perforando la cáscara
bella o destrozada
de todo lo que vive,
en todo anunciarte
próximo e inédito
venturoso futuro
surgiendo del abismo,
en todo sufrirte
solidario en las pérdidas
que amputan a toda criatura
horadando tu costado,
en todo amarte
Dios íntimo y universal
en el abrazo que enternece
y en la comunión cósmica,
en todo servirte laborando
la convergencia en ti,
cierta e imposible,
de todo lo que existe.»
–Benjamín González Buelta SJ, Santo Domingo
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-Quedará el acuerdo de ponerles algo más del tema ignaciano otro día.
Celebrando la conversión… San Ignacio trabajó los Ejercicios espirituales en él mismo porque los necesitaba, en Loyola y luego en Manresa. Los pensó también como herramienta para ayudar a más gente.
– Ayudar a pensar, a rezar, para ser un buen cristiano y más, para tomar con buena luz grandes decisiones: «Déjalo todo y sígueme».
– El nuevo caballero de Cristo ofrecerá los Ejercicios a personas deseosas de cambio, libres por dentro, cristianos descontentos con su vida.
CUATRO ETAPAS, con Jesucristo bien conocido, cercano amigo, necesitado de discípulos decididos.
*Primera etapa, repaso de la vida pasada, sus errores, el perdón y abrazo del Padre. Ignacio convaleciente con luchas interiores y dejando curar su orgullo con el bálsamo del evangelio, «Estás curado, ponte en camino».
*La segunda será la vida de Cristo, su trabajo por la gente, buscando colaboradores. Empaparse del interior de Jesús de Nazaret, sus planes, su estilo de vida. Sentir y querer lo mismo, gustar la mutua amistad, «Ven conmigo, sígueme».
*La tercera etapa, acompañar a Cristo junto a la Cruz, María y el discípulo amado, su fidelidad a toda prueba. Y todo esto por mí, esperando mi respuesta. El seguimiento de Cristo, la cruz de ahora y el sufrimiento de tantos, «Tengo sed».
*Última parte será la misión, enviados para levantar al caído y consolar a quien perdió la esperanza. La resurrección de Cristo será misión universal, tarea de paz, «Anuncien la Buena noticia, curen las heridas, perdonen las ofensas».
‘Qué haré por Cristo’, se preguntó Ignacio al principio del libro. Al final escribió una oración difícil, total, su deseo de corresponder:
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento y también mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer;
vos me lo disteis, a vos Señor lo torno,
todo es vuestro, disponed según vuestra voluntad;
dadme vuestro amor y vuestra gracia, esto me basta.
* Imagen: Dibujo de Bernardo Gantier SJ, Bolivia. San Ignacio pide ‘ser puesto con el Hijo’, la gracia del seguimiento.
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Si gustan podrán escuchar aquí la oración «Tomad Señor», con música y fotos de Isa Solá, misionera de Jesús-María en Haití, asesinada en septiembre 2016 en Puerto Príncipe.
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/Quedará el acuerdo de ponerles algo más del tema ignaciano otro día
– Jesús preguntó: ¿Qué dice la gente de mí? Unos que eres el Bautista, otros que algún profeta. Y ustedes, quién dicen que soy. Pedro dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
También hoy Jesucristo nos dirige la pregunta: ¿Qué dicen de mí? Más que una respuesta de libro, él espera una respuesta personal.
¿En verdad conocemos a Jesús, centrados en él, o vivimos en la rutina? ¿Queremos a Jesús, o es alguien del pasado, sin fuerza ni atractivo? ¿Es amigo? ¿Aprendimos a mirar como Jesús, compasivos, o bien indiferentes? ¿Jesús resucitado vive y camina con nosotros? ¿Somos sus testigos?
– Un discípulo no es más que su maestro. Basta con que el discípulo llegue a ser como su maestro.
– Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso.
«Las creencias no cambian nuestra vida. Lo más decisivo será saber qué relación vives con Jesús. La adhesión personal a Él nos transformará» (J.A. Pagola).
«Jesús, te quiero». Fueron las últimas palabras de Joseph Ratzinger, el Papa Benedicto, antes de morir. Fiel amistad mantenida a lo largo de toda una vida, en los días fáciles y en los difíciles.
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No fue fácil vivir en modo evangelio. Vean este examen práctico, al estilo de Jesús:
.. Nos seduce el deseo de quedar bien, no soportamos las humillaciones.
.. Nos atraen los placeres y la comodidad, somos reacios a la renuncia.
.. Queremos vencer en todo y a veces nos falta humildad.
.. Confiamos en nuestras solas fuerzas, olvidamos que sin ti nada podemos.
.. Caemos en autosuficiencia, olvidando al prójimo que pide atención.
.. Nos aferramos a nuestras seguridades, desconfiamos de tu providencia.
+ SEÑOR, quiero ser alumno tuyo en la escuela de Belén, aprender sencillez, humildad, dejándome querer y ayudar. / En la escuela de Nazaret aprenderé a valorar la convivencia, el trabajo de cada día. / Aprenderé de ti a escuchar y curar, acoger y bendecir. / En la escuela de la Cruz aprenderé a confiar y perdonar.
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En comentario verán la importancia de la humildad y el peligro del orgullo, ‘Bienaventurados los pobres de espíritu’.
Con esta melodía llena de afecto y buenos deseos, «Encontrarme contigo», del grupo Satelite, Mexico, 2012.
«Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.» (s Juan c.3)
JESÚS de Nazaret gustó conversar sobre su origen y el motivo de su venida. Más que largos discursos, interesó su trabajo y el ejemplo de su vida, amor en las obras más que en las palabras.
– Creer en los signos, el vino de Caná, los panes y los peces, Lázaro resucitado, el Pan de vida, la vista del ciego, el sepulcro vacío.
– El discípulo amado ofreció un diálogo en la Cena de despedida, para descubrir el Misterio, por la fe en Jesús el Hijo de Dios.
= ¿Quién eres tú, JESÚS, para que creamos en ti como creemos en Dios? =
‘Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares. Volveré y los llevaré conmigo’
. . Los discípulos no comprendieron. Verán pronto al Mesías rechazado. Deberán esperar, Jesús les mostrará el camino a Dios Padre.
‘Tomás confesó: Señor, no sabemos adónde vas ni sabemos el camino. ‘Yo soy el camino, la verdad, la vida’
. . JESÚS es el camino para llegar a Dios, el Padre nos recibirá en su casa. Él nos enseñará quién es Dios, cómo es Dios, cómo llegar a él.
‘Felipe suplicó: Muéstranos al Padre. ‘Tanto tiempo y no me conoces. Quien me vio a mí, vio al Padre’
. . Viendo, oyendo a JESÚS, veremos, oiremos, conoceremos a Dios. Más que creer importa amar, son mis amigos. Si hay amor Dios está.
Mirando al cielo, rezó por sus discípulos así:
PADRE, te pido por ellos, que ya creen en mí y conocen tu voluntad. Yo cuidé de ellos, pero el maligno los amenaza / Te pido que no caigan en la tentación, que permanezcan unidos como nosotros, en la pena y en la gloria / Que den a conocer nuestro gran amor, que confíen y no teman.
Recordarán las palabras de san Pablo al joven Timoteo:
«No te olvides de JESUCRISTO, resucitado de entre los muertos; Él es nuestra salvación, nuestra gloria para siempre. Si morimos con él, viviremos con él; si perseveramos, reinaremos con él. En él nuestra esperanza y nuestra paz.»
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* Imagen: Leonardo da Vinci, La Última Cena, 1498, pintura mural en el Refectorio comedor del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán (Italia). Última restauración 1999.
‘Dime, Señor, cómo ser pan que sacie por dentro y traiga la paz…’
– Yo los elegí y los puse en camino. Ustedes son mis amigos. (san Juan c.15)
– Yo soy un pecador en quien el Señor puso los ojos… Jesús vio un publicano, mirándolo con amor y eligiéndolo le dijo: Sígueme’ (Francisco)
La Oración del Amigo Misionero nos llegó desde muy lejos. Súplicas al terminar el día o al final de la propia vida, como fue el caso.
Entregar todo y dar gracias, pedir perdón y confiar en la misericordia. Conservar como un tesoro la amistad del Maestro, su amistad que dura por siempre, más allá de la muerte.
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«SEÑOR JESÚS, tú nos miraste, nos llamas a colaborar en tu misión. Te damos gracias, no olvides tu promesa de estar siempre con nosotros.
. . Tuvimos el sentimiento de trabajar en vano toda la noche, olvidando que tú estás cerca. Hazte presente en todo, en nuestro trabajo, cada día.
. . Llena con amor nuestras vidas en tu servicio. Quita de nuestro corazón el egoísmo de pensar en lo nuestro, en lo mío, exclusivo.
. . Ilumina nuestras mentes y corazones, haznos sonreír cuando las cosas no marchan como quisiéramos.
. . Que al final del día, de cada día, nos sintamos más unidos a Ti. Somos débiles y pecadores, pero somos tus amigos».
(Oración de Adolfo de Nicolás, jesuita, Japón +2020)
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Vean esta melodía llena de amistad, «Encontrarme contigo», del grupo evangélico ‘Satelite’, Mexico.
– Encontrarme contigo mi fiel amigo, sentir el calor de Tu gran amor; para adorarte y todo entregarte, vertir lo que soy en adoración.
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Añadiré por mi parte estos Rasgos evangélicos de Jesucristo, deseando entrar en el misterio de su persona. Desde la nube la Voz señaló a Jesús de Nazaret, los discípulos oyeron atemorizados y más tarde recordarán.
: Este es mi Hijo amado, escúchenlo
: Es el Agua viva que renueva todo
: El Vino nuevo, alegría del Reino
: La Vida abundante, compartida
: Nuestra Luz en la tiniebla
: Es el Camino para ir al Padre
: La Verdad que nos da la libertad
: La Vid verdadera, nosotros sus sarmientos
: La Gloria de Dios reflejada en su Rostro
: Jesucristo, el icono, la Imagen del Dios vivo
: Jesús es el Señor.
¿Qué viste de camino,
María, en la mañana?
A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!
Vengan a Galilea,
allá el Señor aguarda;
allá verán los suyos
la gloria de la Pascua.
(Liturgia pascual)
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Fue su fiesta hará pocos días. Quise retomar el propósito de la Magdalena de acercarnos a Jesús de Nazaret que tanto significó para ella.
El amor y la amistad crean proximidad, curando heridas y realizando sueños ¿Eres tú, Señor? El amor buscará la presencia y la figura, ‘contemplar para amar’, lo llamó el santo de Loyola.
María Magdalena, anciana y exiliada, lo explicará así a unos jóvenes que quisieron saber más de Jesús:
«Esta gente amiga llegó hasta mi puerta con pequeñas excusas, acercándose pronto al fuego que nos calentaba. Juntos soñábamos abrazando nuestras manos, y al poco despertábamos sintiéndonos personajes que vivieran en otro tiempo con el Galileo y sus discípulos, en un mundo que nos encantaba, un mundo de ensueño y bienestar.
. . Eran muy jóvenes y no me resultó difícil poner en marcha sus sentidos de dentro, imaginando y contemplando para que vieran y tocasen, que oyeran y hasta notasen aromas y sabores, ‘Ven, amigo mío, acércate, cuéntame’. Yo los fui llevando de la mano poco a poco hasta el Nazareno que los atraía con fuerza, familiarizados con sus bellos ojos y su semblante agradable. Cantamos abrazados una canción de amor:
Junto a ti
amor
todo es belleza,
tras de ti
mi vida
vuelo sin tregua,
sin ti
bondad suma
solo tristeza.
. . Sin haberlo visto ya lo amaban, como si en verdad lo conocieran. Las palabras y hasta los gestos del gran maestro les hablaron a ellos mismos, siguiendo paso a paso el camino que marcaba mi discurso, con frecuencia entrecortado por el recuerdo y la emoción, ¡Señor mío, amor mío! »
–Cf. María Magdalena -4 / Frescos recuerdos.
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* Imagen: Anton Raphael Mengs, Magdalena penitente, 1765.
Verán en comentario un lindo texto de Isaías, el amor infinito de Dios.
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«Llegó el Esposo, salgan a su encuentro». Las mujeres prudentes y enamoradas que mantuvieron encendidas sus lámparas de la fe y del amor esperando al Señor, con el deseo aunque indignas de entrar en su presencia.
Así lo expresó el evangelio y los versos de este cántico:
Nos apremia el amor, vírgenes santas; vosotras, que seguisteis su camino, guiadnos por las sendas de las almas que hicieron de su amar amor divino.
Esperasteis en vela a vuestro Esposo en la noche fugaz de vuestra vida, cuando llamó a la puerta, vuestro gozo fue contemplar su gloria sin medida.
Vuestra fe y vuestro amor fue fuego ardiente que mantuvo la llama en la tardanza, vuestra antorcha encendida fielmente ha colmado de luz vuestra esperanza.
Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero con la Iglesia de Dios ha celebrado, no dejéis que se apague nuestro fuego en la pereza y sueño del pecado.
Demos gracias a Dios y, humildemente, pidamos al Señor que su llamada nos encuentre en vigilia permanente, despiertos en la fe y en veste blanca.
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‘You’re my Heart, You’re my Soul’ – Modern Talking, 1985