El sacerdote, Van Thuan

    «El sagrario más hermoso, la custodia más brillante, el templo más majestuoso, es el sacerdote. Se pueden derribar todas las iglesias del mundo, pero si sobrevive un sacerdote, se celebrará la Eucaristía y Cristo volverá a hacerse presente».

Del Cardenal Xavier Van Thuan, Vietnam, 13 años en prisión, 9 en aislamiento. El texto «El sacerdote» apareció en redes sociales.

Regresó de Vietnam en 1991, murió en Roma el año 2002. Van Thuan contó su experiencia, en prisión por predicar la fe católica.

«En la cárcel esta fue la pregunta: ¿Nos permitirán celebrar la Misa?
. . La Eucaristía en nuestro pensar: ‘Si comen este pan, vivirán para siempre, la vida del mundo’.
. . Jesús invitó a trabajar por la libertad y la justicia, por la paz amenazada y los derechos no respetados.
. . La Iglesia ayudará a cambiar lo injusto por sistemas económicos nuevos, más comunión y menos intereses».

Así fueron los deseos más sinceros del Cardenal Van Thuan:

    + «SEÑOR, viviré el presente colmándolo de amor, cada día como el último de mi vida. En este mar de amargura me siento libre, sin nada, solo la cercanía de Jesucristo y de María. Camino de mi cautividad recé: ‘Tú eres mi Dios y mi todo’; como tú, Jesús, queriendo siempre agradar al Padre.»

– Verán en comentario la oración extensa de Van Thuan desde la prisión.

– También en comentario la oración de abandono del Padre Carlos de Foucauld.

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Canto de Resurrección con María, con toda la Iglesia, con la Iglesia perseguida, canto de esperanza y de alegría, canto de Pascua también en tiempos difíciles.

+ Reina del cielo, alégrate, aleluya. / Porque el Señor, a quien llevaste en tu vientre, aleluya.
+ Resucitó según su palabra, aleluya. / Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
+ Goza y alégrate Virgen María, aleluya. / Porque en verdad resucitó el Señor, aleluya. 

Oremos: Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo Jesucristo llenaste el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre María, llegar a los gozos eternos. Por JCNS. Amen.

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El pasado 30 de junio se celebró el Día Mundial de las Redes Sociales: facilitaron el conocimiento, la comunicación y el entretenimiento, y más durante los confinamientos globales por la pandemia Covid-19.

Las manos de Dios | Charles de Foucauld

«Señor, tú eres nuestro Padre;
nosotros somos el barro y tú el alfarero.
Todos somos obra de tu mano»
(Isaías c.64).

Traigo unos pensamientos que escuché y me gustaron, para entender mejor a Dios de quien la Biblia hablará en imágenes, por la relación entre el artista y su obra. Cómo adivinar lo que siente mirando sus manos, o al ver su hacer imaginar su propio sentir.

El Dios de Jesús de Nazaret solo quiere la vida y el bien. Jesús así lo manifestó, y sus discípulos continuaron su trabajo de bendecir y curar. También nosotros, si hiciéramos el bien, seremos las manos de Dios.

rodin-ManosManos amigas, sus manos que estrechan las nuestras, manos trabajadoras que acarician y sanan, manos heridas y enclavadas, manos que rezan y salvan.

    – En una de sus últimas Catequesis sobre la oración, el Papa Francisco nos dijo: «La nobleza de la oración nos deja en las manos de Dios, esas manos plagadas de amor: las únicas manos seguras que tenemos»

Así como dicen que el rostro refleja el alma, las manos expresan sus deseos y necesidad, como también el menosprecio o el odio. Las manos hablan en silencio.

Estas cuatro imágenes nos ayudarán a caer en la cuenta:

= Manos de alfarero, que trabajan mi arcilla tierna, acariciando le dan forma y belleza, como fragilidad y pobreza. Me dejaré hacer a imagen suya, a imagen de Jesucristo, al que deberé parecerme. Trabajador incansable, haciéndome suyo.

= Manos de padre, que da la mano y acompaña, mi vida en sus manos, él me levanta y abraza, me recibe en la casa y lleva de su mano hasta la mesa preparada. Manos que abrazan mi indigencia y mi pecado, amor dichoso de padre y de madre que conforta.

= Manos de pastor, que guían por un camino llano, nada temo porque él va conmigo. Si me pierdo me toma en sus brazos y cura mis heridas; si cansado y agobiado, él me acaricia y consuela, me anima a seguir el camino. Él vigila mis pasos, dejándome libre.

= Manos de viñador, que cuidan su viña y mi vida, que esperan los frutos, riega la tierra con el sudor de su frente y su agua buena, sus manos podarán lo reseco, limpiarán lo que estorba. Con él, sarmiento unido a la vid, correrá por mis venas su misma vida.

(Textos del Pastor y del Viñador: Salmos 23 y 80; s Juan c.10 y 15)

-Imagen: La Cathédrale, Auguste Rodin (+1917). La Catedral o Arca de la Alianza, dos manos derechas, cuyo espacio interior quiso ser referencia a la arquitectura gótica.

-Vean también el tema en una versión poética, «Manos amigas».
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«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).
‘En las manos del Señor’, así nos dijo adiós el Padre Pedro Arrupe (+1991):

«Me siento hoy más que nunca en las manos del Señor. Toda mi vida, desde mi juventud, he deseado estar en las manos del Señor. Y todavía hoy es lo único que deseo. Hoy es el Señor mismo el que tiene toda la iniciativa. Os aseguro que saberme y sentirme totalmente en sus manos es una profunda experiencia.»

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El 15 de mayo 2022 fue canonizado Charles de Foucauld (+1916). Tal vez no un santo sublime, muy consciente de su fragilidad, a la vez con su empeño en confiar sin límite en Dios. Los sueños truncados, sus temores, sus dudas y fracasos, todo en las manos de Dios.

«La figura de Carlos de Foucauld invita a una imitación radical de Jesucristo, suscitada y alimentada por el amor. Su camino espiritual: búsqueda y amor de Jesús, adoración e imitación. Entre sus constantes espirituales la fe en la presencia de Jesús en la Eucaristía.» (Pablo Cervera B.)

Para final pondré esta oración de Foucauld, escrita parece al meditar la oración difícil de Jesús en la Pasión, su confianza y abandono total en las manos del amoroso Padre Dios:

Padre mío,
me abandono en Ti,
pongo mi vida en tus manos,
te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque Te amo, y es para mí
una necesidad de amor el darme,
sin límite, con una infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.

(Del Padre Foucauld, encontrarán en su web el texto original francés)

– Tal vez sea cierto, según me dijeron, este dicho tan prometedor: ‘Quien pone todo en las manos de Dios, verá la mano de Dios en todo’.

– En comentario verán una reflexión sobre las manos creadoras de Dios.

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