— Violines, clarinetes y las notas de la ‘Primavera’ de Vivaldi prueban ser la fórmula más eficaz para combatir la pobreza en un populoso barrio marginal de Guayaquil en Ecuador.
En el Guasmo todavía existen cientos de covachas construidas con caña que se sostienen sobre enclenques pilotes para soportar las crecidas del río Guayas. Los mismos problemas sociales que aquejan desde siempre a este barrio que nació como un asentamiento informal de campesinos.
«El pesado calor de Guayaquil en esta época hace que las puertas y ventanas de las casas estén abiertas de par en par dejando escapar un millar de sonidos».
A lo lejos un dulce violín que repite incesantemente la Danza Húngara de Brahms. El violín que escuchamos pertenece a uno de los 100 jóvenes que forman parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Guasmo (OSJG).
«Éramos un grupo de jóvenes que teníamos un par de instrumentos y nadie nos conocía… El haber ingresado a la orquesta me cambió la vida».
— La OSJG es una iniciativa del Centro de Expresión Musical de la ‘Fundación Huancavilca’, que desde hace 15 años trabaja en el Guasmo en diversos proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
«Queríamos dar la oportunidad a estos niños y jóvenes, y formar un ser humano con valores que fueran la base para un cambio y un ejemplo para toda la comunidad. Unos 30 conciertos en mercados populares, hospitales públicos, hospicios y cárceles».
Algunos de ellos resultaron becados por las «Orquestas Juveniles de Venezuela», de José Antonio Abreu, donde complementan su formación.
— El arte como educador y restaurador de humanidad, vencedor de la pobreza, ocurre así una vez más afortunadamente. Enhorabuena a todas las gentes de Guayaquil, a su juventud y a la Fundación Huancavilca.
__ __
-Leer más en nuestro post ‘Orquestas Juveniles’.