– » No teman. Yo rogaré al Padre y les enviará un Defensor que permanecerá siempre con ustedes, el Espíritu de Verdad. No los dejaré huérfanos, volveré «, s Juan c.14.
Por el pasado Pentecostés pensé ponerles aquí unas súplicas, reconociendo carencias y pidiendo ayuda. Me explicaron que el Espíritu santo lo prometió Jesús de Nazaret después de resucitar y antes de marchar al cielo.
La tarea del Espíritu será de cuidar la continuidad del evangelio, refrescar nuestra memoria de Jesús, ser fuente de paz y de amor, de fraternidad. No será algo exterior o ajeno, sino íntimo y personal. Importará mucho desear y pedir: Ven, espíritu santo.
También leí que algunos sabios dijeron que el Espíritu santo fue el alma de Cristo, otros el alma de la Iglesia, y también que será como el alma de nuestra propia alma.
RENUÉVANOS POR DENTRO
. . Aprendimos a vivir sin interioridad, sin lo mejor de cada uno, para el bienestar… Ven, Espíritu Santo, libéranos del vacío interior.
. . No podremos vivir sin raíces, sin metas, sin saber qué queremos ni a dónde vamos… Ven, Espíritu Santo, ilumina nuestra desorientación.
. . Escépticos, frágiles e inseguros, nos cuesta hallar sosiego y la verdadera paz… Ven, Espíritu Santo, quítanos toda impaciencia y oscuridad.
. . Queremos ser libres, independientes; sentimos soledad, necesidad de amar y ser amados… Ven, Espíritu Santo, enséñanos a amar.
. . Sin apenas sitio para Dios, para el Misterio; llenos de ruidos por dentro, cómo notar su voz, su presencia… Ven, Espíritu Santo, ayúdanos a creer.
Jesús nos dirá también hoy a discípulos y discípulas, con su aliento: ‘Reciban Espíritu Santo… El espíritu es el que da vida. Él sostendrá sus vidas y alentará su débil fe, él renovará por dentro su frágil ser’.
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-Imagen: A. Durero, Manos orantes, 1508.
-El Catecismo católico hablará de «Los siete dones del Espíritu santo»: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, piedad, fortaleza y temor de Dios.
-Vean también del tema en nuestra entrada, «La intimidad de Dios».