Al atardecer se anuncia el final del día, el sol se apagará, la noche se acerca. La oscuridad atemoriza, entristece, evocó ausencias, soledad. Tiempo de reposo y pensamiento.
En la pasada fiesta de Santos y difuntos lo hablaron. El atardecer sugiere a poetas y pensadores el atardecer de la propia vida, su declive final hasta la misma muerte.
Mas también la noche es tiempo de encuentro e intimidad, tiempo de silencio y calor familiar, tiempo de salvación.
Así los discípulos de Emaús desconsolados pidieron a Jesús de Nazaret seguir juntos al atardecer. Un gesto de confianza y de amistad:
– Llegando cerca de la aldea, Jesús hizo ademán de seguir, mas los discípulos le rogaron: ‘Quédate señor con nosotros que el día está cayendo’.
Su experiencia del encuentro con Jesús, primero crucificado ahora resucitado, valió la pena pues su corazón arrugado de tanto dolor, fue ensanchado e iluminado por su presencia y su palabra.
«A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar como Dios quiere ser amado». El místico castellano s Juan de la Cruz dejó el aviso en sus ‘Dichos de luz y de amor’, amenazado por inquisidores, amando siempre.
__
La asignatura clave al final será el amor que perdona, la misericordia que cura al herido y viste al desnudo. Verán aquí el mensaje en este canto popular «Al atardecer de la vida».