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«El Espíritu del Señor está sobre mí y me envió para llevar la buena noticia a los pobres, la libertad a los cautivos, y a los ciegos la vista.» (sLucas c.4)
Buscaremos mejor sintonía con la causa de Jesús, el Reino de Dios, con su Evangelio, recordando la meta de su vida y preguntando qué espera de nosotros, qué deberemos hacer.
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«Confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habite la justicia.. Que Dios los encuentre en paz con él. La paciencia de Dios es nuestra salvación» (2Pedro c.3)
La conversión será trabajar por la paz y la justicia, por la dignidad de las personas: «Buscarán ante todo el Reino de Dios y su justicia». Un camino de misericordia, una religión renovada, liberando de temores y ataduras.
– Él fue rechazado y perseguido como ‘testigo de la verdad’, también sus seguidores. Vencerá el amor.
– El Reino de Dios, la causa de Jesús, su acogida generosa y su perdón, serán la ‘razón de mi esperanza’.
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Jesucristo
“Mi fuerza y mi fracaso, eres tú.
Mi herencia y pobreza, eres tú.
Tú, mi justicia, Jesús,
mi guerra y mi paz,
mi libre libertad.
Mi muerte y mi vida, tú.
Palabras de mis gritos,
silencio de mi espera,
testigo de mi sueños,
cruz de mi cruz, tú.
Perdón de mis pecados,
juez de mi pobre llanto,
razón de mi esperanza,
mi tierra prometida,
tú, Jesús.”
–Pedro Casaldáliga (+2020)
(Imagen: Cristo maestro, mosaico bizantino, siglo xiii, fragmento)
+ DIOS de misericordia, concédeme espíritu de oración y conversión, deseos sinceros de amarte a ti y a mis hermanos.
. . Enséñanos a reconocerte en los pobres y los marginados, y el propósito de amarte y servirte en ellos.
. . Quiero ser constructor de tu reino, para que abunde la justicia y la paz en la tierra. Amén.
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