El Cantar de los Cantares

:: Un día leí estos versos del “Cantar de los Cantares”, impresionantes por su limpieza y contundencia, y me hicieron pensar:

    – Es fuerte el amor como la muerte,
    es cruel la pasión como el abismo;
    es centella de fuego, llamarada divina;
    las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos.

El «Cantar», un libro bíblico atribuido en otro tiempo al rey Salomón, fue compuesto en el siglo IV antes de Cristo, y será más conocido por ser un libro de amor. El arte poético, la religión y la pasión de amor, aliados en una mística restauradora.

Se trata de un texto alegórico en clave creyente de difícil lectura, presentando la firmeza del amor entre Dios y su pueblo, su fidelidad a toda prueba.

:: El libro utiliza en los diálogos la analogía de la pasión conyugal. Satisfacción por la cercanía y posesión amorosa, dolor y pesadumbre en la distancia y soledad.

En sus diferentes cantos comunica la alegría de la relación, la fiesta del amor, también la tristeza y el temor por la pérdida o abandono. Vida o muerte, paz profunda o gran inquietud.

    – Lo busqué y no lo encontré, lo llamé y no me respondió.
    – Si encuentran a mi amado, le dirán que estoy muriendo de amor.

El principio está firme, vencerá para siempre el amor del que amó antes y amó primero, el que liberó de la tiranía de Egipto a su pueblo predilecto, entonces pobre y esclavo.

    – Si ofrecieran sus riquezas a cambio del amor, sólo burlas recibirán.
    – Quien encontró este tesoro escondido, venderá cuanto tiene y lo compra.
    – Si no tengo amor, no soy nada, soy como campana que hace ruido.
    – El amor nunca fallará.

* Imagen: Amantes, Nicoletta Tomas.
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:: Fray Luis de León (+1591), profesor de Biblia en Salamanca, será encarcelado por la Inquisición española por su traducción al castellano y comentarios del Cantar de los Cantares, sólo conocido hasta entonces en hebreo y latín, temerosos algunos del buen amor.

Fray Luis al salir de la cárcel dejó escrito en sus paredes estos versos. Así concluyó su injusta prisión aprovechada la calma de su forzoso retiro:

    «Aquí la envidia y la mentira
    me tuvieron encerrado.
    Dichoso el humilde estado
    del sabio que se retira
    de aqueste mundo malvado,
    y con pobre mesa y casa
    en el campo deleitoso
    con sólo Dios se compasa,
    y a solas su vida pasa,
    ni envidiado ni envidioso.»

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:: San Bernardo de Claraval (+1153), en sus ‘Sermones sobre el Cantar de los Cantares’, habló bellamente sobre el nombre de Jesús: «Jesús es miel en la boca, melodía en el oído, júbilo en el corazón. Pero es también medicina», Cf. Sermón 15.

Podrán escuchar aquí «Jesu Dulcis Memoria», grupo Dan Gibson. Texto latino en Comentario. Vean esta traducción:

SEÑOR, tu simple recuerdo es fuente de gozo incesante; tu nombre, Jesús, es más dulce que la miel al paladar.
. . Nada hay semejante a tu discreta presencia: ni bella melodía, ni palabras amorosas ni pensamiento placentero.

. . Eres salvación para los pecadores, dadivoso con quien te suplica, cercano al que te busca y ¡qué decir de aquel que te encuentra!
. . La lengua es incapaz de describirlo, el poeta de cantarlo; solo quien lo experimenta sabe cómo es el amor de Jesús.
. . Sé, pues, Jesús amado, nuestro premio y nuestra alegría. A Ti la gloria por siempre. Amén.

Historia de una flor, a la Magdalena

# Cuentan que María Magdalena fue la primera en reconocer a Jesús resucitado en el huerto junto al sepulcro, la primera en hablarle y contarlo luego a los demás discípulos, también a Nicodemo.

Muchas flores de aquel jardín fueron testigos del acontecimiento, como el rocío mañanero y la brisa suave, en ese bendito ‘día primero de la semana’.

La delicada “Historia de una flor” que traigo al blog y dedico a la Magdalena, es un lindo relato que escribió mi amiga Dened Casañas, su experiencia de amistad y felicidad, testigo de tanta luz y belleza. Vean.

Fra Angelico, Noli me tangere, 1441

«Apenas nacía el alba cuando ella ya estaba allí. Yo disfrutaba de ese baño fresco de rocío que la noche bondadosamente me había regalado. La joven lloraba desconsoladamente, sólo de vez en cuando levantaba la mirada hacia el sepulcro vacío. Sentí pena por ella, mas no podía ayudarla, a fin de cuentas yo soy tan solo una flor en este huerto y nada entiendo de los conflictos humanos. Era tanta su aflicción que ni siquiera se percató de mi presencia. Mi corazón de flor me decía que esta no era una mañana cualquiera y no sé por qué pero ese presentimiento me hacía extrañamente feliz.

«No sé cuánto tiempo había pasado cuando de pronto apareció Él. Yo no lo conocía, pero recuerdo que una brisa me había traído un día noticias de un tal Jesús de Nazaret y en ese instante tuve la certeza de tenerle delante, como nunca imaginé que lo tendría. La joven continuaba allí, cuando se percató de su llegada lo confundió con mi jardinero, entonces muy turbada le preguntó: Señor, si tú te lo has llevado dime dónde lo has puesto. El la miró con la misma ternura con que lo hace el jardinero en la mañana cuando descubre que ha nacido una nueva flor; mas aun conociéndonos a cada una, a ninguna ha llamado nunca por su nombre ¡María! A ella se le encendió la mirada y también el corazón; prendida entonces de su cuello lo llamó ¡Señor!

mifl_magda«Por un momento soñé que realizara en mí algún milagro, que me tornara más bella quizás, pero recordé que una vez él dijo que ni el mismo Salomón en todo su esplendor se vistió como una de nosotras.

«Es corta la vida de una flor, por eso antes de perder el último de mis pétalos decidí contarles mi historia. Muchos ya la conocerán, mas no estuvieron allí para ver el sepulcro vacío, el llanto de la Magdalena. Nadie estuvo para sentir el aroma de la hierba mojada, la brisa que acarició el cuerpo del Señor resucitado; tampoco para escuchar la música de sus palabras. Por eso creo que Él me ha concedido un milagro, el milagro de vivir y morir junto a su sepulcro vacío».

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Compartir esta historia en el blog fue para mí una satisfacción, por la vida plena y el discípulo fiel, por tantas personas buenas que iluminaron con su fe sencilla y alegre muchos rincones oscuros de nuestra tierra, como en aquella maravillosa ‘primera mañana’.

Es corta la vida de una flor… Pasaron los años y Dened Casañas falleció meses atrás (+2017) en su querida Cuba, sin duda rodeada de sus muchos amigos y su familia. Entregó agradecida su último pétalo al Señor. Descanse en Paz, a la espera de la resurrección.

Así escribieron sus amigos: «A pesar de la tristeza que sentimos por su muerte, tenemos la certeza por su testimonio tangible de Dios, ella hoy nos acompaña desde el cielo, donde algún día nos volveremos a encontrar y a revivir nuestra amistad». (Vidacristianaencuba.com -2018/03)

En homenaje suyo pasado ya un tiempo, traeré de otro lugar en el blog unos versos de Dened, viéndose a sí misma orante y amante, junto a la Cruz del Señor Jesucristo.

«Hoy quiero ser la cruz que abraza tu cuerpo
o abrazada por ti llegar a ser trono de salvación.
Hoy quiero ser la gota de sangre que de tu costado sale
y mañana ser el vino que a todos alimente en la comunión.
Hoy quiero ser el agua que brota de tu costado
y dar de beber a todo el que tenga sed de ti.
Hoy quiero ser el suspiro en la cruz
para mañana ser tu primera palabra.
Hoy quiero ser el perfume que embalsame tu cuerpo,
para ser la fragancia que despierte contigo
el día de la resurrección.»

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(Verán aquí el ÍNDICE de los relatos y temas de nuestro eBook «María Magdalena y Jesús de Nazaret», pdf.)

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Podrán descargar aquí, EBOOKS_LINKS, pdf, de nicodemoblog.