«Un hombre cayó en manos de unos bandidos que lo dejaron medio muerto. Algunos lo vieron y pasaron de largo. Un samaritano de camino vio al herido y se compadeció. Se acercó, curó sus heridas, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo».
Una vez más algún pensamiento sobre el amor de compasión, con ayuda del evangelio del Samaritano, una parábola muy principal sobre un tema clave, la misericordia.
- ¿Qué fue la compasión? ¿Cómo será la misericordia?
- Compasión fue un sentir sincero. La misericordia su consecuencia.
- Y me preguntaré qué puedo hacer para ayudar y aliviar.
- La compasión no bastará, no deberá quedar en sentir y palabras.
- Será solidaridad, acción y misericordia efectiva.
«Jesús le preguntó: ¿Cuál de los tres se hizo prójimo del hombre herido? El escriba contestó: El que lo trató con misericordia. Jesús le dijo: Ve y haz tú lo mismo».
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ORACIÓN del SAMARITANO
«Señor, no quiero pasar de largo
ante las personas heridas en el camino de la vida.
Quiero contagiarme de tu compasión,
y acercarme para expresar tu ternura,
para ofrecer el aceite que cura las heridas
y el vino que sana y consuela.
– Jesús, buen samaritano,
acercate también a mí,
llévame en tus hombros, pues soy oveja perdida;
carga con todas mis caídas,
hazte presente en mis horas bajas.
– Buen samaritano,
deseo tener tus mismos sentimientos,
para no dar más ningún rodeo
ante el hermano que sufre,
sino hacerme compañero de sus caminos,
amigo de sus soledades
y cercano a sus dolencias».
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-Parábola en san Lucas c.10.
-Imagen: El samaritano, Marko Rupnik.