Llegó a mis manos esta bendición, una cascada de buenos deseos, inspirada en personajes bíblicos femeninos. Fue escrita para una amiga cooperante, mujer fiel, en sus bodas de oro como misionera. En estos días, para este tiempo de ahora, pienso en la dignidad de la mujer, en la fidelidad de cada día.
«Que el Señor te conceda
la audacia de Débora
y la valentía de Ester y de Judit.
Que te colme de alegría como a Ana,
de lealtad y de amor fiel como a Rut.
– Que puedas cantar y danzar junto al mar,
como María la profetisa.
Que con María de Nazaret
proclames la grandeza del Señor,
en el triunfo de los hambrientos
y de los humildes.
– Que llegues a encontrarte
con Jesús, el Señor,
como lo encontraron María Magdalena y la Samaritana;
Él les devolvió la dignidad, la libertad
y les dio un nombre nuevo.
Y que como aquella mujer encorvada a la que Él se acercó y enderezó,
puedas tú vivir erguida y ayudar a enderezarse a otros.
Que sigas tendiendo la mano, manteniendo la llama,
sirviendo de una manera nueva.
Que tú, nosotros y todos, mujeres y hombres,
estamos llamados a ponernos en pie y glorificar a nuestro Dios».
(Cf. “Mujeres en la hora undécima”, D. Aleixandre)
* Imagen: ‘En el mercado’, José Luis Fuentetaja, Madrid.
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J.S. Bach, Concerto for Two Violins in d minor, 2nd Movement ‘Largo’. Center Stage Strings Students, University of Michigan, 2012.
Muy bella oración. Puedo saber quién la escribió? Gracias.
Salud, Adriana. Al pie mismo de la oración encontrará los datos que busca. Fue resumen de un texto de Dolores Aleixandre, teóloga española. Gracias.