¿Cómo fue la fe de Cristo? Él no necesitó la fe como nosotros. No creía propiamente, él sabía. Jesús de Nazaret el ‘hijo del hombre’, fue ante todo el ‘Hijo de Dios’. Él conoce por sí mismo, de primera mano.
– El que viene del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído.
– Hablamos de lo que sabemos y de lo que hemos visto.
Nosotros nos fiamos de la palabra de otros, de una experiencia religiosa subjetiva, o de la Biblia, pero no vemos claro del todo. La fe es nuestro modo de conocer lo divino y lo humano que se nos escapa, la razón y el sentido de todo. Creemos saber, mas entre sombras y sospechas.
– ¡Creo, Señor, pero aumenta mi fe!
– Confíen en Dios, confíen también en mí.
La fe es relación, confianza, pero también es un conocer limitado. Son muy expresivas estas palabras de Saulo de Tarso, San Pablo, dirigidas a los cristianos de Corinto:
“Nuestra conocimiento es imperfecto y nuestras profecías limitadas. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios conoce.”
¿En qué creyó Jesús de Nazaret? La fe de Jesús fueron sus propias opciones y convicciones:
. . No dudó jamás del amor del PADRE, esa fue su fe. Amarlo y complacerlo en todo, aun en medio de la contrariedad.
. . Creyó y apostó por el AMOR hasta el final, con todas sus consecuencias; creyó en la compasión y el perdón sin límites.
. . La fe de Cristo en el REINO DE DIOS, su plan de redención y restauración de las personas y de la humanidad.
. . Creyó en las PERSONAS y en su mejora. El proyecto del Reino le costó la vida, fue la razón de su vida.
¿Qué es la fe? Poco importa especular sobre la fe de Cristo, interesa saber si nosotros tenemos fe en Él y en sus palabras. Muerto en Betania su amigo Lázaro, Jesús dirá a los discípulos: ‘Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque muera, vivirá, ¿creen esto?’
Miguel de Unamuno, a raíz de su crisis religiosa, escribió «Nicodemo el fariseo» (1899), donde hizo esta reflexión sobre la fe:
«¡Qué poco se medita con el corazón y no con la cabeza tan sólo, en lo que la fe sea e importe! No una mera adhesión del intelecto a un principio abstracto, a una fórmula sin contenido; no la afirmación de principios metafísicos o teológicos; no, sino un acto de abandono y de entrega cordial de la voluntad, una serena confianza. Una confianza firme en que habita la verdad dentro de nosotros, en que la verdad es consuelo»
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-Imagen: «Jesucristo Salvador», Cristo Pantocrator, icono servio s. XIII. El Rostro de Cristo, maestro y pastor bueno, que guía y bendice.
-Colección de posts sobre el tema en «Creer», pdf.
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