No hubo clemencia para Troy Davis, hombre negro de 42 años, en el corredor de la muerte desde hace 20. Murió días pasados por inyección letal en una cárcel de Jackson, en Georgia, por un homicidio cometido supuestamente por él en 1989.
La Corte que consideraba su última apelación posible, rechazó conmutarle la pena máxima por una cadena perpetua.
Él sin embargo, en los últimos momentos, intentó disculpar a sus verdugos, «Yo no lo hice, soy inocente… Que Dios les bendiga». No fue posible probar su inocencia.
– El Consejo de Europa, Amnistía Internacional, el ex presidente Jimmy Carter, el propio papa Benedicto XVI, pidieron al Estado de Georgia que perdonara o le conmutara la pena.
En los últimos años el caso fue perdiendo consistencia, los testimonios, las pruebas, los argumentos. Amnistía Internacional aseguró: ‘Existen serias dudas sobre su culpabilidad. Tememos que el estado de Georgia pueda ejecutar a un hombre inocente’.
– El pasado año 2010 fueron ejecutadas legalmente en el mundo 527 personas, 46 en EE UU. Es el fracaso de un sistema judicial, y de tanto esfuerzo por una moratoria universal y por la abolición definitiva.
Desde aquí el testimonio de la indignación, el dolor e impotencia de much@s.
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