# Como testimonio y protesta. Angie Valeria fue la niñita, Oscar su papá, recordarán. Se repitió la historia. Gente que buscando sobrevivir pereció víctima de las puertas cerradas, de nuestro egoísmo. Muy triste, cruel e injusto.
En este suceso reciente conocimos los nombres y vimos las imágenes, Oscar y su pequeña de apenas 2 años ahogados a orillas de río Bravo. Caminaron desde El Salvador a la frontera de México y EE.UU, allá descansaron al fin abrazados.
# El entierro se celebró en cuanto llegaron desde México los dos cuerpos; fueron velados toda la noche en la Funeraria Municipal, enterrados juntos para siempre así como murieron. Momentos de mucha angustia, la madre de la niña entre llantos gritó, ¡Quiero a mi hija!
. . Ella vio cómo los anhelos de comenzar una nueva vida acabaron bajo tierra. Igual les sucederá a miles de migrantes que perecen cada día en todo el mundo en su trayecto para huir de la miseria y violencia que asola sus países. Peace & hospitality, please!