Según los autores de los Evangelios, así debió ser el diálogo entre JESÚS de Nazaret y el Tentador en el desierto próximo al río Jordán.
Fueron tentaciones sobre la búsqueda del poder y la gloria. El Tentador planteó a JESÚS un examen práctico sobre sus pretensiones mesiánicas, poniendo en cuestión su identidad personal y su plan.
1 . – Si tú eres Hijo de Dios, manda a estas piedras que se conviertan en panes.
– Dice la Escritura: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de las palabras de Dios.
2 . – Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, los ángeles te tomarán en sus manos.
– Está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
3 . – Te daré el poder y gloria de estos reinos, si tú te postras y me adoras.
– Vete, Satanás. Solo adorarás al Señor tu Dios, a él solo rendirás culto.
El Tentador propone a JESÚS beneficiarse, buscar el poder y la gloria para sí. Él solo buscará la llegada del Reino de Dios:
▪ JESÚS desea romper el círculo del poseer y el ser para sí mismo.
▪ Dará de comer al hambriento, se cuidará de los más pequeños.
▪ Servidor de todos, rompiendo el esquema de dominio y de ambición.
▪ Contra orgullo y egoísmo, humildad y servicio, la entrega de su vida.
– Yo no he venido a ser servido, sino a servir.
– Vigilen y oren, no caigan en tentación.
– Líbranos del Maligno enemigo.
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* Imagen: “El Tributo de la moneda» (detalle), de Tommasso Masaccio (1401-1428). El Rostro de Cristo expresa tristeza y preocupación, ante el acoso de sus enemigos.
(Verán más temas sobre Jesucristo en «El Rostro de Cristo», pdf.)
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