Un Papa católico latinoamericano es buena sorpresa. Muchos hablan de un signo de futuro, un sueño de aire fresco. Por eso el nombre escogido de FRANCISCO, el santo de la pobreza, de la paz y la defensa de la naturaleza, que trabajó por una Iglesia más evangélica, comenzando por sí mismo.
Hoy es el Jueves Santo, día del Amor fraterno. En homenaje a Francisco Papa, reproduzco aquí las palabras de otro nuevo Papa, el de la película «Las sandalias del pescador» (M. Anderson, 1968). En el momento de su entronización, el Papa Kiril hizo un revolucionario anuncio desde San Pedro de Roma.
«Vivimos una tremenda crisis, una crisis ineludible. No puedo cambiar el mundo ni borrar lo que escribió la historia, solo puedo cambiarme a mí mismo y empezar con el auxilio divino a escribir un nuevo capítulo.
– Soy el custodio de los bienes espirituales y materiales de la Iglesia. En nombre del Espíritu enajeno todo el oro y piedras preciosas de los relicarios, y en primer lugar las que adornan mi tiara, para aliviar a nuestros hermanos hambrientos.
– Invito a los magnates del mundo y a todos los acomodados a compartir su abundancia con aquellos que nada poseen.»
La evocación de esta escena anima a confiar en un liderazgo espiritual transformador para creyentes y no creyentes. En un primer encuentro con periodistas le oyeron decir al nuevo Papa, ¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres! Enhorabuena y suerte.
* Leer sobre Francisco de Asis en ‘San Damiano‘