– Hemos de celebrar la gran figura de arte y sentimientos que fue Paco de Lucía, queriendo gustar a la vez la tristeza por su pérdida y la belleza de su obra. La muerte no habrá de ser sino una puerta entreabierta a la vida.
¿Y si la muerte es la muerte
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.
* De ‘Canción otoñal’, Federico García Lorca.
– La escucha de sus notas nos llevará hasta el artista, ya en verdad inmortal, creación sin fin de bondad y de armonía.
De la diversidad suya de estilos y tonalidades, vean su interpretación de «Concierto de Aranjuez», Adagio, de Joaquín Rodrigo.