– Llaman a nuestras puertas,
muriendo en nuestras orillas…
Solo el mar supo acogerlo en sus brazos y, meciéndolo entre las olas, lo llevó hasta la orilla… Recordarán los hechos. La imagen de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años muerto en una playa turca, que dio la vuelta al mundo días pasados. Que no vuelva a ocurrir.
Traeré como testimonio unas líneas amigas que presentaron bien el tema como una vergüenza para todos, reparable solo con la solidaridad incondicional de países que ahora titubean, mas deberán cumplir urgentes sus deberes de cooperación. El derecho, y el deber, de asilo es sagrado.
«La muerte de un niño huyendo de la guerra es una afrenta, un grito de la vida contra la muerte. Un niño muerto en la playa, en el lugar en el que se produce ese idilio del mar con la tierra y que ahí no desprende felicidad sino el terrible sonido de una noticia que llueve como el llanto en el corazón. Un niño muerto en la playa, buscando refugio en el mundo, huyendo de la guerra, escapando del cruel sonido de las armas y también del hambre.»
* Juan Cruz, Madrid.
+ El Derecho de asilo es un derecho internacional que pueden disfrutar las personas fuera de su país por disidencia política o conflicto armado. Incluye el deber de protección del refugiado y de no devolución.
+ Cerca del 30% de los migrantes y refugiados que han llegado a Europa este año son niños. Según UNICEF, un tercio de las 351.000 personas (105.300) fueron niños y mujeres, un 12% embarazadas.
+ Europa se queja de los migrantes que inundan sus orillas y fronteras; la cantidad es insignificante comparada con los 3,5 millones de sirios alojados por Jordania, Líbano y Turquía.
+ Los conflictos armados que expulsan a cientos de miles de refugiados a Europa se originaron en intervenciones militares de USA y sus aliados para cambios de régimen en Afganistán, Iraq, Libia y Siria.