Me llegó el texto que resumo y comparto, deseando comunicar así sentimientos y sueños propios. Un texto para recitar notando si expresa el propio corazón. Fue canto suave, íntimo poema y oración.
La mirada suya atenta invitará a la nuestra pendiente del Cristo, de su camino ahora y su modo de proceder. Fue el mismo Jesús de Nazaret quien dirá a pregunta de los discípulos: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. El que me sigue no se perderá». Suerte.
SEÑOR del CAMINO
.. A dónde vas y a dónde quieres llegar cada tarde entre dos luces, cansado de andar, camino de esperanza. ¿Quién te seguirá, quién pondrá su pie desnudo en tu pisada?
.. La luz de las estrellas será tu tienda en la noche. Caminante de corazón pobre y libre, serás tienda abierta. Caminante alzando la vista, buscando siempre la altura.
.. Señor de los caminos abiertos, arrancándome de lo seguro, de lo mío, de mis cosas, me lanzas a seguir tus pasos, a imitarte y seguirte donde quiera que vayas.
.. Señor, si el camino es largo, si la sed y el sol abrasan, Tú serás en cada pisada el vaso fresco de agua. Mi libertad busca levantar bien alto el alma.
Con estos versos afectuosos de Julia Estevan Echeverría (Almería +2018):
Para seguir mi ruta,
dame tu mano.
Sin ella no sabría
seguir andando.
Sé que libre me has hecho
para que elija
y que mi senda debe
ser recta y limpia.
Y sin embargo,
tantas veces me quedo
quieta esperando.
Esperando esa Mano
calor, ternura
que me ayude a ir subiendo
por la espesura.
No quiero ir sola
sino que tú me guíes;
yo, seguidora.
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Así como en este música y letra para el año ignaciano, Cristóbal Fones SJ. desde Chile: