Bautismo de Espíritu / la conversión

    «Derramaré un agua pura que los purificará, y les daré un corazón nuevo. Arrancaré el corazón de piedra, y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu, y guardarán mis mandatos» /Ezequiel c.36.

Junto al bautismo de agua importará mucho el ‘bautismo de espíritu’ que los seguidores de Cristo recibimos, por eso nos llamamos cristianos: seguidores de Cristo, bautizados como él con Espíritu santo.

    «Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con Espíritu Santo» /Hechos c.1

El bautismo espiritual recibido será como un ‘baño interior’. Jesús comunicará su Espíritu para empapar y transformar lo hondo de la persona, compartiendo su proyecto,  sus mejores deseos, la fuerza de amar, su status de hijo querido.

= El Espíritu de Jesús es ‘Espíritu de verdad’… para poner verdad en nuestra vida cristiana, recuperar la identidad de seguidores de Jesús, ser más fieles al evangelio.

= El Espíritu de Jesús es ‘Espíritu de amor’… para vivir libres de cobardías y egoísmos, no tan ocupados en nuestro interés y bienestar, abiertos al amor compasivo y solidario.

= El Espíritu de Jesús es ‘Espíritu de conversión’… para dejarnos transformar por Jesús el Hijo de Dios, atentos a su voluntad, sensibles a las heridas de los hijos de Dios.

Jesús nos dirá: reciban Espíritu Santo, aliento divino que sostendrá sus vidas y alentará su débil fe, él renovará su frágil ser.

    Llama profunda,
    que escrutas e iluminas
    el corazón del hombre:
    restablece la fe con tu noticia,
    y el amor ponga en vela la esperanza,
    hasta que el Señor vuelva.

El Papa Francisco planteó en este tiempo la cuestión del lugar que el Espíritu Santo tiene en nuestra vida:

– ¿Suelo pedir ‘inspiración’ antes de tomar una decisión o de hacer algo? Escucharé y seguiré su voz.
– Discerniré lo que siente mi corazón, movimientos, llamadas. Si no rezo ni me dejo interpelar, voy con fe fría.

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