La vida y la muerte / el amor vencerá

Reaparece en el blog el tema de la muerte y de la vida. Llegando del funeral de un querido colega, persona justa y buena, leo en la Biblia estas ideas de un sabio contemporáneo de Jesús:

    «¡Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes! Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo impera en la tierra, porque la justicia es inmortal» (Sabiduría c.1)

La realidad desmentirá en parte este pensamiento. Por su parte Jesús de Nazaret y sus seguidores apostarán firmemente por la Vida y el Amor que no tienen final, ni siquiera después de la muerte.

    «El que cree en mí no morirá para siempre, la muerte no tendrá dominio sobre él… No teman porque yo he vencido a la muerte» (s.Juan c.6)

__

Pasado un tiempo pensé traer este Salmo (23) que se canta y reza en funerales, es de confianza y resurrección:

    «El Señor es mi pastor: nada me falta; en verdes pastos me hace reposar. A las aguas de descanso me conduce y reconforta.
    . . Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo, y voy sin miedo.
    . . La mesa has preparado y con aceites perfumas mi cabeza. Mi mansión será la casa del Señor por siempre»

__

Y un sábado santo me llegó este texto profético para animar nuestra esperanza, pues al final como al principio, Dios es amor, siempre amor:

    «Así dice el Señor: En su aflicción madrugarán para buscarme y dirán: Vamos a volver al Señor: él nos sanará; él, que nos hirió, nos vendará. En dos días nos sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos delante de él» (Oseas c.5)

__

Sobre la vida y la muerte / Mitterrand

    «Cuando vaya y les prepare sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes» (s.Juan c.14)

Muchas personas sienten en nuestro tiempo impotencia ante un futuro incierto y amenazador.

    ¿Para qué la vida? ¿Qué es la muerte?
    ¿Cómo hay que vivir? ¿Cómo hay que morir?

Esto me escribió hace poco mi amiga Mary:

: No me gusta tener miedo a la muerte, prefiero mirar las cosas a la cara y conocerlas.
: Sé que estamos en las manos de Dios, pero no sabemos el tiempo que nos queda de vida, todavía quiero ayudar a muchas personas.
: Tengo muchos sueños y trato de vivir alguno en lo cotidiano.

Tiene razón. También yo pensé en lo mismo desde estas dos películas: «De dioses y hombres», llena de detalles sobre el sentido de la vida y de la muerte, y «Presidente Mitterrand», las impresiones del político ante el final inminente de su vida.

En esta última, el protagonista recuerda su primera formación religiosa, alerta sobre lo que permanece en el fondo con el paso del tiempo, y cuenta la reacción de J.S. Bach por la muerte inesperada de su mujer y su hijo: no se desmoronó del todo, compuso «Jesús sigue siendo mi alegría».

    Jesús es mi alegría
    y el consuelo de mi corazón.
    Jesús me preserva de los sufrimientos
    y es la fortaleza de mi vida.
    Es la luz y el sol de mis ojos;
    el gozo y la paz de mi alma.
    Por todo ello no lo rechazaré
    ni de mi corazón ni de mis ojos.

Johann S. Bach, BWV 147 (1723), Coro “Jesus bleibet meine Freude”

__

La Pascua es tiempo de vida y esperanza. Traigo aquí esta firme convicción del apóstol Pablo de Tarso: Jesucristo es el señor de la vida y de la muerte.

    «Ninguno vive para sí, ninguno muere para sí.
    Si vivimos, vivimos para el Señor,
    si morimos, morimos para el Señor;
    en la vida y en la muerte somos del Señor.
    Para eso murió el Cristo y resucitó: para ser Señor de vivos y muertos».

    (Carta Romanos, c.14)

__

* “Presidente Mitterrand”, Robert Guédiguian, 2005, película basada en el libro de Georges-Marc Benamou “Le Dernier Mitterrand”, ed. Plon.

-Leer más en el blog sobre el film «De dioses y hombres».
__

La Pascua de Cristo | Haití

«TRAS LA MUERTE, LA VIDA TAMBIÉN FLORECE»

¿Cómo definir bien la pobreza de un país tan pobre como Haití, el llanto de quien lo perdió todo? ¿Cómo atrapar la sed y el hambre, la insalubridad y el desespero que ensombrecen todo?

    Hay tanto sepulcro a nuestro alrededor, tanta muerte y desánimo, que cuesta creer en el triunfo de la VIDA. Hay tantas vendas que nos atan, que no es fácil salir de los sepulcros y caminar con Esperanza y Paz, la Paz de Cristo.

JESUCRISTO vive, su Vida y su Luz son definitivas, inagotables. Es la fe del creyente. El desánimo paraliza, el miedo enmudece. Pasado lo peor, los discípulos aseguran que es posible, será la PASCUA cristiana.

Es probable que NICODEMO encontrara a Jesús resucitado, cansados los dos y apesadumbrados. Todo cambió con su presencia.

    . . La PAZ contigo, amigo, gracias por tus desvelos y tus aromas generosas, tus consuelos allá en la cruz y cada día.
    . . Lo reconoció porque partió el pan. Para Nicodemo todo cambió, cantó y también resucitó, fue posible entonces nacer de nuevo.

Así describirá Letitia M.H. su experiencia en HAITI, semanas después de la catástrofe:

    “En la montaña de la tristeza, una Cruz tomaba forma entre las manos de los artistas cubanos y los niños. Dos maderas cruzadas llenas de flores, palomas y colores.
    . . Al triste compás de un blues de la trompeta de Yasek M. muchos llegaron hasta la fosa común. Allá donde antes reinó una cruz negra, ahora otra repleta de colores. Sí, sobre la muerte la VIDA también florece”.

__

A. Vivaldi – GLORIA – 1 – The Sixteen

Los milagros de Cristo / la compasión

    «En las aldeas o pueblos donde Jesús llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban» (s Marcos c.6).

# Jesús de Nazaret encontró mucha gente enferma y desanimada. Los milagros alientan la esperanza, fueron señales de un cambio. La presencia y gestos de Jesús cambiaron la historia de mucha gente.

    «Estas son las señales: los ciegos ven, los cojos andan y los leprosos quedan limpios, los muertos resucitan y los pobres son evangelizados» (s Lucas c.7).

# Las atenciones de Jesús con un paralítico en Jerusalén cambiaron la vida de ese hombre. No sabía para qué seguir viviendo, hasta que alguien se interesó.

    – ¿Quieres curarte?
    – No tengo a nadie, Señor.
    – Toma tu camilla y regresa a tu casa.

# Como lo ocurrido con aquella mujer, la hemorroísa, se acercó a Jesús y tocó el borde de su capa. Cuenta Nicodemo en su evangelio (apócrifo) que ella limpiará en la Vía Dolorosa el rostro ensangrentado del Maestro.

    – Pensó, si tan sólo llegare a tocar su manto.
    – Al instante sintió que ya estaba curada.
    – Vete en paz, tu fe te ha salvado, estás curada.

# El milagro sucederá en un encuentro, por una necesidad, un diálogo entre Jesús y la persona. La súplica, la fe de la gente, la palabra y el gesto de Jesús lo hicieron posible.

– A la niña que pensaban muerta ¡Muchacha, levántate!
– Al paralítico recostado ¡Toma tu camilla y anda!
– Al ciego del camino ¡Recobra la vista, tu fe te ha curado!
– A Lázaro en el sepulcro ¡Sal de ahí!

# La Compasión será un amor que comparte el sufrimiento y no pasa de largo, acude, acaricia, sana. Rebrota la vida, asoma la alegría. ¿Cuál será la condición para que todo eso suceda?

Para algunos se les preguntará si tienen fe. Para otras personas el dolor bastará, Jesús toma la iniciativa, puro regalo y gracia de Dios.

Yo rezaré: ‘Señor, déjame tocar tan solo el borde de tu manto y quedaré sano’…

    Tú desataste la lengua del mudo,
    – enséñanos a cantar tus alabanzas.
    Tú has abierto los oídos del sordo,
    – que permanezcamos atentos a tus palabras.
    Tú curaste al paralítico,
    – haz que corramos por los caminos de tu amor.

    Te compadeciste del hombre de la mano seca,
    – que sepamos realizar buenas obras.
    Tú sanaste a la suegra de Pedro,
    – haz que nunca dejemos de estar a tu servicio.

___

* Imagen: «Cristo y la mujer adúltera», fragmento, Lucas Cranach. El Rostro de Cristo explica con satisfacción la buena noticia: la mujer pecadora ha sido salvada de la muerte, cf.  san Juan c.8.

(Vean más temas de evangelio en «El Rostro de Cristo», y también en «Jesucristo», eBook, pdf)
__

Historia de una flor, a la Magdalena

# Cuentan que María Magdalena fue la primera en reconocer a Jesús resucitado en el huerto junto al sepulcro, la primera en hablarle y contarlo luego a los demás discípulos, también a Nicodemo.

Muchas flores de aquel jardín fueron testigos del acontecimiento, como el rocío mañanero y la brisa suave, en ese bendito ‘día primero de la semana’.

La delicada “Historia de una flor” que traigo al blog y dedico a la Magdalena, es un lindo relato que escribió mi amiga Dened Casañas, su experiencia de amistad y felicidad, testigo de tanta luz y belleza. Vean.

Fra Angelico, Noli me tangere, 1441

«Apenas nacía el alba cuando ella ya estaba allí. Yo disfrutaba de ese baño fresco de rocío que la noche bondadosamente me había regalado. La joven lloraba desconsoladamente, sólo de vez en cuando levantaba la mirada hacia el sepulcro vacío. Sentí pena por ella, mas no podía ayudarla, a fin de cuentas yo soy tan solo una flor en este huerto y nada entiendo de los conflictos humanos. Era tanta su aflicción que ni siquiera se percató de mi presencia. Mi corazón de flor me decía que esta no era una mañana cualquiera y no sé por qué pero ese presentimiento me hacía extrañamente feliz.

«No sé cuánto tiempo había pasado cuando de pronto apareció Él. Yo no lo conocía, pero recuerdo que una brisa me había traído un día noticias de un tal Jesús de Nazaret y en ese instante tuve la certeza de tenerle delante, como nunca imaginé que lo tendría. La joven continuaba allí, cuando se percató de su llegada lo confundió con mi jardinero, entonces muy turbada le preguntó: Señor, si tú te lo has llevado dime dónde lo has puesto. El la miró con la misma ternura con que lo hace el jardinero en la mañana cuando descubre que ha nacido una nueva flor; mas aun conociéndonos a cada una, a ninguna ha llamado nunca por su nombre ¡María! A ella se le encendió la mirada y también el corazón; prendida entonces de su cuello lo llamó ¡Señor!

mifl_magda«Por un momento soñé que realizara en mí algún milagro, que me tornara más bella quizás, pero recordé que una vez él dijo que ni el mismo Salomón en todo su esplendor se vistió como una de nosotras.

«Es corta la vida de una flor, por eso antes de perder el último de mis pétalos decidí contarles mi historia. Muchos ya la conocerán, mas no estuvieron allí para ver el sepulcro vacío, el llanto de la Magdalena. Nadie estuvo para sentir el aroma de la hierba mojada, la brisa que acarició el cuerpo del Señor resucitado; tampoco para escuchar la música de sus palabras. Por eso creo que Él me ha concedido un milagro, el milagro de vivir y morir junto a su sepulcro vacío».

_____

Compartir esta historia en el blog fue para mí una satisfacción, por la vida plena y el discípulo fiel, por tantas personas buenas que iluminaron con su fe sencilla y alegre muchos rincones oscuros de nuestra tierra, como en aquella maravillosa ‘primera mañana’.

Es corta la vida de una flor… Pasaron los años y Dened Casañas falleció meses atrás (+2017) en su querida Cuba, sin duda rodeada de sus muchos amigos y su familia. Entregó agradecida su último pétalo al Señor. Descanse en Paz, a la espera de la resurrección.

Así escribieron sus amigos: «A pesar de la tristeza que sentimos por su muerte, tenemos la certeza por su testimonio tangible de Dios, ella hoy nos acompaña desde el cielo, donde algún día nos volveremos a encontrar y a revivir nuestra amistad». (Vidacristianaencuba.com -2018/03)

En homenaje suyo pasado ya un tiempo, traeré de otro lugar en el blog unos versos de Dened, viéndose a sí misma orante y amante, junto a la Cruz del Señor Jesucristo.

«Hoy quiero ser la cruz que abraza tu cuerpo
o abrazada por ti llegar a ser trono de salvación.
Hoy quiero ser la gota de sangre que de tu costado sale
y mañana ser el vino que a todos alimente en la comunión.
Hoy quiero ser el agua que brota de tu costado
y dar de beber a todo el que tenga sed de ti.
Hoy quiero ser el suspiro en la cruz
para mañana ser tu primera palabra.
Hoy quiero ser el perfume que embalsame tu cuerpo,
para ser la fragancia que despierte contigo
el día de la resurrección.»

____

(Verán aquí el ÍNDICE de los relatos y temas de nuestro eBook «María Magdalena y Jesús de Nazaret», pdf.)

___

Podrán descargar aquí, EBOOKS_LINKS, pdf, de nicodemoblog.

Bautismo de luz y de vida

¡Glorioso Señor Jesucristo! Tú que eres la luz del mundo,
ilumina las tinieblas de mi corazón,
dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento para cumplir tu santo mandamiento.

(Francisco de Asís)

• La vela encendida, cirio pascual, presentó el triunfo sobre la oscuridad y la muerte, LUZ de esperanza que acompañará al cristiano.
• Muchos en países del sur, en oscuros descampados sin agua ni alimentos, mundo cruel e inhumano. Aun así celebremos la VIDA.
• ¡Ustedes serán luz para el mundo, no escondan su luz, alumbren!

Recitaré estos versos al Cristo en el aniversario de mi bautismo, la bendita agua y la candela encendida, bautismo de LUZ y de VIDA, memorial de gentes muy queridas:

    Eres el Agua que mana del cielo
    y empapa la tierra en sequía
    los mares y ríos tranquilos,
    agua que da vida
    eterno Jordán nueva vida.

    Eres la Luz que ilumina
    estrellas, el sol y la luna
    calienta la llama y alumbra,
    luz en las noches oscuras
    vida que renuevas mi vida.

Homenaje y alabanza por el ser que soy y somos, espíritu y carne, mitad tierra mitad cielo, lo humano y lo divino emparentados, a veces enfrentados, al fin reconciliados.

    «Desde que mi voluntad
    está a la vuestra rendida,
    conozco yo la medida
    de la mejor libertad.

    Venid, Señor, y tomad
    las riendas de mi albedrío;
    de vuestra mano me fío
    y a vuestra mano me entrego,
    que es poco lo que me niego
    si yo soy vuestro y vos mío.»

    –J.L. Blanco Vega

Súplicas pidiendo que la LUZ venza las tinieblas y el AMOR sane los corazones:

  • Señor Dios, LUZ divina que deseas alumbrar a todos, ilumina nuestro espíritu con tu claridad, para que nuestros pensamientos sean dignos de ti, y aprendamos a amarte de todo corazón.
  • Que tu Espíritu santo encienda en nosotros una LUZ interior suave pero firme, que quite las sombras de la duda y limpie la tiniebla del desamor, que nos ilumine cuando en verdad no sabemos qué hacer.

Vean esta pequeña colección de ‘Oraciones’, alabanza, súplicas, confianza.

___

Mª Magdalena -16 / Me miró sonriente

María Magdalena, enamorada y creyente, no llegará a ser testigo creíble de la resurrección para sus contemporáneos, en tanto su propia manera de entender la persona y la misión de Jesús no entre en crisis. Dejando atrás su propio interés y consuelo, Magdalena será una mujer nueva, apóstol y testigo privilegiado para muchos creyentes de su tiempo.

Se dice que «La percepción amorosa genera formas de conocimiento inaccesibles para quienes no aman», y también «Lo que les digo en la oscuridad díganlo a plena luz, lo que oyen al oído predíquenlo desde las terrazas».

«MARIA MAGDALENA»

16.- ME MIRÓ SONRIENTE

— Todavía he de hacerles por mi parte una confesión. Ocurrió aquella mañana soleada en Galilea al servir la jarra con el vino a los presentes, me hallé de pronto ante el mismo Jesús allí recostado. Quise llevarle primero el agua para lavar sus manos y más tarde acercarle el vino hasta sus labios, cuando allí me detuve, acaricié y besé con cariño las manos del nazareno.

El maestro Jesús me dejó hacer, me miró sonriente y me llamó por mi nombre, al tiempo que me dirigió un suave reproche, una vez más:

– Déjeme ahora, he de ir a nuestro padre.
– La carne es débil y comprende mal. El espíritu nos lo dará a entender pronto.
– Les quiero, volveré más tarde y me quedaré con ustedes para siempre.

Mis propios labios acercándose a su bendita carne en aquel momento sólo querían expresar mi estrecha comunión con él, también mi dolor y mi contento, mi deseo de no perderle más.

De repente algo ocurrió en mi interior. Su rostro verdadero pareció desvanecerse ante mis ojos y por un instante le contemplé desfigurado aún y malherido, recién descolgado del madero, entre los brazos y rodillas de su bendita madre dolorosa.

Confusa y avergonzada regresé con lágrimas al lugar donde me encontraba. Algunos notaron lo ocurrido, pero esta vez no comentaron ni me reprocharon nada porque comprendían.

¿Qué había sucedido? ¿Mis prisas e impaciencias por verle y abrazarle? Más que creer, yo sólo amaba, creía porque amaba, mas buscando sólo mi bien. Aprendí que mi fe deberá purificarse, pasará por noches oscuras de soledad y de muerte.

— Jesús continuó ese día un tiempo allá recostado, alternando su mirada entre el cielo y la tierra, conversando pausadamente con sus más próximos. Quiso animarles para que no abandonaran el camino, que siguieran juntos unas semanas más. A algunos los llamó para que se acercaran y él habló personalmente con cada uno.

Quedó claro que Jesús era de todos y para todos, que teníamos un lugar propio y privilegiado en el corazón grande de nuestro señor Galileo.

El día fue avanzando, finalmente fuimos numerosos los recostados en círculos alrededor de Jesús como en tantas otras ocasiones. Yo misma, acompañada por Leví Mateo y por otros discípulos, conversé y serví a ratos el vino entre los invitados, sintiendo en mí una gran alegría y claridad por su presencia.

Así nos quería Jesús, en pequeños grupos con la gente entremezclada, hombres y mujeres, niños, servidores y servidos, conocidos y desconocidos, pequeños y grandes, judíos y galileos, de los valles y de las montañas, discípulos y gente recién llegada, todos unidos cerca de él, compartiendo la vida, el pan y la palabra.

— Recuerdo que la más pequeña de las hermanas de María de Nazaret se encontró allá esa mañana con nosotros. Una hija suya aún muy niña quedó huérfana meses después y yo la recibí en mi casa. En mi huida y exilio atravesamos arroyos y colinas hasta llegar a esta región más al norte donde nos refugiamos.

Las dos vivimos juntas muchos inviernos, hasta que ella ya joven mujer formó familia. Como una hija mía muy querida, su juventud me recordó la mía tan desgraciada, pero su ánimo y su alegría evocan la nueva vida que Jesús prometió, ofrecida ya a todos sin cesar.

Aquella mañana de sol en Galilea pudimos ver gentes de Judea que se acercaron al grupo buscando a Jesús. Algunas madres vinieron hasta nosotros con sus hijos más pequeños en brazos o enfermos en camillas. Con ellos fueron llegando también inválidos, leprosos y mendigos de la región. Llenos de esperanza hicieron largas jornadas de camino, porque se había extendido esta buena noticia: que nuestro señor Jesús de Nazaret está curando y resucitando en los alrededores del gran lago de Galilea.
___

* Imagen: Noli me tangere, A. Correggio (1489-1534). Dijo el 4º evangelio que María Magdalena al oír su propio nombre reconoció a Jesús que le dijo «Suélteme, todavía no subí al Padre». El discípulo deberá comprender que todo cambió desde la muerte y a partir de la resurrección, que todo será diferente después de la ascensión de Jesús a la derecha del Padre.
___

¿Bastará creer? Lo que importa es amar, amar con todo el alma . .

Luz Casal, «Eres todo para mí..Mi principio y mi fin, mi norte y mi guía»:

Mª Magdalena -6 / Él vive y reina

Con este sexto relato termina en nuestro blog la primera parte de las conversaciones y reflexiones de Magdalena con unos jóvenes discípulos que quisieron saber. María, explicando sus propias dificultades para creer, se muestra muy crítica con los que no creyeron. Lo que está en cuestión será la “resurrección” del crucificado Jesús de Nazaret, la realidad del sepulcro vacío y el encuentro de los discípulos con el maestro que vive de nuevo.

A pesar de las descalificaciones que su testimonio soportó por el hecho de ser mujer, no cabe duda de que María Magdalena fue testigo indiscutible y desinteresado de una y otra realidad, del nazareno muerto en cruz y del nazareno que vive, come y conversa. Fue el contenido fundamental del testimonio de los discípulos.

«MARIA MAGDALENA»

6.- ÉL VIVE Y REINA

Debo confesarles que, al recordar la larga espera de mi propia iluminación, mi cerrazón para entender, y cuánto costó abrir mis ojos ciegos y los de otros discípulos, reconociendo qué duras fueron mis entrañas hasta adorarlo vivo, no entiendo cómo algunos sabios de Israel y también fieles creyentes que luego abandonaron, cómo pudieron pensar que todo fue una leyenda imaginada por una alocada mujer y unos discípulos atemorizados.

No fue posible que tanta luz y tanta vida comunicada, con tanto sufrimiento, pudiera brotar de unas mentes iluminadas y desconcertadas, tan impotentes para imaginar y soñar, solo capaces de penar y desesperar.

Algunos malintencionados y obcecados debieron querer justificar así su propia negativa a creer, culpándonos de dar cuerpo a una maravilla inimaginable para nosotros mismos, hombres y mujeres simples como los demás, mortales y frágiles como todos.

frangelico_tangere-3Esta fue la maravilla, que Jesús muerto no quedó en el sepulcro nuevo del huerto de fuera para siempre, sino que comenzó muy pronto a vivir con cada uno de nosotros una vida que ya no muere, que él era todo vida, solo vida.

– Yo soy la resurrección, yo soy la vida, crean en mí.
– No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar la vida.

# Yo lo creo ahora firmemente y en verdad es así. Porque no se engañen, no fueron tanto los días de su vida tan breve entre nosotros ni las enseñanzas del Nazareno lo que en definitiva importaba, sino su vida nueva, la vida que nos prometió a todos y que él adquirió tras su muerte en la cruz. Ante el acontecimiento de su puesta en el sepulcro y posterior desaparición, unos discípulos continuaron y otros marcharon regresando decepcionados a sus aldeas y ocupaciones habituales.

Después de tan horrible suplicio y muerte, si nuestro Cristo no hubiera resucitado, entenderán que la fe de los discípulos quedara vacía de sentido y sin futuro. ¿Quién va a declararse seguidor y apostar fuerte por un gran maestro de Israel que fue públicamente declarado infiel y blasfemo, maltratado y crucificado por malhechor y traidor?

# Esos mismos sentimientos y reflexiones ocurrieron cuando yo conversé con los jóvenes que me visitaron e hicieron tantas preguntas. Al oírme hablar de él como de alguien que vive, ¿no confundieron al resucitado con un fantasma o un sueño que aparece y desaparece, que vive al margen de nuestra vida real?

No fue así. Jesús vivo convivió y convive aún hoy como uno más, su presencia reconocida iluminó y transformó todo sin violentar nada, la certeza de su cercanía da sentido y trascendencia a una pequeña conversación o una comida fraterna, confundido entremezclado con lo de cada día. En esos instantes ya nadie preguntó, todos sabían, cada uno en su momento, que era él, que es nuestro señor.

El espacio y el tiempo se dilataban y a la vez se recogían para acoger la maravilla y facilitar su percepción en los que esperan y creen ¿cómo explicarlo sin romper el encanto de la nueva realidad? Aun con incertidumbres, debía cada uno hacer la experiencia y escuchar nuevamente su palabra:

– Soy yo, no teman, tengan paz.

# Mis jóvenes amigos se demoraron en ocasiones en pequeños detalles sin importancia, historias del pasado que yo misma les había contado. Entonces yo detuve mi relato, les miré a los ojos y les hablé con fuerza, como queriendo sobresaltarles y despertarles de sus sueños.

– Eso ya pasó ¿saben?
– Él vive y reina, volverá.
– Tengan la seguridad, créanme, yo lo vi y pude oír y tocar.
– ¡El es nuestro señor!

Ellos protestaron a mis palabras, y me urgían a continuar con mis historias y comentarios, yo respondí cada rato como supe a sus ansias de conocer lo sucedido. Cada uno quería llegar por sí mismo a mi fe de ahora, la que todo ilumina, la que yo tanto tardé en sentir, cuando finalmente se me abrieron los ojos del alma no pudiendo ya contemplarle de carne y hueso como antes.

__

* Imagen: ‘Noli me tangere’: Jesús aparece a la Magdalena, 1441, Fra Angélico, Florencia. En un paradisíaco jardín junto al sepulcro vacío, vemos a la Magdalena conversando con el jardinero. Ella busca el cadáver desaparecido, el jardinero es para el pintor y el espectador el mismo Jesús resucitado. El estilo hace ver la ingenuidad de los personajes y sus pretensiones. María al reconocerle quiere comprobar lo ocurrido con sus propias manos; Jesús hace ademán de alejarse, pero encarga a la mujer que comunique cuanto ha visto. Según el evangelio del discípulo amado, la Magdalena será la primera que vio el sepulcro vacío y al Nazareno vivo y hablándole.